Así consiguió el Barça que no se jugase la mitad del descuento ante el Newcastle
El tiempo estuvo parado cuatro de los ocho minutos que Nyberg añadió en St. James’ Park. Con Pedri a los mandos, provocó tres faltas, dos córners, protegió el balón, hizo un cambio, vio una tarjeta…
Seguramente con la semifinal de Milán en la cabeza, el Barça supo echar a dormir el partido en Newcastle desde que Gordon hizo el 1-2 en el minuto 90. En St. James’ Park se escuchó un estruendo cuando el cuarto árbitro sacó el cartelón que anunciaba siete minutos de descuento. Todos intuyeron un infierno en el añadido que, sin embargo, los de Flick manejaron con maestría. De hecho, de los ocho minutos que añadió el sueco (uno más por el cambio de Casadó y la tarjeta posterior al canterano), sólo se jugó la mitad.
A saber, Fermín provocó una falta en el 90:20 y el partido no se reanudó hasta el 90:44. Luego, Eric tardó 20 segundos en sacar de banda (90:51-91:11) e, inmediatamente, recibió una clara falta de Murphy en la que se fueron 30 segundos más (91:16-91:46). Flick aprovechó un saque de puerta a favor del Newcastle para hacer el cambio de Casadó (92:00-92:50). Luego, el Barça rascó diez segundos más en otro saque de banda (93:50-94:00) y Pedri, que paró el tiempo durante la prolongación, recibió otra falta (94:05-94:22). El Barça ganó 37 segundos más en dos córners después de dos remates de Olmo y Ferran que sacó Pope. Luego, Casadó agarró sostenidamente a un rival y vio amarilla. Pero hasta que el Newcastle sacó pasaron 30 segundos más (96:32-97:02). Finalmente, fueron las urracas las que se tomaron su tiempo, 24 segundos (97:17-97:41) para sacar en largo el último balón de banda que acabó en el tiro final de Tonali a las manos de Joan García.
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En total, cuatro minutos de tiempo parado en un descuento de ocho. Un éxito para un equipo que se quitó los fantasmas de Milán manejando el tiempo extra sin necesidad de recurrir a ningún tipo de juego subterráneo. Simplemente con una gestión calmada siempre a espaldas de un Pedri excepcional, con De Jong y Casadó de escuderos en el triángulo del centro del campo. Y en el que incluso pudo hacer dos goles.
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