Aprobados y suspensos del Real Madrid contra la Real Sociedad: Mbappé y nada más

El resultado fue un trampantojo, pero es lo que cuenta. El Madrid se alió con los palos. Hasta en tres ocasiones la madera fue la mejor defensa de Ancelotti. La Real acarició, y mucho, el tanto y consiguió inhibir a un Vinicius desconocido. Sucic fue una pesadilla para Militao y Rüdiger. Pero Güler chutó a la mano de Sergio Gómez, Vini no dudó desde los 11 metros y el homenaje a Chillida se tiñó de blanco. Poco después, otro penalti. Lo forzó el de São Gonçalo y lo convirtió Mbappé, el mejor futbolista ‘naranja’ en Anoeta. Con los tres puntos en el bolsillo, ojos en un Brahim que abandonó el campo en el 24′...

Courtois: Doble susto. El primero, por una salida en falso tras un córner. Algo poco, muy poco, habitual en el belga. El segundo, por un golpe en la misma jugada que le dejó tendido sobre el césped con molestias en la espalda. Se levantó y respiró Ancelotti. No estaba siendo un encuentro sencillo, pero se alió con el palo hasta en tres ocasiones (Sucic por partida doble y Becker le fusilaron sin suerte). Salvó al equipo con una manopla en la segunda parte.

Carvajal: Encuentro serio del leganense. La mayor parte del peligro llegó por la zona central o la izquierda del ataque realista y trató de hacer coberturas a sus compañeros. Se mostró en campo contrario, aunque sin la incidencia de otras noches. Principalmente porque no recibió demasiados balones francos para percutir en campo contrario.

Militao: Pudo celebrar su quinto aniversario con el Madrid (el 14 de septiembre de 2019 jugó su primer partido) sobre el campo. Mucho, teniendo en cuenta que un pinchazo en el muslo con Brasil parecía borrarle incluso de la Champions. Llegó, pero, eso sí, sólo en espíritu. Poco acertado en el duelo, llegó algo tarde en interceptaciones donde habitualmente muestra superioridad, tampoco estuvo fino en la salida de balón y un error a punto estuvo de costar un disgusto (Sucic al palo) tras el descanso.

Rüdiger: Sucic y Becker fueron un dolor de muelas. Intenso, además. Y con un Militao menor, Rüdiger no fue Rambo. El mejor defensa del Madrid fue la madera de la portería de Courtois. Si bien el alemán acarició el gol con un enorme testarazo a centro de Modric, estuvo tibio en el cuerpo a cuerpo y dubitativo con balón.

Mendy: No es sencilla tener enfrente a Take Kubo y Ferland superó el examen con buena nota. Por algo Ancelotti es su mayor valedor en el club. No luce tanto como otros, pero permite que ellos lo hagan. Solvente en el cuerpo a cuerpo y prácticamente impoluto con el esférico (sólo erró dos pases, con más de un 95% de acierto. Indiscutible.

Valverde: Sus galones crecen, también sus responsabilidad. Hasta el punto de minimizar su impacto en partidos como el de San Sebastián. Muy solo en la presión en un centro del campo que adoleció de músculo. Valverde hizo kilómetros, trató de cambiar el ritmo con pases largos, pero no se pudo incorporar. Muy sujeto por su labor de pivote, para el Halcón vuele necesita mayor libertad.

Modric: Exigencia máxima para el croata. En la primera parte trató de controlar el ritmo del partido, aunque le costó ante una Real Sociedad muy física. Aún así, colgó un balón delicioso que Rüdiger casi convierte en oro y cruzó un servicio peligro al abrigo del descanso. Chispazos de una calidad inagotable. En el segundo tiempo, tras los goles, estuvo más cómodo. Acarició el gol con un gran zapatazo sobre la bocina.

Brahim (24′): Oportunidad y drama. Venía de reforzar su candidatura al Balón de Oro africano en el parón y Ancelotti. Directo al once. Comenzó irreverente y cocinó una ocasión clara de Mbappé con un doble caracoleo y pase al hueco... en una jugada fatídica. Tras ella, mano al isquiotibial derecho, mirada a Ancelotti y gesto torcido. Instantes después, cambio. En el Madrid tocan madera con el Stuttgart a la vuelta de la esquina.

Güler (77′): La duda era Brahim o Güler. La respuesta de Carletto, los dos. El turco no estaba aprovechando la oportunidad. En ataque apenas había incidido y en defensa cometió un par de errores que pudieron acabar en disgusto. Pero demostró que su relación con la portería rival es asombrosa. Chutó con el alma y el disparo golpeó en la mano de Sergio Gómez. Así se cocinó el penalti que desniveló el duelo. Aún así, poco Arda en Anoeta.

Vinicius: Sigue sin ser Vini, pero fue decisivo. Gol y penalti forzado. El que descansó fue Rodrygo, pero Vinicius prácticamente no apareció hasta la pena máxima. Raro en él, porque más o menos acertado, (casi) siempre lo intenta. Sin apenas regates ni desborde, sigue buscándose a sí mismo. Los brotes verdes de la victoria contra el Betis, donde se entendió y complementó con Mbappé, no arraigaron en San Sebastián. Desconocido. Eso sí, sangre fría desde los 11 metros en su alternancia desde el punto fatídico con Kylian. Además, forzó el segundo.

Mbappé (89′): Kylian fue una pesadilla con el PSG para la Real e insistió en mantener el embrujo. Lo intentó escorado a la derecha, con un centro-chut que Remiro desbarató. También más centrado, tras gran servicio de Brahim. De nuevo el meta txuri-urdin fue un muro. Y desde la izquierda, pero su latigazo se enroscó hacia fuera. Mucho peligro, pero muy solo. El ataque blanco fue, durante muchos minutos, Mbappé y nada más. El premio llegó desde los 11 metros. Cuarto gol a la Real, cuarto tanto con el Madrid.

También jugaron

Rodrygo (24′): Ancelotti optó por darle descanso tras el kilométrico parón, pero no tardó en saltar al campo tras la lesión de Brahim. Buscó asociarse y jugar por dentro, aunque no estuvo acertado en un arte donde es maestro, el regate.

Lucas Vázquez (77′): Minutos en una posición, interior derecho, que fue la suya durante los albores de su carrera. Carletto buscó amarrar con la entrada del gallego.

Endrick (89′): Sin apenas tiempo para entrar en contacto con el balón.

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