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CELTA 3 - CÁDIZ 0

Aprobados y suspensos del Celta: Larsen y Veiga se meten en el bolsillo a Balaídos

La torre noruega firmó un impactante debut, intimidando al Cádiz con su 1,93 de estatura, y el canterano transformó la medular. Lo de Aspas es escandaloso.

El noruego Strand Larsen aplaude durante su debut con el Celta ante el Cádiz.
Lalo R. Villar

Marchesín: Un espectador más. El Cádiz no lo puso a prueba en todo el partido. Encadena dos jornadas con la portería a cero.

Hugo Mallo: Sin problemas ante el debutante Ocampo. En la segunda parte se las tuvo tiesas con Espino, que dejó la huella de su bota en el muslo del marinense en una acción del uruguayo tan fea como peligrosa. Para no correr riesgos, Coudet sustituyó al capitán en los últimos minutos.

Aidoo: Infranqueable. Anuló con su potencia cualquier intento de contragolpe del Cádiz. Confianza y precisión en los envíos en largo. Se encontró tan sobrado que con el partido resuelto se incorporó al ataque al más puro estilo Piqué o Sergio Ramos (cuando estaban en plenitud física).

Unai Núñez: Consolidado. Después de fajarse en un duelo de pesos pesados con el Choco Lozano, en el tramo final incluso se animó a salir conduciendo el balón desde atrás. Rozó el gol con una volea en un córner.

Javi Galán: Decantó a su favor un intenso cara a cara con Iván Alejo. El atacante del Cádiz lo maniató en los primeros 45 minutos, pero en la segunda parte el lateral céltico subió la banda como acostumbra. Un centro suyo lo cabeceó Larsen al palo.

Tapia: Ahogado. El Cádiz compareció en Balaídos con la premisa de asfixiar al doble pivote del Celta y Alarcón estuvo a punto de robarle la cartera al peruano en una acción de máximo riesgo para los locales. Sustituido al descanso.

Beltrán: Fiabilidad. Su tándem con Tapia no generó juego y la hora de elegir entre los dos Coudet retiró al peruano. Como único mediocentro, el madrileño se bastó para dar equilibrio.

Cervi: Maratoniano. Corrió sin parar y el mejor ejemplo de su compromiso defensivo fue un espectacular repliegue apareciendo en el área de su equipo para desbaratar una contra lanzada por el Cádiz tras un córner a favor al Celta. Espeso en la elaboración durante el primer tiempo, mejoró igual que sus compañeros después del 1-0. En el tercer tanto se la deja de cara a Aspas para que el moañés firme un golazo.

Óscar Rodríguez: Gol y susto. Pasó desapercibido en el primer tiempo, tanto por la derecha como por la izquierda, hasta que al filo del descanso lanzó un misil desde 30 metros que puso en apuros a Ledesma. En su primer tanto como celeste pone la guinda a una jugada colectiva de ensueño. A renglón seguido, pidió el cambio por una molestia muscular a la que Coudet restó importancia en la sala de prensa.

Iago Aspas: Está en uno de los momentos de mayor inspiración de su carrera y eso es mucho decir. Anotó los dos goles desde fuera del área: en el primero tiene la fortuna de que su disparo toca en Luis Hernández y el segundo es una obra de arte. Esta noche duerme como máximo goleador de la Liga.

Carles Pérez: No encontró su sitio y Coudet lo retiró al descanso. Se movió como delantero, enganche, extremo diestro… Aprendiz de todo, maestro de nada. No se lo piensa dos veces si tiene opción de disparo.

Larsen (entró por Carles): Debut impactante. Intimidó al Cádiz con su 1,93 de estatura y el primer centro que le pusieron lo estrelló en el palo. Asiste a Óscar en el 2-0 con un toque de lujo jugando de espalda a la portería. Se vino tan arriba que acabó intercambiando codazos con los zagueros, lo que le costó ser amonestado, y arengando al público al estilo Cholo Simeone.

Gabri Veiga (entró por Tapia): Su primera gran noche con público en Balaídos. El canterano aportó la fluidez que le estaba faltando a la medular. Roba el balón y lanza a Aspas en el 1-0. Su pase a Larsen en el 2-0 rompió los esquemas a la defensa del Cádiz. Es un futbolista muy completo y exhibió disparo con una volea desde fuera del área.

Solari (entró por Óscar): Entró con el partido visto para sentencia y su energía permitió al Celta seguir arrollando a los pupilos de Sergio González.

Mingueza (entró por Mallo): Volvió a escena tras su desafortunado debut. Coudet eligió antes al catalán que a Kevin para ocupar el lateral derecho en el trámite de los últimos minutos.

De La Torre (entró por Beltrán): El estadounidense formó tándem con Veiga en la medular. En una arrancada demostró su capacidad para conducir el balón con velocidad.