Aprobados y suspensos del Celta: Larsen es sinómino de falta
En un partido muy trabado, el punta noruego cometió cuatro infracciones y sufrió otras tantas. Acabó amonestado, al igual que los dos centrales de la Real Sociedad.
Marchesín: Volvió a ser de los más destacados de su equipo pese a encajar dos goles. Evitó que el 1-2 llegara antes al desviar con el pie un remate de Mikel Merino e impidió el 1-3 en el minuto 85 respondiendo con firmeza a un trallazo de Sorloth. Buenos golpeos en largo.
Hugo Mallo: Atolondrado. Aún no se habían completado los dos primeros minutos cuando la cabeza del capitán celeste impactó con la de Aihen Muñoz. Ambos siguieron jugando con un aparatoso vendaje, pero el lateral de Marín no estuvo cómodo en ningún momento, transmitiendo inseguridad con el balón, y tuvo que escuchar algunos pitos. Su calvario terminó en el 65′ al ser sustituido.
Aidoo: Superior a Kubo, inferior a Sorloth. El central impuso su físico en los duelos con el japonés, pero encontró la horma de su zapato en el delantero noruego. Hasta en dos ocasiones el ariete realista lo desbordó por potencia y se plantó delante de Marchesín.
Una Núñez: Irregular. Mezcló apariciones de mérito con alguna acción mejorable. Una arrancada suya, plantándose en las inmediaciones del área rival, concluyó con un disparo de Carles Pérez en la mejor oportunidad del Celta para empatar.
Javi Galán: Efectivo. Sin la brillantez habitual de sus desbordes, completó un encuentro muy serio en defensa y desactivó a Brais Méndez en su regreso a Balaídos. Dio un paso adelante en ataque a raíz del 1-2, aunque acabó el partido tocado físicamente.
Beltrán: Desapercibido. Tan correoso en la presión como de costumbre, tuvo escaso protagonismo con el balón. Resolvió con calidad un par de situaciones comprometidas.
Gabri Veiga: Su primer borrón en la élite. El tanto de la victoria de la Real Sociedad se explica por una marca demasiado blanda del canterano sobre Zubeldia. Al margen de ese fallo, cuajó un sobresaliente final de la primera parte. Dejó un caño de fantasía Sorloth. En el arranque del segundo tiempo se movió por la banda derecha y decayó su influencia en el juego. Coudet lo retiró en la primera ventana de cambios.
Óscar Rodríguez: Intermitente. Le costó aparecer como interior diestro y en el puesto de Gabri Veiga no consiguió mejorar el funcionamiento del equipo. Tiene el punto de mira desviado y las dos veces que buscó portería sus lanzamientos se marcharon a las nubes.
Cervi: Leve mejoría. Más vertical en ataque que en los últimos partidos, metió un buen centro y se atrevió con un lanzamiento desde la frontal que se le fue ligeramente alto. Solidaridad defensiva innegociable.
Iago Aspas: El hombre orquesta. En su sexto gol de la temporada, hace caer en la trampa a Zubimendi, roba el balón y define de manual. Mejoró casi todas las jugadas en las que intervino. Nada nuevo.
Larsen: Sinónimo de falta. Cometió cuatro y sufrió cuatro. En su intenso duelo con los centrales de la Real, los tres acabaron amonestados. El noruego es un incordio constante para los defensas rivales, pero sigue sin estrenarse como goleador. Su único remate a puerta obligó a lucirse a Remiro, pero estaba anulado. A Coudet le desespera que busque los centros aéreos con el pie y no de cabeza.
Carles Pérez (entró por Veiga): Está llamando a las puertas del once. Tiene un cañón en la zurda y lo exhibió en un disparo que Remiro despejó con una gran parada. Verticalidad en estado puro.
Mingueza (entró por Mallo): No convence como lateral. Barrenetxea tardó 6 minutos en sacarle una tarjeta. Tímido en ataque.
Paciencia (entró por Cervi): El doble 9 que formó con Larsen está muy verde. El portugués no encontró su sitio. Expulsado de manera surrealista a la conclusión del partido.