Ancelotti se carga de razón
El 0-4 del Camp Nou refuerza su debilitado crédito. También le pone a puertas de otro trofeo. El italiano ha ganado el 71% de los títulos desde que volvió.
El 0-4 del Real Madrid en el Camp Nou tiene ramificaciones históricas (la mayor victoria blanca en feudo culé desde el 1-5 de 1963), vertientes de bálsamo (fin a la racha de tres Clásicos ganados por los azulgrana) y sobre todo coloca un pedestal bajo los pies de Carlo Ancelotti. En un club tan volcánico como es el de Chamartín, con nombres revoloteando sobre su puesto, el italiano sale muy reforzado gracias a un torneo -la Copa- que casi siempre le trata bien.
Ancelotti mantiene abiertos dos frentes para poder conducir al Real Madrid hasta dos títulos más (en esta 2022-23 ha levantado Supercopa de España y Mundial de Clubes) y la hoja de servicios del transalpino engorda y engorda sin parar. Desde que volvió a estampar su firma con el equipo blanco, en verano de 2021, Ancelotti ha ganado cinco de los siete títulos en los que ha participado. El 71 por ciento. Para esta, quedan aún tres competiciones en liza. La Liga parece (casi) un imposible, pero en la Copa está a 90 o 120 minutos de tocar otro metal y la Decimoquinta que sería el premio gordo tiene un trayecto con cinco estaciones. Las dos primeras, con este Chelsea en llamas que a menos de una semana de venir al Bernabéu ha cambiado de entrenador.
Su fe en Luka y Toni
“Son partidos en los que la personalidad del jugador, la experiencia, es muy importante”. Ese análisis de Ancelotti con 0-4 aún en el marcador del estadio, no podía ser de otra forma, era a pregunta sobre el partido de Kroos y Modric. La pareja interminable sigue haciendo historia en vivo. A Ancelotti se le ha acusado de estar empecinado en emplearlos de inicio en cada partido de alto riesgo.
Pues llegados al primer momento de la verdad, este del Camp Nou, y Kroos y Modric jugaron a todo trapo. El descanso al croata tras su periplo con su selección fue público (no jugó ni un minuto ante el Valladolid) pero el planning específico para mejorar el estado físico del alemán se cocinó dentro de Valdebebas. Una recarga de pilas que se notó sin ir más lejos en el 6-0 contra el Pucela. Kroos llegó a ofrecerse en una jugada a doblar por la banda a Vinicius. Así de sobrado iba. Jugó los 90 minutos. A Ancelotti no le importó, porque era parte del plan. Kroos, en el 0-4, fue el madridista que más balones recuperó (siete). Todo mientras Modric era capital en la goleada, desmantelando al Barça. Un triunfo personal para el italiano. Siempre creyó.
La caldera, a todo gas
Ha ido Carletto preparando meticulosamente este tramo definitivo. Para empezar, usó el juego mental de preparar este Clásico como una final. Lo reveló el propio italiano en una imagen distribuida por el club en un Madrid Inside tras el partido. Con la plantilla a su alrededor, dentro del vestuario, Carletto sacó a pasear su . “He dicho una mentira, no era la final... ¡la final hay que jugarla!”.
Una final, la de verdad, para la que las válvulas blancas empiezan a bombear a pleno rendimiento. Esa puesta a punto de Kroos durante el parón internacional ha ido acompañado de otro paso por taller de Benzema. Al francés, envuelto además en las obligaciones del Ramadán, se le ha controlado físicamente al milímetro. Tanto en Valdebebas como en su casa. Venía hasta ese momento con problemas para imponerse en algunos de los partidos de altura (no marcó en el último derbi ni en los dos Clásicos previos a este último). Recuperar a Karim para volver a suponer una amenaza doble con Vinicius era una prioridad y el francés ha agradecido ese pequeño plan físico con dos dobletes en cuatro días...
Un botón de encendido que en clave global, pero sin perder de vista esos casos de nombres con un peso superlativo en el equipo, venía a confirmar Ancelotti. “La caldera ha vuelto a su temperatura”, dijo en la sala de Prensa del Camp Nou con su proverbial habilidad para la metáfora. Su Madrid, el del colmillo afilado, ha vuelto.
Brasil, parece, tendrá que esperar.