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Ale Díez: “No es que sienta que no pude terminar mi trabajo en Las Palmas, es que es una realidad”

“Me dijeron claramente que no contaban conmigo y hubo que tomar la mejor decisión para los dos partes”, recordó en AS antes de regresar a Gran Canaria.

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Ale Díez: “No es que sienta que no pude terminar mi trabajo en Las Palmas, es que es una realidad”
CHEMA DIAZDIARIO AS

No será el de este domingo un partido más para Ale Díez, que se desfonda cada día por hacer un hueco en la SD Ponferradina. “Es especial volver a un sitio donde fuiste tan feliz”, insiste el defensa. Se refiere, claro, a su estancia de dos temporadas, las anteriores a la actual, en Las Palmas.

Su recuerdo, pese a no jugar mucho, no puede ser mejor. “Tengo muchísimos amigos, mucha gente a la que le tengo un cariño muy especial. Allí disfruté mucho. Han sido dos años muy intensos y bonitos. La pasada fue una temporada magnífica, la disfrutamos de una manera increíble, sobre todo con un final de temporada precioso”, insiste en esta entrevista para Diario AS.

Su tiempo en Gran Canaria acabó un año antes de lo inicialmente previsto. El trabajo, el sueño del ascenso, quedaron inconclusos. “No es que lo sienta, es que es una realidad”, recalca Díez. Sin embargo, no hay reproches para su antiguo club. Ante todo, caballerosidad: “Me dicen claramente que no cuentan conmigo y tengo que tomar esa decisión tanto por el beneficio del club como por el mío. No iba a tener minutos porque no contaban conmigo, por lo que tuvimos que buscar la mejor opción para las dos partes”.

Aún recuerda cómo Viera “siempre fue el primero”, y los trayectos con Moleiro en coche. “No tenía carnet, así que se venía conmigo a entrenar”, recuerda, simpático, sobre los comienzos del 10 de Las Palmas.

Así, con una puntualidad suiza, este lateral derecho de exquisita puntualidad, mejor talento y siempre de buen humor, se desarrolla una conversación tras la que queda claro por qué continúa siendo tan querido en un vestuario que ya no es el suyo. Toca reencontrarse. “Y ser valientes”, asegura.

¿Qué tal le va en Ponferrada? Por lo pronto, seguro que con más frío que en Gran Canaria.

(se ríe). La verdad es que bastante más. La temperatura no tiene nada que ver pero estoy muy contento. Es un club muy familiar, muy cercano. Tanto los compañeros como la directiva me recibieron fenomenal. Estoy adaptándome. Ahora mismo me entreno y aprieto lo máximo posible para ponérselo lo más difícil posible al míster (David Gallego) y al compañero Paris, que estás jugando ahora y además se encuentra en un gran momento de forma. Estoy esperando a que me llegue la oportunidad para aprovecharla.

Usted rescinde con Las Palmas en agosto pero no firma con la Ponferradina hasta noviembre. ¿Cómo gestionó mentalmente tantas semanas de espera?

Es algo complicado. No te voy a engañar: es una situación muy difícil. Dentro del fútbol es de las más complicadas que he pasado, quizás junto con alguna lesión. Pero cuando te lesionas estás en dinámica, con los compañeros, con todo el mundo, y lo que quieres es recuperarte cuanto antes para volver al verde. Pero cuando te encuentras en esa situación de salir de un club como Las Palmas, que a pesar de no tener muchos minutos la temporada pasada te creas la expectativa de que sí que vas a tener algún equipo, y confías pero nada sale y esa llamada no llega, te ves en una situación muy complicada. Encima ves a tus compañeros, a tus amigos, cada fin de semana en los partidos y tú estás en casa y deseando entrar en dinámica de grupo, competir, entrenar, y no llega esa llamada, es algo muy difícil. Por suerte la Ponfe me llamó y confió en mí, así que estoy muy contento.

No solo tardó en llegar esa llamada, sino que al poco de llegar usted, dimitió el entrenador anterior (José Gomes).

Dimitió justo en la semana en que llego yo a Ponferrada. Pero a mí quien me llamó fue la Dirección Deportiva. El club y el entrenador tomaron esa decisión, y yo me tengo adaptar a la situación a la me encontré.

¿Qué tiene de especial para usted el partido contra Las Palmas?

Es un partido especial, bonito. Tengo muchísimos amigos, mucha gente a la que le tengo un cariño muy especial. Allí disfruté mucho. Han sido dos años muy intensos y bonitos. La pasada fue una temporada magnífica, la disfrutamos de una manera increíble, sobre todo con un final de temporada precioso. Es especial volver a un sitio donde has sido feliz, estado a gusto y tienes a muchos amigos.

Usted firmó tres años con Las Palmas, pero tuvo que marcharse antes de tiempo. ¿Siente que no le dejaron terminar el trabajo por el que tanto luchó, como es la pelea por ascender a Primera?

Al final no es que lo sienta: es una realidad. Llega Xavi y, en verano, deciden que no voy a contar con muchos minutos y que lo que mejor es que salga. Me lo dicen claramente y tengo que tomar esa decisión tanto por el beneficio del club como por el mío. No iba a tener minutos porque no contaban conmigo, por lo que tuvimos que buscar la mejor opción para las dos partes. Como te he dicho, eso no quita decir que ha sido un sitio donde he estado muy a gusto, al que le tengo un cariño muy grande. Dejo a grandísimos compañeros. Y no solo a ellos sino también a la gente del club, que tiene a unos profesionales increíbles. Tenemos una amistar increíble, pero la realidad es esa.

No se le intuye ningún reproche al recibir esa comunicación del entrenador.

Sí. Nos lo dijo a 6-7 futbolistas, y ya está. La tuvimos que acatar, no quedaba otra opción. Cuando viene un entrenador y te lo dice así, podrás estar más o menos de acuerdo, pero como él es el que decide tienes que acatar y aceptar la opinión que ha tomado. Y aceptarlo de la mejor manera posible para llegar al mejor acuerdo para las dos partes.

El curso pasado vivió aquí el cambio de entrenador. Tras la llegada de García Pimienta el equipo fue imparable hacia arriba. ¿Dónde estuvo ese click?

Sí es verdad que cuando Xavi hay un momento de dudas. Me acuerdo de que el primer partido empatamos contra la Real B (0-0) y luego ganamos en Cartagena, pero después nos pegamos siete partidos sin una victoria. Fue justo el partido de Valladolid, cuando ganamos 0-1 con gol de Sadiku. Quizás no te lo esperas, pero ganas fuera de casa y empiezas a coger confianza y una dinámica muy buena que nos hace ir para arriba.

Acumula usted su quinta temporada jugando en Segunda División. Desde su experiencia, ¿a qué debe agarrarse la Ponferradina para luchar por la salvación?

Como hemos hablamos antes, tuvimos un cambio de entrenador, y el que tenemos ahora quiere imponer sus ideas nuevas, su estilo de juego, y a veces es difícil adaptarse. Creo que el equipo está ahora en buen momento, creo que está sabiendo recoger lo que nos transmite el míster para plasmarlo dentro del campo. Pero eso no se consigue de un día para otro, aunque vamos por el buen camino. Sabemos lo difícil que es la segunda división. Un equipo como la Ponfe, que hizo un trabajo espectacular durante los dos años anteriores, en este, con el mismo objetivo, al final las dinámicas se están yendo para el otro lado. Tenemos que revertir la situación. Todavía quedan muchos puntos y jornadas, y lucharemos para ello.

El patrón de juego de Las Palmas no ha cambiado: presión alta, mucha posesión de balón, un juego muy ofensivo. Vamos, lo que usted conoce tan bien. ¿Qué debe hacer su equipo para puntuar este domingo en Gran Canaria?

Está claro que Las Palmas tiene un patrón que es muy reconocido por todos, no solo por mí, que estuve dentro viviéndolo. Cualquiera de los que vemos sus partidos desde fuera sabemos que es un equipo que quiere tener prácticamente el 100% de la posesión, que te quiere apretar arriba, que quiere tener cuanto más tiempo el balón mejor, que intenta terminar las jugadas por dentro con muchísimas paredes y futbolistas de calidad superlativa. Entonces, tenemos que ir allí a ser lo más valientes posible. Sabemos que vamos al campo del líder pero también que, con nuestras armas, podemos hacer mucho daño. Si defendemos como estamos defendiendo, si tenemos esa solidez de los últimos partidos, donde el equipo creo que ha estado bastante bien, y arriba somos capaces de juntarnos y tener esa tranquilidad… Y también jugar con ellos: sabemos que sufren si no tienen el balón. Entonces, cuanto menos lo tengan más a gusto vamos a estar nosotros. Esas pueden ser nuestras armas.

En Ponferrada coincide, como en Las Palmas, con Edu Espiau. Toda una garantía a la hora de decidirse a ir para allá.

Sí. Y encima, hice muy buena amistad con él durante mi primer año en Las Palmas. Tenemos una gran realidad, y este tiempo sin estar juntos también mantuvimos el contacto. Y ahora, cuando salió lo de Ponferradina, obviamente con quien primero hablé fue con él. Llegar a un vestuario con un compañero así te lo hace todo más fácil y sencillo. Es fenomenal, la verdad.

En Las Palmas jugó con Jonathan Viera, el futbolista más importante de la categoría, y con Alberto Moleiro, otra de las estrellas de la categoría. Entrenando deben ser hasta mejores que en los partidos.

Con Jonathan coincido solo la temporada pasada, aunque por su trayectoria todo sabemos el futbolista que es. Sí me sorprendió mucho, dentro del vestuario, el capitán que era. Era increíble cómo se lo dejaba todo por ese vestuario. Luego, como futbolista, no dio ese plus, esa confianza de ver cómo es el primero que me el pie, el primero que llega, el primero que va. Cuando se la das sabes que no la a va a perder, así que te da esa tranquilidad. Con Moleiro viví desde el principio todo ese crecimiento tan grande que está teniendo. El año que llego a Las Palmas siempre venía conmigo en el coche. Hace tres años, cuanto llego, tenía 16; el carnet se lo sacó el año pasado. Ha tenido un crecimiento increíble. Todos sabíamos de la capacidad del fútbol que había en sus botas, pero la verdad es que lo está exponiendo con creces. Cada día se siente más protagonista, con más confianza, y ve que le sale lo que quiere hacer en el campo. Eso le da una importancia no solo en el equipo sino, por supuesto, también en la liga. Es increíble lo que está haciendo con la edad que tiene. Que lo siga disfrutando, aprovechando. Que continúe de esa manera, que además le gusta mucho por hacernos disfrutar a los amantes del fútbol. Eso está claro.

Usted, no solo en esta entrevista, siempre habló maravilla de Gran Canaria y de su gente. ¿A quién y qué le gustaría ver primero este fin de semana si tuviera tiempo?

Ver, a la mayoría de los compañeros con los que estuve el año pasado. Hice una relación increíble con Óscar Clemente, Lemos, Alberto (Moleiro), Sergi (Cardona), Coco… Con todos tuvimos una relación y una amistad buenísima. Con los primeros con los que quedaría sería con todos ellos, seguro, para cenar algo después del partido. ¿A dónde ir? Por suerte, he disfrutado de muchos sitios. El primer año, con el COVID, no pudimos, pero el segundo, con unas restricciones más abiertas, pudimos disfrutar mucho. No sabría decirte un sitio concreto, pero sí que sería con ellos (sonríe).