Aké y el filtro del central
El holandés entra dentro de los parámetros que ‘exigen’ Deco y Flick para reforzar a la plantilla por calidad y polivalencia; y su salario es similar al de Christensen. La llave la tiene el City.
Nathan Aké (18-2-1995, Den Haag) es uno de los nombres que sí pasa el filtro de exigencias que Deco y Hansi Flick se han puesto en el proceso de rastreo de centrales arrancado después de la lesión de larga duración de Andreas Christensen. Camino de los 31 años, nada joven pero tampoco muy veterano, con experiencia internacional y gran capacidad de asimilación, Aké, que ha desarrollado su carrera en la Premier League, es un jugador de nivel, acostumbrado a un fútbol similar al que plantea Flick, con la defensa adelantada, intenso y polivalente: zurd, puede jugar de central y lateral izquierdo.
Aké, atacado por las lesiones la temporada pasada (además de lesiones musculares fue operado de una fractura en un pie), ha perdido protagonismo en favor de O’Reilly en el lateral y Gvardiol en el puesto de central. Incluso el croata suele moverse a la banda en ocasiones para que entren Ruben Dias y Stones. La posibilidad de jugar en el Barça seduce a Aké. Además, la experiencia del club azulgrana con los holandeses suele ser buena (Davids siempre se pone como ejemplo de fichaje invernal), y el idioma no sería un problema. Además, Aké se mueve en una escala salarial similar a la de Christensen, que podría liberar el 80% de su salario para el fichaje. Pero para liberar la ecuación queda saber qué comportamiento mantiene el City, cuya política siempre se mueve en los mismos parámetros. Guardiola no obliga a nadie a estar contra su voluntad en los citizens, pero tampoco regala jugadores. Con contrato hasta 2027, se abren las puertas a las opciones de cesión o traspaso. La temporada, sin embargo, es larga, y aunque no quiera futbolistas a disgusto, Aké es un jugador competitivo y una garantía si hay lesiones en la zona.
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Fiche o no, el nombre de Aké (243 partidos en la Premier League, 31 en Champions y 57 compromisos internacionales con Holanda) dibuja el retrato robot de lo que quiere el Barça si es que se trata de reforzar la plantilla. Nada de experimentos con gaseosa. Si alguien viene, debe ser para, al menos igualar el rendimiento que un Christensen sano podría dar.
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