“Aeróbicamente, el Pedri que yo conocí era un jugador diez”

Pepe Mel (28-2-1963, Madrid) fue el entrenador que hizo debutar en la élite a Pedri en Las Palmas cuando apenas era un crío de 16 años. Desde la distancia, el ex técnico de Rayo, Betis, West Browich Albion o Málaga entre otros, valora para AS con prudencia el momento actual del canario, que ha acumulado varias lesiones en el recto anterior del muslo derecho y está en proceso de alcanzar de nuevo el cien por cien.

Hay que recurrir a usted como experto en Pedri… Usted le dio la oportunidad en Las Palmas. Ahora ha estado 378 días de baja en los últimos dos años. ¿Cómo lo ve?

En primer lugar, yo puedo hablar del Pedri que conocí y que deslumbró a tanta gente en las Palmas. No estoy en el día a día actual del Barça. Y lo que puedo decir es que, aeróbicamente, Pedri era un jugador diez, que había hecho atletismo cuando era joven y que, gracias a eso, podía jugar los 90 minutos al mismo ritmo con 16 o 17 años. Lógicamente, cuando saltó tan pronto a un club como el Barça tenía que mejorar en las cuestiones de fuerza. Visto desde fuera, está claro que el Barça lo ha hecho. Pero es cierto que ha tenido lesiones.

¿Cree que aquellos 72 partidos de la primera temporada en el Barça, Eurocopa y Juegos incluidos, le pueden estar pesando? Él mismo ha admitido internamente que llegó exhausto a Tokio.

Seguro que sí. Para los jugadores que están en equipos top, esto se ha vuelto una locura. Juegan 70 partidos al año, que es tener partido domingo y miércoles todas las semanas. Y claro, el cuerpo se tiene que adaptar a eso. Físicamente, el Pedri del primer año del Barça no tiene nada que ver con este. Recuerdo en ese primer año de Pedri en el Barça una eliminatoria de Champions contra el PSG en el que, en cada chocque, Pedri salía despedido tres metros. Entonces, los clubes no pueden dejar que eso pase. Los futbolistas tienen que cambiar muscularmente. El Barça creo que ha hecho un buen trabajo y se ve a simple vista, pero es verdad que han llegado las lesiones.

Usted ha sido jugador también. ¿Cree que Pedri ha cogido miedo?

Es normal que tenga prudencia, porque sabe que cada recaída significa dar dos o tres pasos hacia atrás. Cada vez que se lesiona tiene que volver a empezar y eso se nota. Pero el juego de Pedri es bastante sencillo. Es de control y pase, estar en disposición de jugar el balón. Es un juego aeróbico. Veo que tal vez participe menos. Obviamente no estoy dentro del Barça, pero por mi experiencia, cuanto más cerca esté de la pelota, mejor le irá a su equipo porque Pedri ve el pase donde otros no lo ven. Es sobresaliente. Yo lo acercaría al comienzo de la jugada.

¿Lo ve pues más en el inicio de la acción que como mediapunta?

Sí. Estamos hablando del Barça, obviamente. Hay grandes jugadores y tanto Oriol Romeu como De Jong están capacitados para hacerlo. Pero yo lo veo jugando ahí, o incluso tirado hacia la izquierda. La clave es que es un jugador que tiene que estar en contacto con el balón. Porque así es como más le va a dar a su equipo. Él siempre da un apoyo. Es perfecto para la combinación.

¿Ha llegado a hablar con él en los últimos tiempos?

A los futbolistas hay que dejarle su espacio. Ni cuando él estaba a mis órdenes, estaba todo el rato hablando con él. Nosotros sabíamos lo que teníamos que hacer para que Pedri llegase a ser lo que es ahora, cuál era la dirección correcta. Él tiene que estar con los fisios, con su familia...

¿Usted cree que el hecho de haber ‘descubierto’ todo lo que hay detrás de él como estrella le puede estar afectando y creándole cierto estrés?

Sinceramente, pienso que no por el conocimiento que tengo de él como persona. Creo sinceramente que lo que le está afectando es la lesión, pero él con 16 años estaba jugando en Primera y rodeado de todos los cracks de Las Palmas, que eran grandes jugadores. Y luego fue compañero durante muchos meses nada menos que de Messi…Yo no creo que le esté afectando.

¿Qué consejo le daría?

Primero le diría que paciencia, porque las lesiones musculares son traicioneras. Y luego, que vuelva a las raíces, que sea el chaval al que le gusta el fútbol. Esa es la frescura que yo vi en Pedri. Recuerdo que tenía que mandar a Roberto Ríos (entonces su segundo entrenador), porque siempre que terminaba el entrenamiento, él seguía entrenándose. Se divertía. Había que decirle que lo dejase para el día siguiente. Pero tenía frescura y se divertía.

¿Y qué es del Mel entrenador, cuándo vuelve al tajo?

Pues ya sabe cómo es la vida del entrenador. Me toca esperar a que salga algo interesante. He tenido alguna cosa ahora pero no me ha convencido.

Arabia, Qatar, Estados Unidos… ¿Se ve fuera?

A ver, a mí siempre me ha gustado estar en España. Salvo la experiencia que tuve en la Premier, he entrenado aquí. Los entrenadores vivimos mucho del lenguaje y aquí es fundamental el idioma, pero es cierto que ahora mismo no descarto ninguna opción.

Y desde fuera, ¿cómo ve LaLiga? El otro día hubo una reunión de los entrenadores con los árbitros. Unos salieron más contentos, otros menos…

Está claro que si hay alguien que tenga presión en el fútbol, además de los jugadores, esos son los entrenadores y los árbitros. Yo siempre digo que los entrenadores no somos el presidente del Gobierno, que se examina cada cuatro años. Nosotros nos examinamos cada siete días y, obviamente, el resultado es muy importante. Y a mí hay solamente una cosa que no me gusta del VAR y es que los árbitros se inhiben en las decisiones, esperan a que actué la máquina. Estamos perdiendo la esencia, esperando a ver qué dice una máquina en Madrid. Eso desvirtúa el fútbol. La pasión del fútbol es instantánea.

¿Usted se cargaba el VAR?

Soy de la línea de Arsene Wenger, que dijo que es absurdo anular el gol por estar tres centímetros o medio pie. Eso toda la vida ha sido estar en línea. Un gol se anula por un fuera de juego claro, sería más dinámica. Y poco más. Los árbitros, como he dicho ahora, se sacuden la presión.

¿LaLiga ha bajado el nivel?

Tuve la grandísima suerte de disfrutar de la Premier en la 2013-14 (West Bromwich Albion) algo que tenemos que aprender de los ingleses es cómo venden el producto. Nosotros no sabemos hacerlo. No somos capaces de ir a la esencia. Por eso la Premier es largo la mejor liga del mundo.

¿Cómo ve a su Betis? Ha pasado por muchos equipos pero, y no sólo porque viva en Sevilla, el Betis es muy especial para usted.

Lo veo fantástico. Lo estamos disfrutando mucho. Este Betis no tiene que ver con el que yo estuve de 2010 al 2016. Ha avanzado mucho. Como club, han aprovechado muy bien el trabajo que hicimos mucha gente en una situación de penuria financiera. Y Manuel Pellegrini está haciendo un gran trabajo, manejando muy bien los dos jugadores que tiene por posición. Me alegro.

¿Le da envidia sana o siente el orgullo de haber puesto las primeras semillas de este Betis?

Para que el que nos lea nos entienda, en diciembre de 2010 no podíamos viajar a Tenerife porque no teníamos dinero. Así de crudo. Y una empresa privada nos tuvo que pagar para que pudiésemos viajar a jugar. Ahora, el Betis tiene futbolistas que ganan seis millones de euros. Por eso estoy contento de que parte de aquel trabajo que hicimos esté dando ahora sus resultados.

Usted dirigió a Míchel

Cuatro años. Fue mi capitán en el Rayo.

¿Le sorprende su éxito?

¿Sabe qué pasa? Míchel es uno de los futbolistas que entienden el juego. Porque una cosa es saber jugar y no entender el juego. Hay muchos futbolistas en el Madrid o Barça que no entienden el juego. Y él lo tenía. Ya me he enfrentado con él. Solíamos compartir muchas cosas porque el Rayo que nos tocó vivir se moría si no ascendía.

Su idea de juego, además, es muy parecida.

Sí, además hemos hablado de eso muchas veces él siempre me ha dicho que recuerda mis entrenamientos porque lo basábamos todos en el balón. Todo eso se esy en este Girona.

¿Veía en él un entrenador?

Sí, sin duda. Por la seriedad con la que se predisponía a cada cosa que hacía cuando era futbolista, se lo merecía. A mí me ayudó tener una mano derecha así.

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