El blanquivioleta vuelve a ser el color de moda en Valladolid
La expedición recorrió el Pisuerga, las calles de la ciudad y se dio un baño de masas en la Acera de Recoletos. Ronaldo reconoció vivir unos de los mejores momentos de su vida.
El Real Valladolid se dio un baño de multitudes después del increíble ascenso que logró el pasado domingo. El noveno de su historia. La plantilla pucelana, el cuerpo técnico y personal del club, capitaneado por el presidente, Ronaldo Nazário, disfrutaron de una tarde en el que el blanco y el violeta fue protagonista. Primero en las orillas y los puentes del Pisuerga. Toda la expedición comenzó el desfile en el barco la "Leyenda del Pisuerga" que atravesó media docena de puentes atestados de aficionados que vitoreaban a los futbolistas y también al presidente de la entidad que se mostraba reservado en una espacio en la parte trasera de la embarcación dejando el protagonismo a los futbolistas, pero que estaba muy feliz devolviendo las sonrisas y el cariño que le trasladaban los hinchas. Allí el brasileño expresó que "lo que estamos viviendo es muy especial, volvemos a Primera, que es donde tiene que estar el Valladolid. Sin duda es una de las mayores alegrías deportivas de mi vida", mientras que los jugadores en la parte delantera cantaban y celebraban hasta la llegada a la playa de las Moreras.
Allí otra multitud esperaba a la expedición que entonces se subió al autobús descapotable violeta para recibir el cariño también sobre el asfalto con cánticos como "Es de Primera, Pucela es de Primera" o "Adiós a Segunda, adiós". Tras el paso por algunas de las calles principales del centro de Valladolid, el equipo llegó a la Acera de Recoletos, con la fuente de Zorrilla completamente vallada, donde esperaban varias decenas de miles de personas que corearon a los jugadores (faltó Weissman ya concentrado con Israel), a Pacheta y al presidente.
Y hubo cánticos. Muchos. Uno de los principales fue el "Plata quédate". El ecuatoriano pertenece al Sporting de Portugal y se quiere quedar en Zorrilla, pero la negociación entre clubes parece complicada pues la opción de compra es de 10 millones. El entrenador fue uno de los más aplaudidos y fiel a su estilo afirmó "los protagonistas, los que nos han traído hasta aquí, son los futbolistas" al tiempo que agradecía el apoyo del máximo accionista en las malas rachas, como quedó demostrado en el abrazo que se dieron anoche en el vestuario. Finalmente, una de cal y arena para Ronaldo. La afición le pidió que besara el escudo y él lo hizo para algarabía del respetable, pero posteriormente le cantaron aquello de "el escudo no se toca" por la intención del club de modernizarlo y el brasileño se retiró discretamente. Ahora la entidad blanquivioleta trabaja en la composición de la plantilla para la temporada que viene. Cinco jugadores terminan contrato, mientras que los derechos de algunos de los cedidos podrían ser comprados. Pucela es de Primera.