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PREMIER LEAGUE

Sergi Canós: "Me hecho un jugador que no sabía que era"

La temporada de Sergi Canós en el Brentford de la Premier League ha sido más que notable. El extremo español, ahora también carrilero, se sincera con AS sobre el pasado, presente y futuro.

BRENTFORD, ENGLAND - MAY 22: Sergi Canos of Brentford celebrates after scoring their side's first goal during the Premier League match between Brentford and Leeds United at Brentford Community Stadium on May 22, 2022 in Brentford, England. (Photo by
Ben HoskinsGetty Images

Sergi Canós (25 años, Nules, Castellón) es ya toda una institución en el Brentford, uno de los grandes animadores de la última Premier. El extremo español, ahora también carrilero, marcó al Arsenal el primer gol de la competición en una temporada en la que ha disputado 35 partidos y en la que también hizo el último de 'The Bees' (Las abejas). Se formó en la cantera del Barça, fichó por el Liverpool con 16 años donde llegó a debutar unos minutos con Klopp y de ahí se radicó en el Brentford, tras un breve paso por el Norwich. No se pone límites.

-Ha sido su primera temporada en la Premier, ¿cómo se ha visto?

-Ha sido un año muy bueno a nivel personal y colectivo. Veníamos de Segunda pensando que quizá no éramos lo suficientemente buenos para esta categoría, y hemos demostrado que estamos a este nivel. Encima hemos disfrutado. Luego en lo personal, también. La única pega es que he jugado más como carrilero que de extremo, que es mi posición natural.

-No pudo empezar mejor marcando el primer gol de la Premier... ¿Qué significó?

-Fue una liberación. Estaba ahí ese miedo de no saber si vas a ser lo suficientemente bueno. Todo eso se esfuma cuando el balón toca la red. Luego se suma que el rival era el Arsenal, que jugábamos en casa, que el club hacía 74 años que no jugaba en Primera... Fueron muchas cosas que me hacen estar muy orgulloso.

-El Brentford ha causado admiración, ¿lo siente así?

-La verdad es que sí. Jugamos de una manera que gusta a la gente. Somos agresivos, queremos la posesión, no pegamos muchos balones en largos... el ser tan intensos hace que la gente se entretenga mucho viéndonos y eso es una maravilla.

-Han sido el mismo equipo que eran en Championship...

-Teníamos claro que queríamos seguir jugando de la misma forma. Si nosotros perdemos la esencia de ser agresivos, de estar compactos, perdemos nuestra esencia. Si nosotros hemos ido creando unas bases que son indestructibles, lo que no podía ser era llegar a la Premier y que nos diera miedo demostrarlo. No tenía ningún sentido. La mejor manera de afrontar el salto era atacando, atacando la Premier. Da igual que viniera el Liverpool o el Burnley. Con matices obvios, pero la esencia siempre ha sido la misma.

-¿El salto no ha sido tan grande entonces?

-Mucha gente decía que cuando subiésemos a Premier sería más fácil jugar. Y es verdad, porque en Championship el fútbol es mucho más duro y físico.

-Lleva cinco años en el Brentford, los dos han crecido de la mano...

-Cuando llegué por primera vez venía del Liverpool cedido, la situación era completamente diferente. Me siento muy importante. Llevo cinco años aquí y el tiempo te da eso. Tanto tiempo significa que lo vales. Soy muy afortunado de haber hecho este camino... no quedan tantos de ese equipo de hace cinco años.

-¿Cómo era Griffin Park? Todos los futboleros tenían ese estadio en la mente.

-Era un pasada. Yo crecí allí. Era un campo inglés, con los cuatro pubs ingleses en cada esquina del campo, las barras que no te dejaban ver el fútbol bien desde la grada... El ambiente no tiene nada que ver a lo que vivimos en Premier. Pero el club necesitaba el cambio porque se quedaba pequeño para lo que nosotros queríamos hacer.

Sergi Canós marcó un gol de cabeza al Leeds en el último partido de Premier./ Reuters
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Sergi Canós marcó un gol de cabeza al Leeds en el último partido de Premier./ Reuters

-¿Por qué el Brentford tiene esa mística especial?

-El Brentford es un equipo nuevo. La gente está empezando a conocer al Brentford. Ve que podemos competir, jugar bien... y nosotros sentimos ese cariño y también esa pequeña envidia de los demás. Al ser la novedad todos nos quieren ganar.

-Además de ser noticia por la gran temporada, el Brentford dio la oportunidad de regreso a Eriksen. ¿En el vestuario hubo algún tipo de miedo por si pasaba algo?

-La cosa fue muy clara. Él llegó, nos saludamos y antes de empezar el primer entrenamiento nos dijo que no nos preocupásemos de nada, que todo lo tenía controlado con el doctor y que si alguien necesitaba que él le contara más cosas estaría encantado. Quería que nadie tuviera ninguna duda de su estado. Nos tranquilizó. Así que fue para adelante... ¡y encima es buenísimo! Nos ha ayudado mucho en la segunda vuelta.

-Le habrán preguntado mil veces por esto, pero el Brentford se ha distinguido por el uso del Big Data de Matthew Benham. ¿Cuál es su método exactamente?

-Cada vez vemos más números y vemos más porcentajes. Yo no creo mucho en los números, pero estando aquí voy creyendo más... Cada vez estamos más metidos en eso. Se gestiona internamente: el dueño, el director deportivo... Con nosotros trabajan a nivel colectivo para atacar y defender mejor. Cuántas ocasiones creamos, qué balance de goles esperados tenemos...

-Hablaba antes del cambio de posición de extremo a carrilero. ¿Cómo lo ha llevado?

-Soy un jugador de equipo y nunca pienso en mí. Pienso en qué beneficia al equipo. Yo he jugado de extremo toda mi vida, me tuve que adaptar a cómo defender. No es lo mismo atacar uno contra uno que defender uno contra uno... Y encima contra los mejores del mundo. Tuve que aprender a cómo perfilarme en los centros, cómo posicionarme para que el delantero no te remate... Antes era yo el que atacaba. Entonces me he visto en unas situaciones en las que me he tenido que enfrentar a lo que el Sergi de antes haría... De ahí que haya tenido que crecer mucho a nivel defensivo para poder dar la talla. Estoy muy orgulloso de cómo lo hecho, pero eso no quita que haya partidos que me hubiera gustado jugar más de extremo. Tampoco es lo mismo jugar de carrilero para el City o el Liverpool que hacerlo para el Brentford.

-¿Pero se siente mejor futbolista?

-Me he hecho un jugador que yo no sabía que era. Me he tenido que adaptar y eso me ha hecho ser más completo. Ahora cada situación en el partido la encaro diferente. No tengo miedo a nada. Sé cómo defender el segundo palo, sé cómo atacarlo, sé cómo no perder la posición, sé cómo meterme por dentro...

-¿Qué ha cambiado de cuando llegó al Liverpool tan joven?

-La mentalidad. El Sergi de entonces era muy conformista, quizá porque era un niño. Creía que el talento me iba a llevar a todo y el talento no es suficiente. Me costó darme cuenta de esa parte. Cuando creces como futbolista creces como persona. Ojalá pudiera tener yo un par de charlas con el Sergi de 19 o 20 años. Le daría cuatro collejas que no veas... Ahora lo ves con los jóvenes que suben al primer equipo. Creo mucho en la ayuda de los demás. Era de los que pensaba que el que iba al psicólogo era porque estaba loco. Y ahora el psicólogo es una figura fundamental en mi vida. Hay etapas en las que no los necesito y otras sí. Se lo diría a todo el mundo. El psicólogo te da una perspectiva de la vida, es un doctor. Las enfermedades mentales son tan importantes como las físicas y se tienen que tratar.

-¿Cuánto le ayudó la figura del psicólogo cuando se rompió el cruzado en 2019?

-En ese momento no había norte para mí. Quería pero no quería. Hay un Sergi anterior a la lesión y otro después. Me sirvió para recapacitar y ver lo feliz que me hace el fútbol en esos nueve meses que estuve fuera. Eso me hizo dar valor a lo que tengo y ser mejor.

-Le hubiera ayudado en sus inicios en Inglaterra. ¿Por qué decidió en aquel momento dejar el Barcelona por el Liverpool?

-Tomamos esa decisión por nuestro bien. Fue colectiva. No me fui del Barça por irme del Barça. Lo hicimos porque buscábamos un futuro mejor como familia. Mi hermana era muy pequeña e iba a aprender inglés, mis padres tenían otra oportunidad de vida... En ese momento había mucha crisis en España. No había otra opción, nos teníamos que ir.

-¿Cómo fue la etapa del Liverpool?

-Fue muy difícil el cambio. Los primeros meses en Liverpool fueron de los peores meses de mi vida. Estaba muy desanimado, no nos llegaba el transfer, no podía jugar. Solo entrenaba, no sabía el idioma... Pero después de la tormenta llega la calma.

-¿Guarda algún tipo de rencor al Barça?

-Para nada. Cada uno toma las decisiones que hay que tomar y cada uno ve para sus propios intereses. Nunca en la vida tendré rencor al Barça. Ellos hicieron lo que creían que tenían que hacer y yo hice lo que creía que debía hacer.

-Hace tiempo ya había debutado en la Premier, en la 2015-16. Klopp le dio una palmadita antes de entrar... ¿Cómo lo recuerda?

-Lo recuerdo muy bonito. Estaban mis padres y mi hermana. Me quedé con la camiseta, me firmaron la camiseta los compañeros. Recuerdo que ellos se iban después a la final de la Europa League (perdieron contra el Sevilla)... Fue increíble.

-¿Cómo es Klopp en el vestuario?

-Klopp es tal cual se le ve. Es cercano y es un grandísimo entrenador. Pero yo tenía decidido que me iba del Liverpool antes de debutar... Estuve dos semanas entrenando con ellos y me sirvió para aprender.

-¿Se imagina volviendo al Barcelona o al fútbol español?

-Yo me veo donde me quieran, jugando en todos los lados.

-¿También en la Selección?

-La Selección es un sueño. Ves cuando Luis Enrique llama a David (Raya) y lo ves más cerca. Pero creo que tengo que hacer muchas más cosas para llegar a la Selección...

-¿Cómo vivió la primera citación de Raya?

-Muy feliz. Se lo merece. Estoy seguro de que va a acabar siendo el titular de la Selección, porque es muy bueno y encima es buena persona. Es una alegría que tu hermano vaya a la Selección. Además, que él vaya significa que tienen en cuenta a la Premier y que el Brentford hace las cosas muy bien como equipo.

-Un equipo que quiere seguir creciendo...

-Después del partido del Arsenal no tuvimos ninguna duda. Nos ha ido muy bien. Mientras nosotros no perdamos las bases, que es cuando las cosas pueden ir mal, podemos aspirar a más. Pero no podemos perder la esencia del equipo pequeño que somos aún.