Klopp descubrió a Rodrygo
En 2016 intentó que fuera su primer fichaje para el Liverpool tras ver un vídeo del brasileño con el Santos en YouTube. "Le impactó tanto que barajó ir a Brasil a conocerlo", cuentan.
Imaginen la escena. Jürgen Klopp, apenas recién fichado por el Liverpool, a finales de 2015, buceando en su laptop y tecleando 'nuevos talentos brasileños' en YouTube. Chavales juveniles o recién llegados al Brasileirao y uno que le entra inmediatamente por el ojo. Apunta el nombre (Rodrygo Goes) y el club donde juega (Santos). En su mente ya piensa en que sea su primer fichaje en Anfield.
Aunque suene al delirio de un periodista fantasioso o pasada de frenada de un novelista, así es como Rodrygo pudo terminar siendo una estrella del Liverpool en vez de este futbolista que se embolsó al madridismo con su doblete al Manchester City. Fuentes directas conocedoras de cómo se desarrolló aquello lo cuentan. "Le impactó tanto a Klopp lo que vio por internet que incluso barajó venir a Brasil a verlo".
No fue necesario, pero sí que se intentó el fichaje con ahínco. Rodrygo tenía 16 años, ya se veía por qué iba a ser llamado El Rayo de Vila Belmiro, y el agente del chico viajó a Inglaterra a escuchar la propuesta. Fue lo suficientemente potente para volver con la firma intención de llevar a Rodrygo a Anfield, pero la oferta económica no sedujo tanto al Santos. Era de seis millones de euros más bonus. "Evandro -exfutbolista brasileño del Manchester City que fue el que hizo debutar a Rodrygo- aconsejó al presidente del Santos que esperase, que con un año exhibiendo al chico en el primer equipo su precio se podía multiplicar", explican.
Tarde. Dicho y hecho, con el inconveniente para el Liverpool, que no amplió su oferta, de que en ese año Rodrygo irrumpió en el star-system del fútbol brasileño como una nueva joya precoz y el Madrid sí entró como un bisonte a por él. Juni Calafat, mucho más ducho en cómo acceder al entorno de los futbolistas y los clubes en Brasil, sí redondeó la operación como había hecho poco tiempo antes con Vinicius y el Madrid se la jugó (abonó 40 millones aunque fue clave la aportación del propio jugador, que tenía parte de su pase) aunque oyó voces de que ambos futbolistas ocupaban demarcaciones en el campo demasiado parecidas. Calafat y su mano derecha en Brasil convencieron a Rodrygo y a su padre, el exfutbolista Eric Goes, con una propuesta ambiciosa en lo económico pero también en la deportivo, además de pasar a formar parte de una columna vertebral de futuro acunada por Marcelo y Casemiro y reforzada además de Vini por Militao y Reinier.
Klopp probablemente pasó a otras cosas, porque estaba empezando a construir este Liverpool al que ha metido en tres finales de la Champions y amenaza hoy al Madrid con arrebatarle la Decimocuarta, pero deja traslucir una querencia por ese perfil que mostraba Rodrygo. Puede que lo haya encontrado ahora en un jugador también sudamericano, el cafetero Luis Díaz, pero primero fue Rodrygo y lo tiene su rival hoy en París.