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REAL VALLADOLID

Iván Sánchez y el desequilibrio alejado

El mediapunta destaca como regateador en un Real Valladolid al que otorga también garantía en el pase y como volante.

Valladolid
Iván Sánchez y el desequilibrio alejado
REAL VALLADOLID

Después de tanto tiempo de una inactividad que arrastraba desde su época en el Birmingham, Iván Sánchez irrumpió con fuerza en el once del Real Valladolid hace cinco jornadas. Pese a lo impropio del momento, con la temporada bastante avanzada, el mediapunta se ha asentado en el equipo de Pacheta merced a su capacidad para desequilibrar, pero también a las garantías que ofrece en el pase, que le han llevado a confirmarse como volante.

Si bien su estreno como titular fue como extremo derecho, frente al Málaga, el entrenador, que conocía bien sus capacidades después de dirigirle en el Elche, decidió por situarlo en la sala de máquinas a partir del retorno de Plata ante el Almería, contra quien suplió a Aguado. Ya con los tres mediocentros limpios de tarjetas, frente al Eibar continuó actuando más cerca de la base que del área, próximo a la cal derecha, donde Pacheta ha edificado su lado fuerte.

Si en su debut en el once actuó como canalizador del ataque, rompiendo líneas conduciendo y regateando (completó siete quiebros de ocho), con posterioridad se le ha visto aparentemente condicionado al desequilibrio de terceros, concretamente de los dos ocupantes naturales de la banda derecha. Sin embargo, no ha perdido esa capacidad de hacer lo propio él, como prueban los 14 regates de 18 completados en los dos últimos partidos.

Un eventual reclamo a este presunto condicionamiento o posicionamiento es su lejanía con el área, donde podría incidir como lo hizo frente al filial txuri-urdin, ante quien marcó su primer gol como blanquivioleta, quizás acercando su ubicación a Weissman, quien, pese a sus números, necesita más gente que esté cerca, que se posicione próximo, y no solo que aparezcan, como sucede alrededor desde que el dibujo cambió en pos del 4-3-3 actual.

No obstante, frente a este posible 'pero' se encuentra su alta capacidad de combinación, valorada positivamente por Pacheta, y es que no es un jugador habituado a perder balones. Además de tener un nada desdeñable 76% de acierto en el regate (25 de 33), ha dado 259 pases buenos de 300 (86,33%), lo que deja a la luz una de las posibles razones por las que juega en la posición en la que lo viene haciendo a pesar de estar erigiéndose en el 'rey del regate'.