Ya sí se lo cree

Desde que Turki Al-Sheikh se hiciese con el Almería en agosto de 2019 el equipo rojiblanco ha vivido constantemente en la parte alta de la tabla de la categoría de plata. Los almerienses, que en la última etapa de Alfonso García se conformaban con la permanencia en la última jornada, se han asentado en los primeros puestos de la clasificación; sin embargo, no ha sido hasta ahora cuando de verdad han terminado de desmelenarse para creerse que el ascenso a Primera División es más posible que nunca. Al Almería no le ha podido la presión (la nueva propiedad se fijó el objetivo a tres años vista) y tras vencer en El Plantío, donde fue el primer equipo que mete dos goles, se planta en la jornada 39 dependiendo de sí mismo para celebrar el tercer ascenso de su historia a la élite.

La pasada temporada el Almería estuvo a solo dos eliminatorias de lograrlo, teniendo incluso en ambas ocasiones el factor campo en la primera ronda. Sin embargo, el sueño le duró un suspiro, puesto que a los cinco minutos de la ida ya perdía 2-0, en Montilivi. Precisamente fue el mismo escenario donde también cayó en la ida (1-0) de la semifinal de la promoción en la temporada anterior, sentenciando Samu Saiz a los cuatro minutos. El ambiente que se respira ahora en Almería es totalmente diferente, con un equipo que va camino de romper registros históricos. La fortaleza mental ha sido clave tanto en los despachos como en el verde. Confiando en Rubi en la mala racha de enero, sus pupilos reaccionaron de la mejor forma, sabiéndose levantar de uno de los momentos más críticos de la temporada.

Una de las diferencias con los cursos pasados del jeque ha sido la continuidad en el banquillo. En el primer ejercicio Guti sustituyó a Pedro Emanuel a pesar de que el luso tenía el equipo en segunda posición cuando fue despedido, sin llegar el ex del Real Madrid a disputar la promoción: Mário Silva se hizo cargo a falta de siete jornadas y Gomes fue contratado para la promoción. Tampoco se terminó de confiar en el de Matosinhos la pasada campaña, relevándolo por el propio Rubi. El de Vilasar de Mar participó en la limpia de algunas malas hierbas en el vestuario indálico, clave en el actual devenir del equipo rojiblanco, donde ahora la gran mayoría se siente importante y donde ahora reina una unión mucho mayor.

Los de Rubi están mostrando un oficio propio de equipo campeón, sacando los partidos adelante a pesar de que en algunos no ha brillado. Incluso en Tenerife y Valladolid, dos puntos de inflexión, el Almería venció y empató, respectivamente, sin hacer dos de sus mejores partidos. Los rojiblancos han llegado en buena forma al tramo final, encadenando media decena de jornadas sin perder, con apenas una derrota en las últimas ocho fechas. El fondo de armario también ha ayudado, rotando Rubi a piezas claves por cansancio, caso de De la Hoz o Portillo, sin que el equipo se resienta. Otro de los motivos para terminar de creer en un equipo que ya sí lo hace es su seguridad defensiva: ha enlazado dos encuentros sin encajar, tres de los últimos cuatro y cuatro de los últimos siete.