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Borja Iglesias y Gerard Moreno: el Espanyol, de destino a trampolín

El MVP de la final de Copa y el semifinalista de la Champions League prueban que el club perico atrae pero no atrapa. Cuanto más saneado, más lugar de paso. ¿Será RdT el próximo?

07/10/18 PARTIDO PRIMERA DIVISION 
 ESPANYOL  -  VILLARREAL 
 Borja Iglesias (7) RCD Espanyol
 Gerard Moreno (7) Villarreal CF
GORKA LEIZADIARIO AS

Quinto club que más partidos ha disputado en Primera División, fundador de LaLiga y séptimo clasificado histórico, el rol del Espanyol en el fútbol español ha ido menguando a medida que su economía se iba saneando, paradójicamente. Y no solo por las quejas últimas sobre arbitrajes que caen en saco roto, por el descenso de hace dos temporadas, rápidamente subsanado, o por la ausencia de títulos desde 2006 –ya fue capaz de resistir 40 años sin ninguno, y sin embargo en ese lapso llegó a aspirar a la Liga–. Dos jugadores de moda ejemplifican el papel que desempeña el Espanyol en el nuevo orden futbolístico.

Están en boca de todo seguidor Gerard Moreno y Borja Iglesias, el primero por la inminente semifinal de la Champions entre el Villarreal y el Liverpool, y el segundo, por su determinante actuación en la final de la Copa del Rey, Betis-Valencia, con un gol y el trofeo de MVP. Jugadores de innegable éxito, líderes de sus equipos, fueron los dos últimos goleadores del Espanyol hasta la llegada de Raúl de Tomás. Y sin embargo debieron y quisieron buscarse la vida lejos del RCDE Stadium para aspirar a algo más. Para no quedase en la medianía. Pasó el Espanyol de ser un club de destino en la elite a un sparring, un trampolín hacia el primerísimo nivel. No es un fin, sino un medio.

Se trata de dos casos muy distintos, de ahí su validez. Gerard Moreno es el perfecto prototipo de perico, confeso además, criado en Sant Adrià, con Raúl Tamudo como ídolo, campeón en Brunete y Arona con el alevín del Espanyol, que tras dar vueltas por Badalona, Mallorca y Villarreal regresa a casa. Que mete 39 goles en 118 partidos, entre ellos al Barcelona, archienemigo, y al Real Madrid. Pero que tres años después de su aterrizaje regresa al Submarino, y no solo porque su club de origen abonara los 20 millones de su mitad de la cláusula de rescisión.

Gerard Moreno, con el trofeo de la pasada Europa League.
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Gerard Moreno, con el trofeo de la pasada Europa League.MICHAEL SOHNAFP

Operación económicamente impecable para el Espanyol, que había invertido 1,5 millones en su fichaje. Pero sentimental y deportivamente desastrosa, como se ha comprobado. ¿Y por qué querría Gerard Moreno irse del Espanyol? Tal vez dé una pista su hoja de ruta clasificatoria. Con el Espanyol fue decimotercero (y semifinalista de Copa), octavo y decimoprimero. Con el Villarreal, decimocuarto (y en cuartos de la Europa League), quinto, séptimo y campeón de la Europa League, y actualmente séptimo y en semifinales de Champions. Y es un destacado internacional con la Selección española, privilegio que no logró como blanquiazul.

En cuanto al ‘Panda’, no tenía ningún lazo afectivo con el Espanyol cuando llegó, previo pago de diez millones al Celta, en verano de 2018 como sustituto de Gerard. Y en muy poco tiempo se ganó a la afición como mejor puede hacer un delantero, con goles, hasta 23 en 46 encuentros oficiales. A hombros salió de Cornellà aquel 18 de mayo de 2019 en que el equipo se metió en Europa, y por la puerta de atrás solo tres meses después, pese a haber colaborado en las tres fases previas a que el Espanyol estuviera en la liguilla. Tras su salida, otro negocio redondo porque abonó el Betis 28 millones, llegó la debacle perica.

Borja Iglesias, eufórico tras confirmarse el regreso del Espanyol a Europa, en 2019.
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Borja Iglesias, eufórico tras confirmarse el regreso del Espanyol a Europa, en 2019.Alex CaparrosGetty Images

De séptimo pasó Borja Iglesias a ser decimoquinto con el Betis, pero la temporada pasada ya alcanzó la sexta plaza en la Liga. Y esta temporada, además de haber alcanzado los octavos de la Europa League (contra el ya célebre Eintracht de Frankfurt), marcha quinto y acaba de proclamarse campeón de la Copa del Rey. La misma competición que le hizo pensar "yo tengo que jugar en este equipo" cuando, aún siendo perico, la jugó en el Villamarín. Por declaraciones de este tipo, o por la celebración de alguno de sus goles, la popularidad del gallego entre la masa social perica anda lejos de ser idílica, pero ese es otro asunto.

"Ya no tendremos que vender más jugadores por necesidades económicas", proclamó Chen Yansheng en su investidura como presidente y propietario del Espanyol, el 21 de enero de 2016. Y quizá llevara razón, si bien los traspasos siguen presupuestadas años más tarde para cuadrar los balances. Pero el asunto no es meramente financiero.

Raúl de Tomás celebra su gol contra el Atlético de Madrid, el decimoquinto en esta Liga.
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Raúl de Tomás celebra su gol contra el Atlético de Madrid, el decimoquinto en esta Liga.Gonzalo Arroyo MorenoGetty Images

Las aspiraciones del club perico, su proyecto, atraen a grandes jugadores pero nos los atrapan. Marc Roca (campeón de la Bundesliga y del Mundialito de clubes), Joan Jordán (expulsado del Espanyol y que conquistó la Europa League 2019-20) o Mario Hermoso (vigente campeón de Liga) son, en Bayern de Múnich, Sevilla o Atlético de Madrid, algunas muestras más de esa problemática que abanderan Gerard Moreno y Borja Iglesias, y que no pocos temen ya que pueda repetirse con Raúl de Tomás, que en dos años y medio en el RCDE Stadium ha vivido todas las opciones: colista, campeón de Segunda y ‘pichichi’, y decimotercero, sin opciones de bajar ni de acabar en Europa. ¿Qué será lo próximo?