El Espanyol: semana blanca contra una temporada en blanco
El Real Madrid se sitúa ya en el horizonte de un conjunto perico sin aspiraciones reales, más que el estímulo del rival y no ser el convidado de piedra del título de Liga.
Muy significativo del epílogo de esta temporada es el final de esta pasada semana: perdía el Espanyol el jueves ante el Rayo Vallecano (0-1), en lo que el propio Vicente Moreno calificó como “el peor partido” de sus dos años al frente del equipo perico, y lejos de incrementar la carga de trabajo se marcharon los jugadores de fin de semana antes de lo previsto. Seguramente, por salud mental. Iniciaron su asueto los jugadores el viernes, a pesar de que inicialmente se había programado una sesión para el sábado, y ha sido este lunes cuando han reanudado los entrenamientos. Con un partido grande en el horizonte.
Visitará el Espanyol el sábado (16:15 horas) al Real Madrid, en el Santiago Bernabéu, en una cita de la que se hablará mucho pero no por las aspiraciones de los blanquiazules, que están salvados virtualmente y que no tienen niguna posibilidad real de alcanzar posiciones europeas, sino porque un empate le daría a los blancos el título de Liga. Se trata, desde el punto de vista de Vicente Moreno y sus pupilos, del penúltimo (por no decir último) estímulo de esta temporada, y también de la obligación moral de no convertirse en los convidados de piedra de una fiesta que no va con ellos. Poco menos que una hazaña sería ya la consecución de una victoria en Chamartín que se les niega desde el 21 de abril de 1996.
Ya no habrá descanso hasta el sábado, pues todas las mañanas trabajarán en la Ciudad Deportiva Dani Jarque, unos jugadores que han podido desconectar el fin de semana. Algunos, con apariciones públicas. El capitán, David López, y Nico Melamed acudieron a la parada que el club dispuso en el centro de Barcelona con ocasión de la Diada de Sant Jordi. Javi Puado se dejó ver en la grada de La Romareda, donde el Real Zaragoza –donde había militado cedido– empataba sin goles con el Burgos. Y Loren Morón presenciaba en La Cartuja la final de Copa del Rey que conquistó el equipo que aún hoy posee sus derechos, el Betis.