Bartra gritó 'Kiricocho' a Musah y opinó: "Está cagado"

Marc Bartra usó el clásico recurso de Kiricocho en la final de la Copa del Rey. El jugador bético, tal y como han mostrado las cámaras de El Día Después de Movistar Plus+, le gritó la palabra a Yunus Musah cuando este se dirigió al punto de penalti. Fue la única vez que lo gritó en toda la tanda. "Musah, Kiricocho", pronunció exactamente. Finalmente, el estadounidense falló su pena máxima y eso le acabó dando la victoria al Betis.

El central, además, creía que sería el joven futbolista del Valencia el que fallaría el penalti. Tanto es así que, segundos después de gritar el primer 'kiricocho', le dijo a sus compañeros: "Está cagado". Bartra volvió a utilizar el popular recurso futbolístico décimas de segundo antes de que el centrocampista golpeara la pelota. El lanzamiento se acabó yendo a las nubes y los futbolistas de Pellegrini celebraron que su trofeo estaba más cerca.

Y eso que Bartra se decepcionó cuando el sorteo no fue satisfactorio. Cuando Joaquín se dirigía al lanzamiento de la moneda, el ex del Barcelona le dijo: "Elige tirar primero. Vamos a hacer esa". En el mundo del fútbol hay una probabilidad superior de victoria para aquellos que lanzan en primer lugar en las tandas o, al menos, eso aseguran algunos expertos estadísticos. Al Betis no le hizo falta. De hecho, jugó con el factor afición, ya que en ese fondo estaban presentes sus seguidores. Canales, pese a todo, estaba orgulloso de los suyos: "Ya pase lo que pase, cabeza alta y juntos". Se llevaron el trofeo, en un día inolvidable.

¿Qué es Kiricocho?

Estudiantes de la Plata tenía un aficionado con mote Kiricocho, ni siquiera era su nombre real. De vez en cuando, aparecía en sus entrenamientos y comenzaron a fijarse en que algo malo ocurría si él estaba presente. Normalmente, un futbolista se lesionaba. Carlos Bilardo, para aquel entonces entrenador del equipo, fue informado sobre esto y le encargó al seguidor recibir a los clubes visitantes. Aquella prueba se saldó con Estudiantes como campeón del Torneo Metropolitano de 1982, en un año inolvidable, en el que solo perdió un partido como local. Curiosamente, a un partido al que Kiricocho no pudo asistir: ante Boca Juniors. Hoy en día, esta leyenda se ha extendido y es usada por cientos de futbolistas del planeta.