ATLÉTICO - GRANADA | ENTREVISTA A SIQUEIRA
"¿Superstición en el Atleti? Una vez se paró la música y era como ya ir perdiendo 0-1 para el Profe..."
Guilhe Siqueira es uno de esos futbolistas que ascendió a Primera con el Granada en 2011. Lo recuerda. Se recuerda. Aquello, el Atleti, su fichaje frustrado por el Madrid.
-¿Sigue mucho LaLiga desde Brasil?
-Bastante.
-El Atleti-Granada es un duelo de necesidades.
-La última derrota del Granada fue un palo. Que le metan cuatro en Los Cármenes fue impactante. Estaba mirando la tabla y lo tiene complicado el Granada, eh. Cuidado. ¿No pueden ganar los dos?
-Usted vivió situaciones así también en su época en Granada, de salvarse el último día, minuto, jornada.
-Yo a Los Cármenes llegué en Segunda (2010) y ascendimos, un año espectacular. Pero los dos años en Primera vivimos situaciones similares.En 2012, llegamos a una última jornada, que bajó el Villarreal, que nosotros jugábamos contra el Rayo. Rayo-Granada, Villarreal-Atletico.
-Y marcó Falcao.
-Eso. Pero el empate o la victoria del Villarreal bajábamos nosotros. Menos mal que el Atleti ganó en Castellón (ríe). Ya en el año siguiente nos salvamos a falta de tres jornadas. También es verdad que, entonces, la exigencia era distinta. El Granada llevaba 35 años en Segunda, Tercera, la gente estaba súper con nosotros, hasta el final.
-Pero eso ha cambiado. El club es más fuerte.
-Claro, claro. Cuando yo estuve el club se estaba organizando todavía, mejorando la estructura. Porque el Granada que ascendió de Segunda B a Segunda y de Segunda a Primera era distinto. Hemos entrenado en campos que todavía no eran de Primera. Yo hice parte de la transformación.
-¿Sí?
-Cuando me vendieron al Atleti, no sé si fueron diez, doce millones, se hizo la ciudad deportiva, se empezó a mejorar. A mí, El-Arabi... Y ahí empezó a mejorar económicamente. Un club que en 2021 estaba en cuartos de la Europa League.
-¿Cómo ve al Atleti?
-Pues… ¡sufriendo mucho con los partidos cuando lo veo! (ríe) Intentando ser fuerte defensivamente, muy sólido. No ha cambiado mucho del Atleti en el que yo estuve. Sigue el Cholo, la misma idea.
-Contó que, cuando llegó al equipo, había tantas supersticiones que no sabía qué tenía que hacer.
-Sí (ríe). Allí antes de los partidos hay que hacer siempre lo mismo, lo mismo. Yo estaba atento (ríe) pero al final… Bueno, al final te acostumbras pero es gracioso. Las mismas canciones al ir al estadio, en el vestuario, los mismos gestos… Todo igual, todo.
-¿Gestos cómo?
-Cuando volvíamos del calentamiento el Cholo estaba en el vestuario con el balón, siempre botándolo ¿no?, plin, plin, con la mano, y cuando entraba el capitán se lo daba al capitán y el capitán también hacía lo mismo (ríe). Todos los partidos así.
-¿Metió usted mucho la pata al principio?
-Tengo una muy buena con el Profe, espectacular.
-¿Sí?
-Sí (ríe) En un partido en casa yo estaba en el banquillo con Moyá, delante tenía al Profe, sentado. Estábamos atacando una contra, un centro para Mandzukic, y yo grito: "Goool...", antes de que pasara. Y el Profe me echó una bronca… "Que no hay que gritar gol antes de tiempo" (ríe). Salimos en televisión Moyá y yo riéndonos porque yo decía: "Pero yo qué he hecho para que me eche la bronca…" (ríe). Me pasó aquel día y no lo volví a repetir. Aprendí (ríe).
-¿Qué canciones escuchaban?
-Había un pendrive que, yo creo, era también por superstición, por haber ganado LaLiga el año anterior (ríe) y estaban siempre las mismas canciones. Cuando llegábamos al vestuario ya estaba con la música. Y no se podía parar. Un día que se paró por algo y el Profe empezó a gritar: "La música, la música" (ríe)… ¡Como si el partido estuviera ya 1-0 perdiendo, ¿sabes? (ríe)!
-¿Cómo ve a Lodi? No sé si le avisó de las supersticiones…
-(Ríe) No tuve la oportunidad de hablar con él. Pero seguramente ya lo ha visto… (ríe). Es un jugador que conozco de Brasil. Con una fase ofensiva espectacular. Mucho físico, potencia, calidad pero, está claro que, una vez que vas a Europa tienes que aprender otros matices. Sobre todo en los equipos del Cholo. Es muy exigente siempre con sus laterales. Me pasó a mí. Es difícil la adaptación, diferente a los demás equipos. Y, yo creo, a Lodi le está pasando un poco eso, adaptarse a un juego diferente al que estaba acostumbrado. Sin duda es un jugador que va a representar bien no sólo al Atleti, a la selección brasileña también. Tiene mucho margen de crecimiento.
-¿Qué le pide el Cholo diferente a otros entrenadores diferente a los demás?
-Cada entrenador tiene su método. El Cholo tiene prioridades defensivas donde un jugador no puede hacer otra cosa. Hay equipos que, quizá, cuando vienen centros y tal intentas salir jugando, pero con el Cholo eso no se negocia. Muchas veces no podíamos jugar con el portero. Él prefiere que busques al jugador hacia delante, con pases laterales, hacia atrás… Quizá otros equipos no, prefieren tener la posesión, intentar salir jugando. Eso a él no le gusta. Y una vez estás ahí y trabajas con él entiendes por qué. El Atlético encaja pocos goles, quizá por ese trabajo, esa solidez defensiva que le ha traído muchos frutos. Cuando llegas a este fútbol tienes que estar siempre atento a estas cosas y, cuando no estas acostumbrado y quizá si te equivocas en un partido, te marcan esos errores.
-A usted le costó.
-Yo venía de un Benfica que jugaba con mucha intensidad, una línea siempre más adelantada, y tuve que cambiar totalmente el chip de algo que me había esforzado también para aprender. Cambiar la dinámica otra vez. Pero una vez que estas con el Cholo, trabajas con él, ves lo bueno que es, lo que saca de los jugadores aunque está claro que no es para todo el mundo. A mí me costó bastante porque no eran mis características. Era mucho más ofensivo que un defensa. Con él aprendí muchísimo pero eso lleva tiempo. Y yo creo que a Renan (Lodi) le está pasando eso. Le llevará tiempo poder adaptarse a la perfección. Los Juanfran, Godín, Filipe…, tardaron también pero una vez que lo hicieron fueron los mejores en sus posiciones.
-¿Le hubiera gustado a usted tener a un tipo como Reinildo cubriéndole las espaldas?
-Ese es un poco el perfil. El Cholo a la hora de defender prefiere un jugador como Reinildo, bastante más defensivo que ofensivo. Seguramente le dará muchísima tranquilidad a Renan cuando le toca jugar más adelantado. Sabe que defensivamente va a estar siempre con la cobertura y eso le trae muchísima tranquilidad. Sin duda.
-¿Aún se le viene a la cabeza aquella historia de cuando usted estuvo a punto de ser jugador del Madrid?
-Sí, por supuesto (ríe). 31 de agosto de 2013. Ese día. Yo cuando acabé la temporada con el Granada venía hablando con algunos clubes, el Madrid entre ellos. Nos decía que si llegase una oferta buena por Coentrao para jugador, club… Yo rechacé una concreta del Liverpool para esperar al Madrid, que podía no suceder. Pasaba el tiempo, yo de pretemporada con el Granada y la cosa no avanzaba. Estaba tranquilo. Si no era el Madrid sería otro club. El Liverpool, otros equipos también de la Premier se habían mostrado interesados... Y cuando menos lo esperaba, el último día de mercado…
-¿Qué pasó?
-Que yo desperté aquel el 31 de agosto y no tenía nada. A las once de la mañana recibo una llamada de mi representante hablándome del Benfica. Tenía compañeros que habían jugado allí y me habían hablado muy bien del club y le dije: "Vamos". Y cuando estábamos montando en el avión, llegó una oferta del United por Coentrao y nos llama el Madrid: quiere que yo me presente en Madrid para poder firmar, ¡y yo estaba en el avión para salir hacia Lisboa! Entonces le dije a mi representante: "¿Pero qué hago ahora?" (ríe). "Estábamos hablando antes con el Madrid…", me contestó. Para mí era un premio ir al Madrid. Cuando llegué a Lisboa encendí el móvil y tenía llamadas del presidente del Granada, de mis representantes y, por supuesto, de la gente de Portugal.
-¿Y?
-Lo que hice fue firmar un contrato en el aeropuerto de Lisboa con el Madrid. Me llevaron a una sala donde están los aviones privados, que no hace falta salir del aeropuerto. Me llega un fax, lo firmo, lo mando a Madrid y espero a ver qué pasa. Como España está una hora por delante de Portugal tenía tiempo en el caso de que en Madrid no saliera la cosa bien.
-Lo que pasó.
-Me llamó el presidente del Granada para darme la enhorabuena, que sólo faltaba un documento del Manchester al Madrid y nada. Son las doce en España y yo llamo a mi familia. "Soy jugador del Madrid". Y contento. Y, de repente, a los diez minutos nos llaman diciendo que LaLiga no está aceptando un documento del United al Madrid por el tema de la hora. Que se había pasado y no podían aceptar el fichaje. Me llamó entonces José Ángel Sánchez: "Sique, vuélvete a Granada y te firmamos un precontrato para enero y así ya en enero te vienes sí o sí". Pero como yo estaba ya en Lisboa y sabía del interés del Benfica, cuánto me querían allí, le dije: "Mira, aquí hay algo que me está diciendo que yo tengo que quedarme en Portugal". Y me quedé. Le di las gracias. "Voy a firmar por el Benfica". Y al final, mira, me salió súper bien en el Benfica y pude volver al año siguiente a uno de los mayores rivales del Madrid. El Atleti.
-Un Atleti, el del Cholo, que ya le había fascinado por la tele.
-Sí, sí. Estaba concentrado con el Benfica para jugar la semifinal de Europa League el jueves y, el miércoles fue el partido en el que el Atlético se clasificó ante el Chelsea para jugar la final de la Champions de Lisboa. Un partidazo. Había un ambiente tan espectacular ahí, ese día. De los jugadores con el Cholo, todo. Que yo, cuando acabó, llamé a mi representante y le dije:"“Hostia, tiene que ser la hostia jugar en el Atleti con Simeone, los jugadores que van a muerte con él". Y casualidad que…
-¿Ahí no tenía ninguna oferta ni nada?
-No, nada, nada. De hecho cuando acaba la temporada con el Benfica (2014), nos llama otra vez el Madrid para preguntar. Y yo me fui a Punta Cana de despedida de soltero de un amigo en España y, cuando llego allí, me llama mi representante para hablarme del Atleti y yo le dije: "Me quiero ir ya". No sé qué quiere pagar, cuánto pagan al Granada, pero yo me quiero ir al Atleti.
-¿Sí?
-No llegó a una semana de negociación. La oferta al Granada era bastante positiva para el club, para mí también. Y a la semana estaba montándome en un avión.
-Otro…
-Pero éste para firmar con el Atleti. No quise escuchar a ningún otro equipo.
-Ocho años después es representante de futbolistas, con Savio como socio ¿Cambia mucho todo cuando se mira desde ese ángulo?
-Cambia bastante. Eres un exfutbolista y yo tuve la suerte de tener una carrera donde muchos querían llegar y ves el fútbol de otra manera. Cuando empiezas a trabajar con jugadores jóvenes, de 13, 14, 15 años, que tienen ese sueño pero no saben lo difícil que es llegar. Y nosotros no sólo debemos ser representantes, debemos mirar un poco como exfutbolistas, como un padre, como un amigo. Y no es fácil. Porque estos jugadores no tienen a veces la información que tenemos nosotros y es bastante difícil, sobre todo en Brasil, un país muy grande donde todos los niños quieren ser futbolistas. Aquí hay mucho talento, pero con el talento solo no vale. Y hay necesidad económica y es un mundo en el que hay de todo, el de la representación. Nosotros queremos mirar siempre desde un punto de vista de exjugadores que han llegado al éxito y que sufrieron para llegar al éxito. Eso intentamos siempre explicarle a los jóvenes. Lo difícil que es. Llegar. Aún más mantenerse, que es lo principal.
-Su experiencia personal es muy inspiradora. Granada y Atlético fueron las caras de una moneda que comenzó con cruces en Italia...
-Yo llegué allí (para fichar por el Inter) y tuve la mala suerte de que me lesioné por un año. Y yo crecí muchísimo, fue un aprendizaje. Cuando llegué allí, de Brasil, solo...
-Contó en una entrevista en El País, en 2016: "Los fines de semana me quedaba solo porque la mayoría de los chicos eran italianos y se iban con sus familias. No tenía teléfono y tenía que cruzar un parque enorme para llegar a unas cabinas desde las que llamaban los inmigrantes. A mis padres les decía que llamaba desde una casa para no preocuparles. Tenía claro que era una oportunidad. Llegué con otros cuatro chicos y solo me quedé yo".
-Y cuando llegas a un país completamente diferente, con otra cultura, otro fútbol, es mucho más difícil. Hoy es mucho más fácil para un joven poder ir de Brasil a Europa. Las redes sociales, la facilidad de poder estar cerca de tus familiares, aunque estés lejos. Yo no tenía eso. Era mucho más difícil hablar con los míos. Pero yo siempre puse por delante las ganas de ser un futbolista por delante de cualquier dificultad. Y eso es lo que trato de transmitirle a los chicos. Que para triunfar en esto del fútbol hay que estar cerca de casa, de los amigos, de las cosas que le pueden gustar a un joven normal de 18 años. Que ellos tienen que aplicarse en eso para, quizá, en algunos años, disfrutar de la vida de un futbolista. La gente sólo ve el final pero el inicio es lo más difícil. El camino es complicado y, al final, siempre merece la pena. Yo tuve un poco eso. El inicio complicado pero también el éxito. Por eso valoré bastante todos los éxitos, todo lo que me pasó.
-Siempre con la sonrisa prendida en la boca. Siempre. Jugara o no.
-Es que yo sólo yo sé lo difícil que es llegar a ese nivel. Y una vez que llegué disfruté bastante. La pena que tuve que dejarlo con 30 años por el tobillo, pero muy agradecido de lo que tuve.
Eso se lo cuenta siempre a Arthur. Ayer, hoy, mañana. En noviembre.