ATLÉTICO - ESPANYOL

Hermoso Calero

Alcanza el central el máximo nivel casi tres años después de su fichaje por el Espanyol para cubrir la marcha de Hermoso al Atlético. “Ahora se ha juntado todo”, admite.

JOAN M. BASCUDIARIO AS

Parecen Fernando Calero y Mario Hermoso una suerte de vasos comunicantes. Centrales ambos e igualmente nacidos en 1995, el vallisoletano persigue a su par desde los inicios de su carrera profesional. Debutó en el Valladolid justo cuando el madrileño se volvía al Castilla, se convirtió en su sustituto en el Espanyol en el verano de 2019, tras la marcha del zurdo al Atlético de Madrid, y ahora justamente destaca como nunca lo había como blanquiazul, coincidiendo con el tramo con más suplencias de Hermoso.

“Es mi mejor momento de la temporada”, reconoce Calero, “tanto físicamente, porque lo pasé regular, como anímicamente, aunque pese a no jugar mucho esta campaña he estado muy bien de cabeza”, puntualiza, en los canales del club perico. Encadena cinco jornadas como titular y completas por primera vez desde noviembre de 2020, en Segunda, en las que no es casualidad que haya recibido el Espanyol solo dos goles. Tres partidos imbatido. Más que el mejor momento de la temporada, es el más superlativo de sus casi tres años en el RCDE Stadium. “Ahora se ha juntado todo, me están saliendo buenos partidos y estoy consiguiendo ayudar al equipo”, resume.

Firmado del Valladolid por 8,5 millones, buena parte de los 12,5 que se acababan de embolsar los pericos por Hermoso –la mitad de los 25 que abonó el Atlético, ya que el otro 50 por ciento le pertenecía al Real Madrid–, le ha costado a Calero asentarse en el equipo. Y eso que acumula 67 partidos oficiales con el Espanyol, exactamente los mismos que disputó en dos campañas con el Pucela. Más de los 59 que Hermoso jugó entre 2017, cuando llegó a cambio de solo 300.000 euros, y 2019.

Los duelos, tanto atrás como ofensivos, los regates y los pases progresivos están siendo los puntos fuertes en este tramo de un Calero que en la primera vuelta, pese a su ostracismo entonces, ya fue titular contra el Atlético de Madrid a consecuencia de la baja de Sergi Gómez por sanción. Tal fue su compromiso que jugó infiltrado, hasta que pudo aguantar, toda la primera mitad.

Y ahora busca más. No solo jugar los 90 minutos en el Wanda Metropolitano, e intentar completar otra portería a cero junto a Leandro Cabrera en el eje de la zaga, sino luchar por algo superior a la permanencia. “No hay nada hecho, siempre queremos optar a más. Personalmente, espero quedar lo más arriba posible. Y sé que mis compañeros, también. Por eso, lo daremos todo estas siete jornadas que quedan, empezando por esta”, asegura. Es su momento. Hermoso Calero.

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