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CHAMPIONS (1/4, IDA) | VILLARREAL - BAYERN

Submarino contra transatlántico

El Bayern llega los cuartos como favorito y lo asume pero el Villarreal no se siente “inferior a nadie”. Nagelsmann y Emery salen con lo mejor que tienen buscando ventaja en la eliminatoria.

Los futbolistas del Villarreal bromean antes del entrenamiento.
ANGEL SANCHEZ
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El día que Fernando Roig fichó a Emery y se propuso el reto de meter al Villarreal en la Champions lo hizo por partidos como el de esta noche. La Cerámica llena, un transatlántico de Europa enfrente, un Submarino sin complejos que llega tras brillar en la anterior eliminatoria ante la Juve... Hoy nadie hablará de la irregular trayectoria liguera cuando resuene en toda Vila-real el himno de la Champions (sigue el partido en directo en As.com).

Al contrario, un halo de orgullo recorrerá los cuerpos de cada uno de los 50.577 habitantes de la pequeña localidad castellonense y la piel se erizará. Todos ellos estarán representados en uno. Pau Torres, el Xiquet del Poble que con su gol en Turín desató la euforia en todo el pueblo y dio paso a la noche que vivirán hoy. El Bayern Munich, el icono de equipo grandísimo en Europa, visitará La Cerámica. Ahí queda eso.

Las sensaciones estarán a flor de piel. La noche histórica. Pero en el verde, todo esto quedará aparcado en el momento en que el árbitro pite el inicio del partido. Porque el Villarreal quiere ganar. No vale eso de disfrutar. Unai Emery se lo ha inculcado a sus jugadores. La dificultad, máxima. La creencia de que se puede siempre que todos y cada uno de los que salten al campo alcancen su 100%, también. “No nos sentimos inferiores a nadie”, dijo ayer Rulli.

Y nadie incluye el Bayern de Nagelsmann, de Lewandowski, de Kimmich, de Müller, de Sané... Un equipazo para el que jugar los cuartos de la Champions es como sacar a pasear al perro. Lo normal año tras año, vamos. Son favoritos. Y lo asumen. Tanto es así que el técnico alemán dijo ayer que querían resolver la eliminatoria en La Cerámica. Veremos si la bravuconada se le vuelve en contra.

No obstante, el Bayern respeta al Villarreal y a la competición. Ni una rotación. Llegan todos los dudosos. Incluso al hijo de Kimmich le dio por nacer un par de días antes del partido para que su padre esté en el césped de La Cerámica. También Davies podría reaparecer después de estar varios meses por una miocarditis, secuela del coronavirus. "Si rotamos ya lo haremos en Bundesliga", desveló Nagelsmann.

El Villarreal, por su parte, saldrá con lo mejor que tiene. Gerard, su estrella, no llega en su mejor forma tras su larga lesión. Pero el pasado fin de semana ya jugó 90 minutos y en estos partidos se crece. Su salida al campo en el Juventus Stadium fue mano de santo. Atrás Emery se blindará con su línea más física. A los habituales Albiol y Pau, se les unirán Foyth y Estupiñán en los laterales para detener las duras embestidas bávaras por los costados.

Pero no todo va a ser resistir el asedio del Bayern. Parejo, Yeremy y Lo Celso le van a buscar las cosquillas a la zaga muniquesa. A priori, su línea más endeble. Esta temporada el Gladbach le metió cinco goles y el Bochum, cuatro, en Bundesliga. No es una roca. Y la velocidad de Danjuma puede ser un cuchillo a la contra, un arma muy a tener en cuenta hoy por el Submarino. Hora de disfrutar en La Cerámica. Hora de estar todos unidos. Hora de creer en tumbar a otro grande.