Mourinho 'crea' un galáctico
Tammy Abraham ha explotado a las órdenes del portugués en la Roma y varios clubes se interesan. Le tasan en cien millones de euros para espantar compradores.
El Chelsea decidió ir con todo en sus últimos mercados de fichajes. Siempre con gusto por tener un crack en la punta de ataque, apostaron un verano por Timo Werner y el siguiente por Romelu Lukaku. De momento, ni alemán ni belga están resultando tal y como esperaban. A cambio, tuvieron que dejar salir a Abraham, que veía como las nuevas incorporaciones podían tapar su hueco en el Chelsea y quedarse sin minutos.
Ahí vio Jose Mourinho la oportunidad de sacar a uno de los mejores talentos de su vieja escuela para pulirlo e instó a la Roma a que se lanzara a por el delantero inglés. Con valor de 38 millones, el Chelsea se conformó con 40 millones de euros por un punta que ganó la Youth League en su cantera y que pasó por Bristol, Swansea y Aston Villa antes de romper en el primer equipo, donde no pudo disfrutar demasiado.
En Roma, Abraham ha vivido su explosión al son de Mourinho convirtiéndose en su 'bomber' de referencia. 40 partidos y 23 competiciones en lo que es toda una explosión del londinense en un fútbol italiano que sigue de moda en las Islas Británicas.
En la orilla de Roma distinta a la de su compatriota Gascoigne, Mourinho ha pulido su galáctico y varios equipos ya se lo rifan pero la Roma sabe que ha encontrado una joya en Londres y le ha puesto precio de galáctico.
Según la prensa inglesa, el Chelsea, en caso de querer su regreso, tendría que pagar cerca de los 70 millones de euros tras la cláusula firmada por ambos clubes en su traspaso, pero, para los intereses de otros clubes fuera del Bridge su precio es de 100 millones de euros. ¿El objetivo? Que todos sus principales postores no se atrevan a plantear ofertas por él, ya que la Roma quiere retenerlo para seguir armando su futuro con él.
Nadie le exprimió ni sacó tanto de él como Mourinho y Roma. Tammy, de momento, quiere quedarse y la parte giallorossa de Roma, que él se quede. Un precio de miedo para que no le roben a la loba de la capital de Italia a su nuevo hijo predilecto.