Valladolid como punto de partida
Sin nada que perder, Las Palmas levantó la mano en territorio pucelano. El gol de Sadiku puso fin a la peor racha de la temporada del equipo amarillo.
Por ser, es también el fútbol el arte de lo inesperado. Es lo que pasó a la Unión Deportiva Las Palmas en Valladolid el pasado fin de semana, visitando el Nuevo Zorilla con todo en contra. Sucedió que el equipo de García Pimienta se plantó allí con todo en contra. No solo estaba en su peor momento de la temporada en cuanto a juego y resultados, sino que además le esperaba un equipo que le sacaba 17 puntos y parecía lanzado a por el ascenso directo.
Sin embargo, cuando peor le podían sentar los pronósticos, la UD resurgió como nunca. Dominó partido y marcador. Todo fueron buenas noticias tras el gol de Sadiku, el primero que marca en liga con Las Palmas. No solo consiguió el equipo grancanario tres puntos vitales para seguir, aunque sigue en un camino más que empinado, buscando los playoff, sino que además rompió su peor racha de la temporada.
Antes del mencionado duelo de Valladolid, nuevo punto de partida amarillo, puede que a ninguna parte o tal vez todo lo contrario, Las Palmas apenas había conseguido seis de los 21 puntos en disputa con García Pimienta en el banquillo. Llegaba, además, en medio de su peor racha de la temporada, elevándose a cinco la dura secuencia de partidos sin ganar de manera consecutiva, aquella en la que jugó contra Burgos (0-2), Zaragoza (2-1), Lugo (2-2), Huesca (0-0) y Girona (1-3). En la presente y decepcionante temporada, la UD enlazó dos veces dos veces cuatro jornadas sin ganar. Le quedan 10 en busca de lo que parece un imposible.
Por eso, ya la dijo la canción del maestro Sabina, a Las Palmas le sobraron los motivos para celebrar el 0-1 de hace dos días. Tampoco es mucho, que por algo se cuenta que la alegría dura poco en la casa del pobre. Apenas recortó un punto la distancia con los playoff, que ahora están a siete. La frontera la marca la SD Ponferradina, donde Las Palmas juega el 3 de abril. La esperanza, casi vana, no termina de perderse.