ESPANYOL

El Espanyol vuelve a nacer

El equipo perico gana por primera vez en 2022 y se coloca con 32 puntos en la clasificación. Volvió a dejar la portería a cero y cumplió lo que le pidió la grada: "Recuperar el orgullo".

Alex Caparros

Un desierto. Han transcurrido 64 días de 2022 para que el Espanyol celebre su primera victoria en este año, el del Tigre en China, y el de la marmota en el club perico, que ahora al menos vuelve a nacer tras su victoria ante el Getafe. Un partido sufrido, peleado, jugado lejos de ambas áreas, en una guerra de guerrillas en mediocampo que se saldó con un balance de 11 amarillas y dos zarpazos del Espanyol a balón parado y un arrebato de Darder, otro más. Jugador determinante en mediocampo y decisivo cuando pisa el área, pocos centrocampistas tan completos hay en LaLiga.

Un mensaje. "Juntos combatimos, recuperemos el orgullo". Una frase acertada de la Grada Canito que vieron los jugadores al salir al césped después del salto al vacío en La Cerámica con 2.500 pericos en la grada. Y al pie de la letra se lo tomó el Espanyol. Recuperó su sentido el equipo de Vicente Moreno, no solo por esa victoria que todo lo determina, sino por reunir sobre el campo algunos de esos valores que tanto lo distinguieron al comienzo del campeonato. Marcó el Espanyol a balón parado, dejó la portería a cero y escaló en la posición con buenas actuaciones de hombres como Yangel Herrera o Darder, motores de una carrocería que salió renovada del taller.

El barco perico. Por ese taller de Sant Adrià pasó el Espanyol en una semana de catarsis y de unión de puertas para adentro. El técnico repitió el mismo equipo que ante el Villarreal solamente con la entrada de Calero por Sergi Gómez, y a diferencia de lo ocurrido en Castellón, los pericos le tomaron el pulso al partido de inicio pese al descenso en el número de espectadores (seis mil menos) y el ambiente enrarecido que se normalizó con el 1-0 de Cabrera. No hay mejor pócima que los goles y las victorias, cuando estas llegan poco importante el cómo y el porqué.

El balón parado.Gorka Leiza

Lejos de las áreas. Porque fue un Espanyol notable por momentos, especialmente en posesiones largas, bien tejidas por Herrera, Bare y Darder, y en las segundas jugadas, donde los blanquiazules demostraron una activación mayor, a años luz de lo ocurrido la semana anterior. Más desasistido RdT, con Vilhena y Puado ayudando a los laterales, el Espanyol tampoco puso en peligro la meta del Getafe, afortunados los pericos por el saque de esquina y por una genialidad de Darder, otra más, cuyo centro lo introdujo Cobaco en la portería. La moneda debía caer de cara en algún momento, después del sinsabor ante el Barcelona.

Fuera tsunamis. El Espanyol nació de nuevo, aunque debe reconocer que aún está lejos del equipo que fue, especialmente en la fase defensiva. El Getafe apretó y encontró espacios y errores individuales. Obviamente menos que semanas anteriores, pero aún la palabra fiabilidad no se puede asociar con el conjunto de Vicente Moreno, especialmente dubitativo por la banda derecha, aunque con capacidad para imponerse a equipos como el madrileño cuando el viento los sopló de cara. La vida se ve de otra manera con 32 puntos. No hay nada hecho y mucho por hacer, pero el Espanyol amansó unas aguas que recordaban a viejos tsunamis.

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