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MIGRANTES DEL BALÓN

Las manos españolas que cuidan del mejor equipo del mundo

El leonés José Calvarro ha ganado la Premier, la Europa League, la Champions o el Mundial de Clubes con el Chelsea. "Y no he jugado ni un minuto", bromea.

José Calvarro, fisioterapeuta español del Chelsea, junto a Azpilicueta y Kepa tras conquistar el Mundial de Clubes.
José CalvarroInstagram

Trabaja en el Chelsea desde 2014 y cuenta en su palmarés con una Premier League, una FA Cup, una UEFA Europa League, una Champions League, una Supercopa de Europa y un Mundial de Clubes. "Y no he jugado ni un minuto", comenta con una sonrisa de oreja a oreja José Calvarro (León, 1979), el fisioterapeuta español que cuida del mejor equipo del planeta fútbol. Nació en León, estudió en Madrid y trabajó durante 11 años con las selecciones de boxeo y lucha en el Consejo Superior de Deportes. "Al Chelsea llegué a través de Raúl Martínez, que ahora es el fisio de la Selección española de fútbol. Paco Biosca, jefe de los servicios médicos del club, le preguntó por alguien que controlara sobre una terapia específica que le gustaba a Cesc (Fàbregas) y 'Azpi' (César Azpilicueta). Raúl dio mi nombre y así fue como llegué aquí. Como decía un entrenador de boxeo con el que trabajé, Manel Berdonce: 'Que la suerte te pille preparado'. Estuve en el lugar adecuado en el momento adecuado", detalla Calvarro.

José Calvarro llegó al Chelsea gracias a la terapia manual, pero, aclara, "aquí hago un poco de todo": "Hacemos punción, EPI (electrólisis percutánea intratisular)...". Algunas de sus técnicas son dolorosas, pero confía "en explicarle muy bien al jugador cuál es el objetivo de cada tratamiento. Le digo qué estoy haciendo y por qué lo hago. Así lo entiende y lo 'compra'". Para Calvarro, la figura del fisioterapeuta en un equipo de fútbol es "básica" porque "cada vez estamos más formados y podemos aportar más": "En el Chelsea tenemos jugadores que cuestan muchísimo dinero. Es maravilloso cuando, entre todo el servicio médico, reducimos el tiempo de recuperación y ayudamos a que den su mejor versión. Los futbolistas son inteligentes. Conocen su cuerpo y saben que tener gente preparada a su alrededor repercute positivamente en sus carreras: mejor rendimiento, más triunfos, más títulos, mejor salario...".

"Cuando Lukaku viene a verme no pienso en que tengo 115 millones de euros en las manos"

José Calvarro

En Inglaterra, José Calvarro ha descubierto nuevas formas de trabajar. "Aquí, los fisioterapeutas emplean ejercicios de gimnasio, mientras que en España tenemos una cultura más manual. También tenemos un fisio francés y ellos trabajan de una manera más funcional. Es curioso y, a la vez, muy interesante: cada uno hace una cosa y los jugadores eligen", descubre Calvarro, cuya jornada laboral empieza "una hora y media antes del entrenamiento": "Llegamos un poquito antes que los jugadores para tenerlo todo preparado. Tenemos una reunión con todo el equipo médico para ver cuál es el estado de cada futbolista y realizamos un 'planning' específico para los lesionados. Luego nos vamos a nuestra zona de trabajo y van apareciendo los jugadores. Estamos a su disposición para lo que necesiten. También después del entrenamiento por si alguno necesita más tratamiento, estirar o cualquier otra cosa. Tenemos que estar pendientes de ellos. Entrar en el vestuario y preguntarles, porque si no hay alguno que se escapa. Luego actualizamos el sistema informático que usamos para el seguimiento y ya nos podemos ir a casa".

Mucho más que un fisio

José Calvarro es mucho más que un fisioterapeuta. "Pasamos muchas horas con los jugadores. Para ellos soy una persona muy cercana en la que confían", descubre el español, que se ha convertido en un apoyo para la plantilla: "Lo bonito de formar parte de un grupo es que hablamos los días buenos, pero también los malos. Y es en los peores momentos cuando más tienes que estar con los jugadores. Muchos se arriman a ellos cuando marcan o cuando les va bien, pero cuando fallan es cuando más nos necesitan. Necesitan una conversación o alguien que se acerque, les pregunte cómo están y les hable de otra cosa. Y no es hacer de psicólogo, es hacer de amigo. Más en un vestuario como este en el que hay tantos extranjeros que están lejos de la familia". Y sí, en el fisio también se habla de fútbol: "Hablamos de cualquier cosa que se nos pase por la cabeza, pero sobre todo de fútbol. De otros equipos, del mercado de fichajes... Les encanta. Viven por y para esto". José Calvarro sabe que por él pasan algunos de los mejores futbolistas del planeta, pero "cuando viene Lukaku no pienso en que tengo 115 millones de euros en las manos". "Estos chavales son mis amigos, mi familia. Mis niños pequeños a los que tengo que cuidar. Si se lesionan quiero que se curen cuanto antes y cuando juegan que se salgan. Pienso más en eso que en su valor como futbolistas", explica.

José Calvarro ya ha trabajado con Antonio Conte, Maurizio Sarri, Frank Lampard y Thomas Tuchel, a quien define como una persona "maravillosa". "Es un tío súper cercano. Tanto él como su equipo. Son muy cariñosos y muy cuidadores. Están pendientes de que todos estemos bien y han respetado nuestro trabajo desde el primer momento. No se han metido en nada. Han confiado en nosotros y, hasta el momento, está saliendo todo muy bien", agrega el leonés, que se deshace en elogios hacia el vestuario: "No hay nadie que se crea más que nadie. Havertz es un crack y es el tío más humilde que te puedes echar a la cara. Y eso te lo da que tengas un capitán tan espectacular como Azpilicueta, que está siempre sonriendo y de buen rollo con todo el mundo. O Kovacic, que el tío habla seis idiomas y se ríe con unos y con otros. Han habido momentos con gente con mucho peso como Terry, que tenía mucho carácter, o David Luiz, que era otro peso pesado. Se creó alguna fricción, pero ahora el vestuario es una balsa de aceite. Entras y no parece que esté lleno de estrellas. Está Kanté, que gana la Champions y el Mundial de Clubes y viene a entrenar en un Mini. Es el tío más tranquilo del mundo. Hazard, por ejemplo, le daba técnicamente mil vueltas a todos y nunca quiso ser más que nadie. Si los mejores no se vienen arriba, nadie puede hacerlo".