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ATLÉTICO DE MADRID

Al Atleti se le olvida construir

El medio rojiblanco no logra la fluidez y se ve sometido ante la presión del rival. Koke no se encuentra, De Paul está lejos del nivel de Argentina, Llorente en el lateral...

De Paul y Koke en el Camp Nou.
GORKA LEIZADIARIO AS

El Atlético no se encuentra. Ante el Levante sumó una nueva derrota que complica sus aspiraciones actuales, reducidas desde pelear por revalidar el título de Liga a meterse en los puestos Champions. Pero, para estar entre los cuatro mejores, hay que crecer muchísimo respecto a la versión mostrada contra el colista.

Y cuando vienen mal dadas, todo falla. La defensa hace aguas, marcarle a Oblak nunca había sido tan fácil y el Atlético acabó el partido contra el Levante sin provocar ninguna parada de Cárdenas, para convertirse en el primer equipo local que no marca ante los granotas. Y uno de los grandes bajones colchoneros del curso se ha producido en el centro del campo. La sala de máquinas ha cortocircuitado y da la sensación de verse superada partido tras partido, algo que aumenta la inseguridad atrás y reduce las opciones de tener ocasiones arriba.

Sin nadie que genere fútbol, que pida el balón y se adueñe del ritmo de los partidos, el centro del campo del Atlético sufre ante cualquier presión medianamente intensa, no es capaz de robar y subir líneas para incomodar la salida del rival ni acelera el juego con la combinación. Koke, el futbolista más importante del equipo en esa función, no pasa por una buena temporada, le está costando romper líneas, poder mirar con el balón hacia adelante, pisar área rival y mostrar su visión de juego en los metros finales. Sus cualidades se han reducido y se potencian las debilidades, sufriendo mucho en velocidad punta cuando los rivales le encaran con espacios.

Y si De Paul fue el gran fichaje del verano para sumar efectivos en el medio, el argentino no se parece a su versión con la selección. Ni roba, ni mueve al equipo con balón ni interviene con consistencia en el juego. Lejísimos de ese futbolista MVP en la final de la Copa América. Además, estará ausente ante Osasuna por sanción. En esa vuelta al 4-4-2, el doble pivote se ha convertido casi en invisible, apostando por balones largos de Oblak para intentar llegar al área rival y buscando las remontadas a partir del desequilibrio en las bandas con Carrasco, Lemar o Correa haciendo daño con su calidad individual. Kondogbia ha sido la alternativa de Simeone para intentar poner músculo y fuerza a la hora de robar balones, pero el centroafricano necesita alguien a su lado que genere fútbol. Es capaz de abarcar mucho campo, pero luego no es el encargado de acelerar el juego, ya que sus cualidades no son esas.

Herrera acaba contrato en junio y por el momento prácticamente ha quedado reducido a los últimos minutos de los partidos con el resultado en contra. Y Llorente, un jugador que aporta mucha energía y fuerza, algo clave para poder robar más arriba, se ha visto abocado a jugar como lateral derecho desde que se marchó Trippier. Wass, que daba otra opción también al centro del campo, era el destinado a ocupar ese costado en defensa, por lo que Llorente podría volver a brillar más cerca del área rival, pero en su debut sufrió un esguince de grado II en la rodilla que le ha dejado unas semanas fuera de combate.

En el partido contra el Levante, Koke apenas pudo completar 15 pases en el campo rival y De Paul 21, los dos en 65 minutos. Kondogbia, con 28, fue el jugador del Atlético que más pudo combinar en el campo granota, números escasos en casa contra el colista (Martín Cáceres, central del Levante, dio 20 pases en campo del Atleti). Ante un medio que no construye, los problemas del resto del equipo se amplifican. La entrada de João Félix dio algo de claridad bajando a recibir casi a campo propio y la reubicación de Llorente en el medio con Vrsaljko en el lateral permitió al '14' poder participar en la zona que más le gusta. El Atlético necesita un paso delante de su centro del campo, más energía en la recuperación, claridad en la creación e ímpetu para robar y generar fútbol. Simeone no consigue dar con la tecla ni con el sistema, pero buena parte de la mejoría rojiblanca pasará por hacerse fuerte en una sala de máquinas que pasa por sus horas más bajas.