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ATLÉTICO DE MADRID

El Atleti da pocos motivos para la fe

El equipo rojiblanco se la pegó en casa ante el colista y no dio la sensación de ser un accidente, sino una tendencia alarmante: sin alma, mal con el balón, mal sin él, mal individualmente...

Actualizado a
Lemar y Koke, durante el Atlético-Levante
Angel MartinezGetty Images

El Atlético despachó ante el Levante su peor partido de la temporada, y el listón estaba ya alto en curso, cuanto menos, muy preocupante. Hace un año también ganaron los azulgrana en el Metropolitano, pero entonces sí dio sensación de accidente. Lo de esta vez es la consecuencia de una tendencia alarmante. El equipo no funciona por ninguna parte, está sin confianza y, ahora mismo, ofrece pocos motivos que inviten al optimismo. Y los objetivos mínimos no parecen tan asequibles mirando a los rivales y, sobre todo, hacia dentro.

Los números son muy pobres (doce derrotas, más que en cualquier temporada completa con Simeone; 46 goles encajados; 19 puntos menos que en la pasada Liga...), pero las sensaciones que emite este Atlético son aún más inquietantes. Va a menos y apenas se encuentran brotes verdes a los que agarrarse. El equipo es endeble en defensa, está tremendamente espeso con la pelota y muy poco atrevido sin ella. Cada llegada del rival hace temblar a todos y raro es que el primer tiro en contra no sea gol. El centro del campo está desbordado siempre, física y posicionalmente. Al Levante, colista muy descolgado y que suele acusar los golpes, le permitió el Atleti un partido comodísimo y le remató ¡una vez! a portería. Los nervios fueron cosa del equipo local.

Sin Carrasco en Europa, sin Cunha...

El Atleti transmite ansiedad y también falta de confianza. El equipo ha lucido más cuando ha jugado desbocado y con el marcador en contra, pero ante el Levante se vio a un grupo atenazado y que apenas hiló buenas combinaciones. La tensión de Giménez con la grada fue una prueba. Hay excitación dentro del campo y la hay fuera. "Somos una familia y a veces hay broncas", comentó el central en su posterior disculpa, tras mandar callar ante el runrún de la afición. El compromiso del uruguayo es indudable, pero parte de la hinchada estaba ya al límite por lo que estaba teniendo que presenciar, como lo estuvo ante el Getafe y ante el Valencia.

João Félix, derribado ante el Levante.
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João Félix, derribado ante el Levante.Angel MartinezGetty Images

Individualmente, hay poco que rescatar también. Hay nombres muy señalados desde hace meses, pero incluso sin ellos el Atleti no da la talla. Correa es el líder de los rojiblancos, por cifras y por actitud. De los pocos que se ganan un sitio en el once semana a semana. Hay alguno más. Carrasco también ha dado un buen nivel, pero ahora se le juntan la COVID y la sanción que le impedirá jugar ante el United. Cunha también cotiza al alza, pero salió con la rodilla muy tocada y no tiene buena pinta la lesión. A cambio, regresa Griezmann mes y medio después. En el resto de líneas es complicado rescatar a algún futbolista regular, más allá de la determinación de Llorente, lateral obligado, las recuperaciones de Kondogbia, y puntuales chispazos, a veces de João, a veces de Lemar...

Los estados de ánimo del Cholo

Y luego está Simeone. Él insiste en que está tranquilo y que es optimista, pero tampoco parece estar pasando su mejor momento anímico. Durante la segunda parte ante el Levante, su postura, con las manos en los bolsillos, transmitía más resignación ante lo que tenía ante sus ojos que la electricidad que ha generado en tantas noches del Metropolitano. "Ahora tranquilidad y mañana (por hoy) charlaremos", dijo en rueda de prensa. Desde luego, no parece tenerlo todo controlado como de costumbre. El Cholo deberá seguir probando teclas.

Contra el Getafe y el Valencia, los rojiblancos reaccionaron a tiempo para rescatar dos triunfos importantísimos. En esos casos, los puntos rescatados taparon muchos de los problemas. En el club y en el vestuario se confía en que en la Liga también hay tiempo. El objetivo no está nada lejos, pero preocupa la deriva del Atleti, sin ideas, sin alma, sin rebeldía y, para más apuros, acumulando bajas cuando el curso entra en la fase más decisiva. Osasuna y, sobre todo, Manchester United son los siguientes exámenes para un equipo bajo la lupa.