A falta de defensa... corazón
El Atlético vuelve a ganar en casa con un gol de Hermoso en los últimos instantes, pero ha necesitado siete tantos para sumar seis puntos ante la fragilidad atrás.
Simeone siempre ha sido pragmático en rueda de prensa. “¿Qué se necesita para ganar en el Camp Nou? Meter un gol más que el Barcelona”. Algo extrapolable al resto de partidos. Sin embargo, el técnico argentino nunca habría imaginado que fuese necesario hacer tantos goles para sumar de tres en tres.
El Atlético ha marcado 42 tantos en los 23 partidos de Liga que ha disputado, casi dos de media por encuentro y únicamente cinco menos que la temporada pasada a estas alturas. Sin embargo, el equipo colchonero ha sumado 39 puntos cuando en la campaña 2020-21 ya llevaba 58. Y la gran diferencia está en el rendimiento defensivo. Contra el Getafe comenzó bien y en el minuto 30 ya vencía por 2-0 y había marrado un penalti. En cualquier otra campaña suponía un partido cerrado para los colchoneros. Tres puntos y a pensar en el siguiente. Pero, poco más de diez minutos después, el marcador lucía un increíble 2-3 con dos penaltis y unos errores atrás que no paran de lastrar al equipo.
Correa, ese faro al que agarrarse desde hace ya muchos meses, ponía el 3-3 justo antes del descanso… hasta que Felipe volvía a dispararse en el pie. Una entrada incomprensible para dejar al equipo con uno menos con 30 minutos por disputarse cuando el partido estaba yendo por los derroteros planeados por Simeone. Sin embargo, en estos últimos partidos en casa el Atlético se ha agarrado más a la mística del Wanda Metropolitano y al corazón y garra que al esplendor del equipo para conseguir dos triunfos fundamentales en la lucha por la Champions.
Hermoso ha sido el protagonista en dos victorias con remontada incluida y con infarto y delirio en el feudo colchonero. Ante el Getafe aprovechando una jugada a balón parado con una tijereta espectacular para un 4-3 que recuerda a tiempos pasados, donde la falta de defensa se suplía con partidos locos y una delantera de quilates. Pero un descontrol insospechado con Simeone y que no gusta nada al técnico argentino. Contra el Valencia había sido dando la vuelta a un 0-2 y con dos tantos en el descuento para el 3-2 final. El Atlético ha conseguido seis de los últimos nueve puntos, con un balance de nueve goles a favor y otros nueve en contra (perdió 4-2 ante el Barça). Algo quizás más bonito de ver para un espectador neutral, pero una sangría para un equipo que siempre se ha construido desde atrás.
Y son partidos con muchos goles, pero con muy pocas ocasiones. Si cada disparo del rival es gol, es porque algo se está haciendo mal y la incapacidad de corregirlo es el gran mal del Atlético este curso. Ante el Getafe hubo cal y arena, buenas noticias en forma de puntos, rendimiento con uno menos, intensidad, carácter y el nivel individual de jugadores como Correa y Cunha. Pero volvió a mostrarse una fragilidad defensiva y unos errores atrás que cuestan goles y expulsiones. Ni la remontada contra el Valencia o el triunfo en Oporto pudo ser un punto de inflexión para el equipo. Ahora, se espera conseguir ese clic mental a partir de los puntos cosechados contra el Getafe cuando todo venía en contra. Un Atlético de dos caras y donde el devenir de la temporada lo marcará cual de ellas gana: el equipo de corazón que cuando ataca con todo provoca pavor o el flan defensivo que sigue encajando goles en cada llegada del rival.