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ESPANYOL

El teorema del azucarillo

Un gol en contra diluye en la nada al Espanyol de Vicente Moreno. Ha sucedido ante Athletic y Betis, tras los avisos de Cádiz y Ponferrada. Tienen que saber sobreponerse a esta situación.

07/02/022  PARTIDO PRIMERA DIVISION 
 ATHLETIC DE BILBAO - ESPANYOL 
 ARBITRO SOTO GRADO PROTESTAS JAVIER PUADO
AIOLDIARIO AS

Que 2022 está siendo un quebradero de cabeza para el Espanyol lo constatan sus marcadores, cuatro derrotas y dos empates entre LaLiga y la Copa del Rey, pero también la manera cómo están llegando esos resultados. Y, más allá del agujero defensivo que se viene constatando ya desde finales del año pasado, una peligrosa tónica se ha instaurado en las últimas semanas, a días solo para recibir al Barcelona en el RCDE Stadium: el teorema del azucarillo.

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Igual que un terrón se diluye con facilidad una vez inmerso en el agua, pierde el Espanyol el norte cada vez que recibe un gol en contra. Lo advertía el propio Vicente Moreno tras la derrota del lunes frente al Athletic. "Los errores hay que llevarlos con naturalidad, y no dejar de hacer el partido que teníamos previsto. Cuando recibimos goles dejamos de hacerlo, y eso debemos tratar de cambiarlo", reconocía el entrenador. Apenas un minuto le duró a los pericos la alegría por el gol de Tonny Vilhena, neutralizado por Oihan Sancet y anulado por completo diez minutos más tarde por Íñigo Martínez.

La tendencia es grave, puesto que algo muy similar había ocurrido en el encuentro anterior, previo al parón, cuando el Betis se repuso con insultante facilidad al tanto que Raúl de Tomás había anotado a la media hora de juego. Cierto es que empató Borja Iglesias en un penalti bastante discutible, pero después los goles verdiblancos fueron llegando como quien ha dejado a un boxeador tendido en la lona: entre Guido Rodríguez, el propio ‘Panda’ y Willian José establecieron un crítico 1-4 final.

Vicente Moreno, en el banquillo de San Mamés este lunes.
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Vicente Moreno, en el banquillo de San Mamés este lunes.AIOLDIARIO AS

Esas dos remontadas consecutivas fueron irremediables a pesar de que el Espanyol ya habría tenido que estar sobre aviso. A medias se había quedado el Cádiz, que con dianas de Álvaro Negredo e Iván Alejo se habían sobrepuesto al tanto de Manu Morlanes, y que De Tomás suavizó con el 2-2 en el minuto 96. Y también en el primer partido del año, el de los dieciseisavos de la Copa ante la Ponferradina, cuando un gol de penalti de Yuri de Souza sobre la bocina, en el 88’, estiró el partido hasta la prórroga y la tanda de penaltis.

Poco se podía presagiar esta inconsistencia del Espanyol cuando, a pocas horas para las campanadas, en la tarde del pasado 31 de diciembre, los pericos conseguían su hasta ahora única victoria de la temporada a domicilio después de revertir en Mestalla el gol inicial de Omar Alderete, con una pena máxima convertida por De Tomás y el 1-2 definitivo de Javi Puado a solo dos minutos para el final. No ha pasado ni un mes y medio, pero suena a otros tiempos.