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ESPANYOL

La "delgada línea" roja del Espanyol

El equipo blanquiazul sigue su caída en LaLiga y acusa su pérdida de solidez defensiva y su discreta gestión de los ataques posicionales.Y hay jugadores que no han aparecido .

El Espanyol.
GORKA LEIZA

Todo era felicidad el 31 de diciembre después de la victoria ante el Valencia. El Espanyol rompía por fin su gafe lejos del RCDE Stadium, se colocaba a dos puntos del octavo (Villarreal) y seguía vivo en la Copa del Rey. Pero los sueños se fueron esfumando semana a semana. 2022 solamente le ha ofrecido una victoria al conjunto de Vicente Moreno, en los penaltis ante la Ponferradina para pasar a octavos de final de la Copa. Desliz en Mallorca y caída en LaLiga, donde la racha se prolonga a un punto de 12 posibles. La temporada ya es grisácea.

La "delgada línea" que separa la victoria de la derrota a la que hace referencia el técnico en la mayoría de conferencias de prensa se ha engordado en las últimas semanas, víctima el equipo perico de unos males que se repiten como una enfermedad crónica. Los blanquiazules no son capaces de ponerle remedio. Esa delgada línea va más allá de un penalti no pitado o de un tiro al poste, de un salvador tanto de Raúl de Tomás en el minuto 94 en Cádiz o de un centímetro que supera el fuera de juego de la legalidad en el gol de Sancet.

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Del hormigón al cartón: 24 goles recibidos en 12 partidos

En los primeros 15 encuentros de campeonato el Espanyol solamente recibió 14 tantos. El sistema defensivo funcionaba y el equipo de Vicente Moreno logró dejar la puerta a cero en seis jornadas, se hablaba incluso de la segunda juventud de Diego López, salvador donde no alcanzaban los defensas pericos, incluso Leandro Cabrera y Sergi Gómez se convirtieron en una consolidada pareja en el centro de la zaga.

Pero un dato resultaba sospechoso. Diego López era el meta con más paradas realizadas del campeonato y los remates realizados de los rivales situaban al conjunto perico como uno de los conjuntos a los que más ocasiones les generaban. La delgada línea cayó del otro lado. En los últimos 12 encuentros el conjunto blanquiazul ha recibido 24 tantos, una media de 2 por encuentro cuando antes era de 0,95. El rendimiento individual ha descendido, fruto de la falta de confianza y de los problemas colectivos. Todos los defensas han aparecido en las fotografías de los tantos en este periodo de 70 días.

Diego López.
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Diego López.Juan Manuel Serrano Arce

Más goles, pero menos control del juego

Tener el balón no es llevar la iniciativa del partido. Y un ejemplo es el Espanyol, que en ese primer tramo del campeonato era capaz de controlar la situación desde su extraordinario posicionamiento defensivo, sin necesidad de tener la posesión. Algo que no ocurre en las últimas jornadas. Dubitativo cuando da un paso atrás, vulnerable en la presión en campo rival y muy forzado con el balón, le cuesta generar ocasiones desde lo colectivo.

Algunos datos han ido llamando la atención a lo largo del curso, como la poca precisión de laterales y extremos en los centros (después del encuentro ante el Elche eran el 17º conjunto más impreciso), algo que también se pudo ver en San Mamés donde otro dato que sobresalió: Puado dio la asistencia partiendo desde la derecha, posición que nunca ocupa; mientras que el otro centrador certero fue Tonny Vilhena, debutante. Óscar Gil, Adrián Embarba y Adrià Pedrosa no encontraron rematador.

Es por eso que a los blanquiazules, quienes también han perdido su eficacia a balón parado y carecen de juego por dentro, les cuesta un mundo atacar con criterio. Solamente la primera parte en Cádiz, donde ya Vicente Moreno la tilda como “situaciones que ocurren pocas veces”, se salva de ese desaguisado. Segundas partes caóticas como la del Levante (4-3) o la de San Mamés (2-1) son un ejemplo del desorden blanquiazul y la falta de ideas con balón.

Un rendimiento individual cuestionado

Al ser el fútbol un todo, donde cada pieza determina el rendimiento de la siguiente, donde el valor del colectivo potencia o disminuye las virtudes individuales, hay jugadores que no han aparecido esta temporada, ya sea fruto de su falta de adaptación al juego del Espanyol o por esa delgada línea que les han hecho perder confianza. Adrián Embarba, Nany Dimata, Loren Morón, Yangel Herrera o Wu Lei fueron un ejemplo el lunes.

No encontró el Espanyol revulsivos en el banquillo y los cambios provocaron caos, como ocurrió ante el Betis. Ya sea por el eclipse de RdT, por la incapacidad de encontrarles un espacio en el equipo titular o por su falta de nivel, el Espanyol carece esta campaña de acompañantes en ataque, de segundas opciones que garanticen goles en las contadas ocasiones que generen los de Moreno. Otra delgada línea, en este caso roja, como la alerta que empieza a asomar por el rendimiento del equipo y el calendario inmediato.