YOUTH LEAGUE | HAJDUK SPLIT 0 (2) - ATLÉTICO 0 (3)
Los penaltis dan el pase y devuelven la sonrisa al Atlético
El equipo rojiblanco estará en los octavos de la Youth League. El conjunto croata se cerró en busca de los penaltis, pero falló tres en la tanda. Premio colchonero.
El Atlético estará en los octavos de la Youth League. No fue fácil, hubo que sudar, sufrir, ver con impotencia como era imposible tirar abajo la muralla del Hajduk Split… pero finalmente la tanda de penaltis salió cara. Y eso que era el objetivo claro de los croatas desde el primer instante, donde su acalorada afición celebró por todo lo alto el 0-0, pero en la muerte súbita esa euforia pasó factura, con tres de sus cinco lanzamientos fuera.
El Hajduk Split, que llegaba a la cita sin derrotas desde 2020 y tras superar la ruta de los campeones, dejando en el camino al Shkendija (5-1) y al Minsk (4-1), preparó un partido muy áspero ante su gente. Cerrarse atrás, dar la iniciativa al Atlético y ser un muro defensivo con tres centrales poderosísimos a la espera de enganchar una contra o una jugada a balón parado. Los de Fernando Torres y Ricardo Ortega lo intentaron a partir de juego de posesión, salida limpia desde atrás e intentar encontrar cerca del área a Carlos Martín o Salim, pero fue muy complicado romper líneas una vez llegaban a tres cuartos de campo y cuando aparecieron los huecos falló la definición.
El Atlético fue amasando el balón desde el primer minuto, con sus tres centrales dominando los espacios abiertos y recuperando muy arriba, pero sin la capacidad de encontrarle las fisuras a la cerradísima zaga del Hajduk Split. Así se llegó a la primera media hora de partido sin ningún remate a portería de ninguno de los dos equipos, hasta que Corral tuvo la opción más clara para romper la igualada en la primera mitad. Un balón fantástico de Kostis al espacio, la maniobra de Salim tras no conseguir atajar el balón el portero y su pase atrás que remataba el carrilero izquierdo por encima de la portería cuando no había meta bajo palos.
Esos esféricos bombeados colchoneros comenzaron a hacer daño, un gota a gota para intentar acabar deshaciendo la roca defensiva croata y también Curras estuvo a punto de encontrar a Carlos Martín con un balón picado que agarró muy rápido Silic. Pero el ‘9’, debutante con el primer equipo en Liga y Copa, vivió un partido de máxima frustración hasta tomarse su venganza en la tanda. Y cuando parecía que el equipo local se marcharía al vestuario sin llegar a rematar ni una vez, una jugada de estrategia acababa en un gol anulado por falta a Iturbe después de un primer cabezazo al travesaño.
El segundo tiempo comenzó por los mismos derroteros, salida desde atrás rojiblanca con balón hasta encontrarse con un tapón en tres cuartos que intentaba resolver abriendo a banda a Corral y Sergio Díez. Gismera, Pablo Barrios y Curras llegaban bien hasta la frontal rival, pero no encontraban un resquicio para hincarle el diente a los zagueros. El Hajduk se sentía cómodo atrás y renunciando cada vez más a pisar el área rival.
La tuvo Salim con un cabezazo sin marca en el punto de penalti que no consiguió poner entre palos cuando sus compañeros ya cantaban el gol. Y el miedo a perder se fue adueñando de los dos equipos, donde la intención de atacar fue siempre de los de Fernando Torres. La afición local apretaba y celebraba el empate como si de un tesoro se tratase, pero no se imaginaba lo que estaba por venir.
El Hajduk Split comenzaría lanzando y en la portería con su afición más candente, todo de cara. Pero desde el primer disparo se vio que la presión también hacía mella a sus jugadores. Ljubicic tiró a la madera, y pese a que Corral no acertaría en el segundo chut rojiblanco después de los goles de Curras y Hrgovic y Vrcic llegaba a poner el 2-1 momentáneo, nunca hubo miedo. Ginard igualó, el palo volvió a salvar a Iturbe ante el disparo de Capan, Carlos Martín fue todo un seguro y Pukstas lanzó por arriba. Un éxito para el Atlético, habitualmente peleado con los penaltis, y que en esta ocasión tuvo el premio a ser el único que quiso ganar en los 90 minutos.