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LAS PALMAS

Y de pronto, Maikel Mesa

Volvió a jugar, diez jornadas después, en Cartagena. Los problemas físicos de Fabio y Nuke Mfulu le pueden abrir de nuevo las puertas del equipo. Pese a los problemas nunca se rindió.

Y de pronto, Maikel Mesa
Carlos Diaz-RecioDIARIO AS

Empeñado como parece en seguirle la contraria al destino, no desiste Maikel Mesa en su empeño de convertirse en un futbolista esencial en la Unión Deportiva Las Palmas. Por más que lo intenta, no ha terminado de tener continuidad desde que llegara al equipo grancanario en 2018, recién descendido de Primera División, lo mismo da que fuera por problemas físicos que por la falta de confianza de sus entrenadores, como Paco Herrera o Pepe Mel.

Como hace dos temporadas, cuando en el mercado invernal se marchó a un Albacete del que acabó siendo pieza capital en la salvación manchega, a punto estuvo de marcharse cedido en el presente mes de enero. Sabía que no iba a tener muchas más oportunidades de las que hasta entonces había tenido esta temporada, tampoco con García Pimienta, pero de pronto se le abre un nuevo horizonte, un grito de esperanza clamando por esa anhelada importancia en Las Palmas.

Ocurre que hace dos días volvió a alistarse de nuevo para un partido de liga. No lo hacía desde el pasado 13 de noviembre, en la 16ª jornada, cuando jugó 14 minutos en la derrota de su equipo ante el Zaragoza (2-3). Desde entonces permanecía inédito. Así, diez fechas ligueras después, volvió a jugar en Cartagena. Y entonces se le abrió un nuevo horizonte.

Saltó Maikel Mesa al césped de Cartagonova para sustituir a Mfulu, aquejado de molestias en su rodilla. Bunkerizada como está Las Palmas, de momento el club no ha se ha pronunciado sobre las molestias del mediocentro francés, como tantas veces con tantos compañeros. Tampoco es que haya información oficial sobre la lesión de Fabio, de quien La Provincia adelantó que se quedaba sin viajar a Cartagena por molestias en un tobillo que, salvo sorpresa, también le impedirán jugar el domingo contra el Burgos.

Sea como fuere, los problemas físicos de ambos centrocampistas le abren a Mesa las puertas de su equipo. Siempre se destacó en él su potencia y exuberancia física, muy poderosas sus llegadas en segunda línea, lo que automáticamente le convierten en una opción más que viable para ese puesto de vértice del equipo en el centro del campo, donde con notable éxito se desempeñó, junto a Loiodice, el pasado fin de semana. Sus preferencias pasan por una posición más adelantada pero tampoco fichó Las Palmas a un sustituto de Sergio Ruiz, así que el camino del tinerfeño queda allanado sobremanera. Si él contaba poco hasta ahora, Unai Vega mucho menos.

Sin rendirse.

Pese a los incontables baches del camino, nunca se rindió Maikel Mesa. "Es el primero que hace grupo con los que no juegan. Y eso que él tampoco lo hace", sostiene uno de sus compañeros en el vestuario de Las Palmas. Implicado como el que más, fue el primero en firmar la rebaja de sueldo impuesta por el club cuando la pandemia arrasó con todo. Igualmente, le cedió este curso el brazalete de capitán a Jonathan Viera cuando se confirmó la llegada del astro grancanario.

Buscando recuperar galones perdidos en las 16 jornadas que faltan, de momento suma dos titularidades en los siete partidos que ha jugado, los cuales le han valido para estar 273 minutos sobre el pasto. Siempre aguerrido en ataque y en defensa, contabiliza 17 recuperaciones, y un porcentaje del 79,25% de pases buenos, 84 de 106. En el otro lado de la balanza está lo del empeño, ese que le podría tener listo para recibir al Burgos este domingo en el Estadio Gran Canaria (20.00 horas).