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BARCELONA - ATLÉTICO DE MADRID

La revancha de Suárez, capítulo 3

El uruguayo, tras conquistar la Liga y el gol de la primera vuelta, quiere demostrar ante la afición del Barça que todavía es un goleador "vigente", aunque está en plena sequía liguera.

Luis Suárez celebró así su gol en el Atlético-Barcelona.
CHEMA DIAZ

Luis Suárez es uno de los grandes nombres propios del Barça-Atlético. El uruguayo se reencuentra con la que fue su afición durante seis temporadas, porque el año pasado ya fue de rojiblanco al Camp Nou, pero el fútbol era aún a puerta vacía. Y el delantero sigue con ganas de revancha, aunque no por la hinchada, por quien siempre se ha sentido querido. Tras la conquista de la Liga y el gol de la primera vuelta, Suárez busca una nueva muesca en sus citas contra su exequipo.

Las ganas de venganza fueron una gran motivación para Suárez en su llegada al Atlético. "Les quería demostrar a todos que sigo siendo un futbolista vigente", comentó en varias ocasiones a lo largo de la temporada y acabó cumpliendo su deseo. El pistolero celebró 21 goles en Liga, decisivos para que el equipo rojiblanco saliera campeón. Las lágrimas del futbolista sobre el césped de Zorrilla fueron una de las imágenes de la temporada y Suárez sintió que había cumplido su revancha. "Me fui con la autocrítica de pensar que por algo pasan las cosas y el destino marcaría quién acertó y quién no", explicó. Ese asalto lo ganó Suárez.

El zarpazo a Koeman en el Metropolitano

Aunque el proceso de revancha continuó y, en octubre, el charrúa recibió al Barça en el Metropolitano e hizo un partidazo. Asistencia y gol para el 2-0. Suárez no lo celebró como de costumbre "por respeto, por ser un culé más, por el momento que están pasando los compañeros y los hinchas", aunque sí dejó un gesto, como de llamar por teléfono. Todas las miradas se fueron hacia Koeman. Al técnico neerlandés le tenía muchas ganas el futbolista y ese gol fue prácticamente la puntilla para su adiós al banquillo del Barça.

Esta tarde, Suárez se enfrenta de nuevo al Barça, pero ya no al de Koeman, sino al de Xavi, su excompañero. "Lo veo muy capacitado", dijo el 9 cuando se ejecutó el cambio en el banquillo culé. El Barça no es el de la primera vuelta, sin ser especialmente mejor, ni Suárez tampoco lo es. El uruguayo lleva siete goles en Liga, pero este lunes se cumplen tres meses del último, en Mestalla. La competencia en el ataque se encarece, con Cunha al alza y Correa tirando del carro rojiblanco: el argentino lleva ya ocho dianas en Liga.

Uruguay le ha cargado de moral

No obstante, Simeone confía mucho en Suárez, especialmente para las grandes citas como la de esta tarde. Y su presencia en el equipo es también un mensaje para el grupo: el Atlético va a querer asediar el área de Ter Stegen. Es la única manera de que el uruguayo se sienta relevante y letal. Para la segunda mitad, Cunha y Correa darán energía al bloque rojiblanco.

Además, a Luis Suárez le ha sentado bien ir con Uruguay. Han sido largos viajes y 180 minutos acumulados, pero sus goles a Paraguay y a Venezuela, especialmente el primero, cargan de moral al delantero que, en el Camp Nou, quiere escribir el tercer capítulo de su revancha con el Barça.