La paradoja invernal del Leganés
Los blanquiazules han visto como sus salidas en enero han sido para potenciar equipos mayores, mientras que algunos nombres sondeados les rechazaron por coquetear con el descenso.
Anda el Leganés desde que comenzó la temporada coqueteando con el descenso en un flirteo tóxico que ha provocado un curioso efecto de doble sentido en el mercado invernal. Mientras ha habido jugadores que han rechazado las propuestas pepineras por ser conjunto demasiado próximo a la zona de peligro, los cuatro hombres que han dejado Butarque en la pasada ventana de traspasos lo han hecho para enrolarse en equipos de mayor enjundia,
Y eso sin contar los intereses que no han llegado a buen puerto por otros hombres de la plantilla. Es la paradoja invernal del Leganés, capaz de atraer el interés de conjuntos superiores por sus futbolistas mientras el plantel trata de evitar caer a Primera RFEF.
Repasando las salidas, los movimientos son llamativos: Avilés al Tondela (Primera portuguesa), Doukouré al Aris Salónica (Primera griega), Tarín al Oviedo (octavo clasificado, candidato al playoff de ascenso) y Sabin Merino al Zaragoza (mismos puntos que el Leganés, aunque hasta hace no mucho equipo encaramado a la zona de playoff).
Otros pretendientes
Éste ha sido el resultado final de operaciones que han tenido más conjuntos metidos en la pugna también de mayor rango clasificatorio que el actual de los pepineros. Porque el Girona (séptimo) sondeó seriamente a Tarín y el Oviedo lo intentó con Sabin.
Además, Borja Garcés pasó las últimas 48 horas de mercado en la agenda de unos cuantos equipos también por encima en la clasificación. Desde el Tenerife (cuarto a dos puntos del ascenso directo), hasta el Málaga (14º) pasando por el mismo Oviedo, insistente en su deseo de pescar de una forma u otra en Butarque. Finalmente lo consiguió en la figura de Tarín.
En Butarque no son ajenos al fenómeno que se ha venido sintiendo ya no sólo en el tramo final del mercado, sino durante buena parte de un proceso de fichajes que, a ojos de los pepineros, ha dejado claro que el Leganés tiene una plantilla más atractiva de lo que sugiere su devenir el curso y la posición actual en el campeonato.
Con todo y con eso, lo que ha dejado un poso inverso es la impotencia de saber que ciertos nombres que el club ha tratado de fichar, no lo han hecho, insisten al sur de la capital, por el temor a enrolarse en un equipo demasiado cercano al pozo del infierno. Descrédito que, temen en la Avenida de los Once Leones, desgaste la buena imagen ganada tras cuatro años en Primera y convierta al Leganés en un club del montón, sin nada especialmente diferencial que atraiga a los próximos refuerzos.