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BARCELONA

Despierta, Memphis

La marcha de Koeman y su lesión de isquiotibiales han interrumpido una temporada en la que no ha explotado y en la que ahora deberá encontrar de nuevo su sitio.

Memphis Depay celebra un gol con el Barça.
Memphis Depay celebra un gol con el Barça.Europa Press SportsEuropa Press via Getty Images

Memphis Depay (13-2-,1994) no ha querido descansar esta semana. Pese a que Xavi ha dado descanso a sus jugadores hasta el miércoles, el neerlandés, de 28 años, ha acudido a la Ciutat Esportiva para intentar recuperarse cuanto antes de sus problemas en los isquiotibiales de la pierna izquierda. Memphis no había tenido un sólo problema físico durante el curso. De hecho, existió la sensación de que estaba jugando demasiado (estuvo en el campo los 90 minutos de las 16 primeras jornadas de Liga, y sólo se perdió 15 minutos de 540 en la fase de grupos de la Champions) hasta que, finalmente, reventó en Múnich, donde sufrió una rotura en el bíceps femoral de la pierna izquierda que le dejó fuera un mes. Su reaparición, en Granada, fue prematura. No aportó nada ni en Los Cármenes porque no estaba al cien por cien y, en Riad, se volvió a lesionar en el Clásico ante el Madrid. Su lenguaje gestual, además, no pareció el de un futbolista metido al cien por cien en la realidad azulgrana.

Las lesiones de Memphis coincidieron con un cambio en su estatus. La destitución de Ronald Koeman le ha convertido, sin querer, en un 'sospechoso involuntario'. Koeman estuvo más de un año tras su fichaje. Lo intentó en las ventanas de verano e invierno de la temporada 2020-21 y no paró hasta que, al fin, y libre de contrato, Depay llegó este verano. Su pretemporada, como su Eurocopa con Países Bajos, generó ciertas expectativas que se han cumplido a medias. Hasta que se lesionó, el exjugador del Lyon marcó ocho goles en 16 partidos, una media decente para un jugador de equipo grande. No sólo eso. En los primeros partidos, ante Real Sociedad y Athletic, pareció capaz de echarse el equipo a la espalda. Pero no fue así. Memphis no ha sido capaz de hacer un gol en ningún partido grande. No le ha marcado a Benfica, Madrid, Atlético, Bayern... Siendo un buen futbolista, su globo se fue deshinchando algo. Tampoco le ayudó el equipo, que cada vez jugó peor y más lejos del área, donde realmente puede hacer daño. Memphis no es un jugador de campo abierto, sino de menos metros. El Clásico, además, le dejó señalado. Perdió un balón en la frontal y dejó de seguir a Alaba, que terminó haciendo el gol en el contragolpe del Madrid.

De golpe, a Memphis le llegó la lesión y la información de que Xavi no lo considera imprescindible en su plan de futuro. Eso le enfrió. Después de la lesión, no ha terminado de arrancar; y el fichaje de Ferran Torres, el interés por Morata y la pleitesía inicial a Dembélé le hicieron ver que no era un futbolista apuntado en el plan de reconstrucción del Barça. Pero, como en el caso de Luuk de Jong, el fútbol da vuelcos y el nuevo escenario con Dembélé, más la posibilidad de que no llegue Morata, invita a pensar que Memphis volverá a ser necesario. Y en ello está el neerlandés, que trata de recuperarse de su nueva sobrecarga en los isquiotibiales de la pierna izquierda para poder ayudar. Depay ya sabe que, seguramente, no forme parte del plan de futuro del Barça, pero también tiene que ponerse en el mercado y, sobre todo, tratar de aprovechar la que consideraba oportunidad de su vida, jugar en el Barça. Después de casi dos meses sin noticias de él, busca motivaciones y estímulos. Despierta, Memphis.