Un interrogante con Lainez
El jugador mexicano no dispone de minutos en el equipo verdiblanco y se abre la puerta a una posible cesión. Pellegrini no quiere que su plantel se debilite ante el calendario venidero.
Diego Lainez está en el foco de algunos clubes bajo la posibilidad de una cesión en este mercado de invierno, aunque en el Betis existen muchos interrogantes sobre la figura del mexicano y su peso en el actual proyecto de Manuel Pellegrini. La realidad la muestran sus números: sólo 72 minutos en LaLiga y una única titularidad, la que firmó ante el Celta hace unos días y en la que abandonó el choque al descanso. La lesión que tuvo el pasado verano en los Juegos Olímpicos condicionó su concurso con el equipo verdiblanco durante la temporada. Sus apariciones sobre el césped llegan a base de pinceladas y su rendimiento está lejos del que firmó en algunos tramos de la campaña pasada. Como ya incidió Carrusel Deportivo en días pasados, su nombre está sobre la mesa del Rayo Vallecano como opción de refuerzo en forma de préstamo.
Pero el Betis no quiere modificar demasiado el actual estado de su plantel a sabiendas que no tiene recursos económicos que permitan una incorporación. Pellegrini ya dio el visto bueno a la salida del canterano Rober y sabe que en las próximas semanas podría necesitar de todos los recursos de su plantilla ante el duro calendario que se avecina. Con la Copa del Rey, LaLiga y la Europa League sobre la mesa, Lainez puede tener de nuevo papeletas de protagonismo para estar presente en esa banda derecha con tanta competencia.
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Lainez ya logró convencer al club y a su técnico hace un año cuando su nombre sonó para una posible salida. Entonces encontró minutos y también su mejor versión sobre el campo, la que fue capaz de suponer un salto cualitativo en el equipo por su velocidad y su capacidad de desborde. Las incógnitas también se multiplican ante las bajas ocasionales que puede tener el equipo en vistas a las circunstancias de estos tiempos, por lo que el interrogante sobre su salida es mayor. Nadie quiere precipitarse en Heliópolis con el futuro del extremo mexicano.