Goles que significan impulso
Arroyo y Garri fueron decisivos en los triunfos del Real Valladolid Promesas y del División de Honor y siguen quemando etapas.
En la vida de un futbolista, hay momentos que terminan significando consagración. Cuando estos son jóvenes, el término es impulso, pues a veces lo que denotan es la capacidad de continuar creciendo. Iván Garriel y Roberto Arroyo vivieron el último fin de semana instantes de esos, con goles decisivos que les consolidan definitivamente en el División de Honor del Real Valladolid y en el Promesas, donde compiten con asiduidad a pesar de su juventud.
A mediodía del sábado, el equipo de Borja Fernández estaba pasando apuros para deshacerse de un defensivo Unión Adarve. Con siete bajas en el once y un octavo titular ausente en el verde, Garri, ese habitual, saltó al campo. El ritmo pausado pronto se tornó en profundidad por su costado, hacia el que sus compañeros dirigieron el juego. Y en una de estas, tras un centro de Álvaro, el lateral marcó su primer gol en División de Honor, que a la postre valdría tres puntos.
Fue decisivo por sorpresa, no solo por salir del banquillo o por su posición, sino porque estaba llamado a no jugar, debido a que había sido citado de nuevo por la selección española sub'17, que iba a disputar un torneo contra Israel, Inglaterra y Portugal, a la postre suspendido por las restricciones en el país hebreo por la COVID. Por ello, porque iba a ser internacional otra vez, faltó ante el Real Madrid, pero, tras una concentración en Las Rozas, volvió a casa.
"Estoy muy contento con él; lo ha hecho bien y ha marcado gol. Hay que ser pacientes con él y con Koke, porque son de primer año y estamos en fútbol casi profesional y tienen que aprender", explicaba al término del partido Borja Fernández, que si bien rehusaba colgarse la medalla por sus recientes internacionalidades, reconoció estar "orgulloso" de que sus jóvenes jugadores "sigan mejorando y yendo a la selección".
Zorrilla descubre a 'Arroyito'
42 días después de jugar por primera y última vez a las órdenes del entrenador gallego, Arroyo cuajó una actuación que puede hacer que no vuelva en lo que queda de temporada al Juvenil, su sitio natural. Contra el Racing, nada menos que en Zorrilla, provocó el penalti del 1-0, asistió en el 2-0 e hizo el 3-0 en una galopada que el millar de aficionados blanquivioletas que poblaba la grada festejó como si fueran varios miles más.
No era para menos que, al acabar el encuentro, Julio Baptista se deshiciera en elogios hacia un futbolista al que entrena por tercer año consecutivo. "Estoy muy feliz por él. Ha hecho su mejor partido en términos de ayuda y efectividad de llegar, de sumar; cuando va hacia adelante hace daño de verdad y ha sido una pesadilla para la defensa del Racing", expuso el técnico del Promesas, quien, sonriente, apelaba a la paciencia en los procesos de maduración.
"Siempre hemos creído en él por el empeño que pone. Es un jugador que tiene un talento increíble y que, si empieza a hacer goles, va a crecer. Si controla los nervios y la presión, puede tornarse en un delantero de primer nivel, pero para eso necesitamos arroparle", continuaba Baptista sobre 'Arroyito', que ha aprovechado la lesión de Slavy, prevista inicialmente para un mes de ausencia y más próxima a los dos, para dar un golpe sobre la mesa.
Además de marcar su segundo gol en la categoría, cuarto para un juvenil del Promesas, dio continuidad al buen juego de las últimas semanas en el momento y el lugar adecuados, provocando muchos comentarios en redes sociales sobre su actuación. Vino a confirmar también la buena salud de una cantera que aportó en ese mismo envite hasta ocho jugadores con tres temporadas o más de desarrollo en la estructura del club.