Paco Jémez: "En el fútbol ahora hay más atletas que futbolistas"
Jémez siempre ha tenido un sello propio como entrenador al que no piensa nunca renunciar. Todo lo contrario. Aprovecha los meses sin trabajo para alimentar convicciones.
No corren buenos tiempos para la profesión de entrenador. Ni para los ya veteranos expertos en cien guerras de guerrillas, ni para los jóvenes que se asoman unos con más nombre que otros dependiendo de la fecha de su retirada como futbolista. Los que están en medio, allá por la perversa edad de los 50 años, no están ni mejor ni peor. Paco Jémez (Las Palmas, 51 años) es de esos técnicos que parece no tener edad. Acumula la mundología de los maduros, pero su pecho al frente, tono alto y vocabulario claro está cercano a la eterna juventud. Una conversación, mano a mano, con él es un recurso agradecido para cuando se quiere hablar un rato de fútbol.
Su nombre ha sonado para el Elche…
Soy consciente. Conversaciones ha habido con mi representante, pero nunca me han llamado para sentarnos y conocernos. Ha habido y hay varios candidatos. Habrá que seguir esperando…
Las pizarras, como todo cuando no se usan, se deterioran. La suya lleva año y medio metida en el armario…
La mía no se estropea, es de buena calidad. No entreno, pero mi pizarra no para. Todos los días preparo entrenamientos, estrategias, pretemporadas, veo partidos y a otros entrenadores como trabajan, modifico ejercicios… Mi día a día es el de un entrenador que no quiere perder comba y que está pendiente de todo lo que hay a mi alrededor, todo lo que me pueda enriquecer. No ha pasado un periodo de tiempo lo suficientemente largo como para que se oxide nada.
Su pizarra sigue teniendo los centrales en la divisoria, los laterales en el campo contrario y la posesión acompañada de un juego combinativo, que continúan siendo innegociables.
Tal cual. Lo que hay que hacer es mejorarlo. Nuestro trabajo consiste en mejorar nuestras ideas, no cambiarlas, que también alguno puedo hacerlo sin que pase nada. Yo veo el fútbol igual que cuando me saqué el carné y me puse a entrenar, pero conozco muchas más cosas que entonces y que me deben permitir hacer mi trabajo mejor.
Las nuevas tendencias futbolísticas nos llevan, otra vez, a un fútbol más físico, más de ida y vuelta, de menos posesión y juego de pases…
Así es, otra cosa es que me guste más o menos. Hoy en día el fútbol se está volviendo tan físico que hay casi más atletas que futbolistas. Antes, en general, había más talento que ahora. Hoy en día, siendo un portento físico y teniendo un poquito de talento ya puedes jugar en Primera. Antes, solo con el físico no te daba, o costaba más. No quiero pensar en que pueda desaparecer el juego combinativo, pero si desde las canteras se apuesta por el futbolista físico, potente, rápido… y se descarta a chavales por ser pequeñitos, eso llevará a un tipo de fútbol más acorde con ese tipo de jugadores.
Pues es lo que hay… que dirían Piqué y Laporta.
Pues me da pena que ese desprecie al jugador bueno por ser bajito. Son los que mejor saben jugar al fútbol. Y son los que tienen que jugar. Se apuesta por jugadores grandes que pueden dar un rendimiento más a corto plazo, pero que a largo plazo no es lo mismo. No voy a ser tan tonto de decir que no quiero jugadores potentes físicamente, pero prefiero los que son mejores técnica y tácticamente.
El club que le fiche, tarde o temprano, entonces tiene que saber que usted continuará prefiriendo morir de una flecha en el pecho que de una fecha en el culo y que prefiere perder 5-4 que 1-0…
Totalmente. Pero también espero que el próximo Paco Jémez que se siente en un banquillo sea un mejor Paco Jémez, que haya asimilado todo lo que le ha vivido y aprendido. Con el paso del tiempo he mejorado. No he cambiado mi idea, pero creo que soy mejor técnico.
La valentía en el banquillo tampoco se negocia.
Siempre he pensado que en el fútbol y en la vida en general nunca se es demasiado valiente. La vida sin asumir riesgos se vuelve muy aburrida y monótona. Yo no tengo miedo de cometer un error por dar un paso para adelante. Al revés, tengo miedo por cometer un error dando un paso para atrás. En la mayoría de las veces puedes sacar mejor rendimiento dando un paso adelante que un paso atrás.
¿Y su carácter también va cambiando según cumple años?
Espero que sí. Nunca me va a dar miedo meterme en un charco. No soy políticamente correcto, lo sé. Tengo arranques que no debería tener, pero la gente tiene que saber que todo lo hago y lo digo por el bien de mi propio trabajo. He entendido con el paso del tiempo que se puede pelear por las cosas sin tener que enfrentarse a nadie. Si hay que enfrentarse, pues se hace. Aquí está el tío, como dicen en mi pueblo. Pero creo que he calmado ese arreón que tenía siempre de que cada vez que había un problema, iba a matarme con alguien y así lo arreglaba porque yo me buscaba mis fórmulas. Comprendo que eso era agresivo, pero si no hay otra solución lo voy a seguir haciendo. Nunca echaré la mirada a un lado para no ver la realidad, pero entiendo que se pueden abordar las cosas de otra manera y con el paso del tiempo intentaré hacerlo. He aprendido a poder utilizar otras herramientas antes del toro bravo que embiste y tira para adelante todo lo que pille.
La del entrenador es la única profesión en la que sabes que tarde o temprano te terminan echando.
O te vas tu o te terminan echando. Puedes durar más o menos. O decides irte en el momento que van bien las cosas, que es muy complicado hacerlo, o si no al final los resultados te cuestan el puesto. La cuerda siempre se rompe por el mismo lado.
Su última experiencia global como entrenador en el Rayo fue la peor de su carrera deportiva.
Más que peor, distinta. Nos pilló la pandemia y como entrenadores nos exigió mucho. Nos vimos ante una realidad que no conocíamos ninguno. Cómo echar un equipo adelante desde casa, por internet, después de dos meses parado, trabajando individualmente, por grupos. Nos llenó de experiencias nuevas, forzadas, pero instructivas. Lo que más me dolió fue no poder pelear por el ascenso…
¿A qué clubes ha podido ir en este tiempo que lleva sin trabajar y no ha ido?
Me costó mucho trabajo decir que no al Real Zaragoza. Me había planteado estar un tiempo de descanso y aun así estuve a punto de cogerlo. Pasaron muchas cosas por medio que no posibilitaron llegar allí con toda la confianza que yo creía que debía llegar y fue lo que me hizo decir que no. Me costó mucho porque es un club que quiero mucho y me gustaría entrenar, pero creo que no era el momento.
Lo de marcharse de seleccionador de Guatemala sonó un poco forzado, a desesperación de entrenador que no puede vivir sin entrenar…
Estuvo ahí. Me hacía ilusión ser seleccionador y me apetecía la idea más allá de qué selección se tratara. Había retos muy bonitos. Nunca se había clasificado para un Mundial. Cuando intento coger un proyecto lo estudio mucho en el sentido de lo que me pueda aportar. No terminó de cuajar, pero me ponía y me pone mucho ser seleccionador.
Siempre le quedara México. Aquella experiencia la vivió usted con mucha intensidad.
Y no me arrepiento de nada. Fue fantástica. Cumplimos los objetivos que nos marcaron. Cruz Azul llevaba seis campeonatos sin calificar para la Liga que da acceso a ganar el campeonato. Estuvimos un año con dos campeonatos y en el Clausura nos logramos clasificar. Quedamos quintos e hicimos un playoff muy bueno contra América. Me hubiera encantado seguir. Era un proyecto que estaba todavía incompleto y podíamos mejorarlo mucho. Fue un año duro para todo el grupo de trabajo sin ver a la familia. Como sabíamos que a la vuelta íbamos a tener equipo en España, como así fue, decidimos marcharnos. Yo no me suelo arrepentir nunca de las decisiones que tomo, pero sí que me quedé con un poco de resquemor. Podíamos habernos quedado un año más. Si pudiera volver atrás, a lo mejor esa decisión la hubiera tomado de otra manera.
Entonces las puertas de México están abiertas…
Por supuesto, seguimos hablando con clubes mexicanos y no pierdo la esperanza de poder volver allí. Es un buen sitio. Se vive el fútbol.
Los técnicos jóvenes llegan tan fuerte como que algunos aterrizan directamente en el Barça, como Xavi.
Normalmente, los técnicos jóvenes que no han tenido mucho bagaje, como les pasó a Guardiola, a Zidane, ahora a Xavi, casi siempre tienen más facilidad para entrenar a clubes grandes donde han sido iconos y han sido una parte importante de su historia. Intuyen que toda su experiencia como jugador la van a volcar como entrenador. Los clubes pequeños suelen firmar a entrenadores con más experiencia. Con Guardiola fue aún más drástico, entrenó solo un año en el filial antes de dar el salto al primer equipo. Y Zidane un poco más en el Castilla.
Xavi lo tiene en una mezcla de japonés y chino…
Hombre, no lo tiene fácil. A pesar de todo, en estos dos partidos he visto un cambio en el Barça. Otra cosa diferente. Se huele un algo distinto. Un equipo más compacto. Me encanta la recuperación tras pérdida que está haciendo. Es verdad que no le dura todo el partido, solo un rato. No sé tampoco si por una cuestión física, pero veo una clara mejora. Lo que ocurre es que en un equipo como el Barça la mejora se tiene que ver también en los resultados y si no llegan los resultados, te quedas parado, ni para adelante ni para atrás. Es un fichaje para recuperar y fomentar la ilusión que estaba perdida tanto fuera como dentro del vestuario. Xavi le va a sacar más rendimiento a esta plantilla de lo demostrado en el primer tercio de Liga.
¿Usted ha perdido ya la ilusión de entrenar a un equipo con otras aspiraciones que no pasen por luchar por no descender o en su defecto pelear por el ascenso?
Voy a ser muy sincero, ese momento me tenía que haber aparecido antes. Cuando hice las temporadas que hice con el Rayo, o con el Córdoba o Las Palmas. O, incluso, cuando vine de México. Ese hubiera sido mi momento para ir a un club con aspiraciones por ejemplo para clasificarse para una competición europea. Entiendo que, si no me llegó entonces, es más difícil que me llegue ahora, aunque todo es cuestión de volver a hacer dos temporadas buenas. Para ello tenemos que volver a entrenar otra vez. Siempre he disfrutado con los objetivos que he tenido por delante. Ser entrenador es eso. Nunca me importó ser un técnico especializado en salvar equipos. Me parece fenomenal. Es un objetivo precioso, fantástico. El compromiso es el mismo que el entrenador que quiere ganar la Liga. Tiene que haber técnicos de todo tipo.
¿De todos los equipos que ha entrenado cuál ha sido el más Paco Jémez fútbol club, el más genuino?
Mi segunda temporada en el Córdoba. Con el penúltimo presupuesto de la Liga y fuimos capaces casi de meternos en play-off. Ese equipo jugaba como los ángeles. Mi primera etapa en Las Palmas fue también sensacional. Veía jugar al equipo y decía esto es lo que yo quiero. Cruz Azul también jugó muy bien al fútbol… Y la época del Rayo, por supuesto. En esos sitios me he sentido muy orgulloso de lo que hice como entrenador. En otros quizás no conseguí plasmar de igual manera lo que yo quería.
Ahora como comentarista de radio y televisión consume fútbol tarde y noche ¿Cuál es el equipo español que más le ha llamado la atención en estos últimos meses?
La Real Sociedad. Juega muy bien al fútbol, tiene una plantilla equilibrada… Puede que este año no haya encontrado la finura del año pasado, pero me sigue gustando la propuesta. Y esta temporada me tengo que quedar con mi Rayito. Estoy encantado de que esté consiguiendo muchos puntos ahora porque mantenerse arriba no es fácil. Seguro que llega algún tropezón y con lo que ya tiene acumulado tiene casi tres cuartos de la salvación asegurada. Con lo que el primer objetivo está medio conseguido.
El Real Madrid está fuerte.
Sí, en estos momentos es el mejor. Es un equipo muy bien equilibrado de atrás hacia delante. Pensábamos que con la marcha de Varane y Sergio Ramos iba a tener problemas en defensa, pero Alaba y Militao lo están bordando. Y arriba tiene mucho desequilibrio, Vinicius, Benzema. Encima ahora Kroos, Modric y Casemiro están cogiendo la onda. No sé por qué, ni cómo lo hacen, pero cuando empieza a llegar la Navidad ese equipo comienza a ponerse fino y saca los partidos con una solvencia que ahora no se la ves a nadie. Es verdad que algún partido se le atraviesa, es normal, pero ya se le ve la solvencia de equipo gordo.
Ese Vinicius…
Ha mejorado mucho. Era un chico que no tenía pausa. Era todo correr y ahora ha aprendido a alternar el correr, que eso lo va a tener siempre, con dar la pausa para hacer el gesto técnico. Si quieres hacer el gesto técnico a la velocidad que él corre, el porcentaje de error es muy alto. Ahora ha aprendido de todos los que tiene a su alrededor, sobre todo de Benzema, que es un jugador fantástico, y ya sabe que cuando tiene que decidir tiene que tener un poquito de pausa y por eso se equivoca menos. Creo que todavía tiene margen de mejora.
Y en las Ligas europeas, ¿dónde se fija?
El Chelsea, el City, el Bayern… me gustan mucho. El Liverpool de este año me vuelve a gustar, más que el del año pasado. Me gusta su dosis de locura cuando le hace falta ganar, que no se para en nada.