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ITALIA

Una mesa de ping-pong y Michael Jordan, los secretos del éxito del Atalanta de Gasperini

Mattia Caldara cuenta cómo ha sido la transformación de la Dea, personificada en su técnico: "Ninguno de nosotros podía verlo, pero Gasperini sí".

Una mesa de ping-pong y Michael Jordan, los secretos del éxito del Atalanta de Gasperini

El Atalanta se ha convertido en los últimos años en un equipo puntero en la Serie A de Italia (actualmente es cuarto, a tres puntos del Inter, tercero, y ha sido finalista de la Coppa Italia en dos ocasiones) y un asiduo en la Liga de Campeones (el año pasado cayó en octavos ante el Real Madrid y hace dos, en cuartos, ante el PSG); y uno de los grandes artífices del éxito de la Dea es su técnico Gian Piero Gasperini.

A sus 63 años, el técnico de Grugliasco llegó a Bérgamo en 2016 y heredó un club acostumbrado a luchar contra el descenso y ocasionalmente perder esa pelea, deslizándose hacia la Serie B. "Este club es como un Ferrari, pero se está usando como un FIAT 500", fue la frase que utilizó Gasperini en uno de sus primeros encuentros con la plantilla.

Pero Mattia Caldara, actual futbolista del Venezia, pero salido de la cantera del Atalanta y jugador del primer equipo en distintas etapas, va más allá, no sólo en la figura de Gasperini, sino en los secretos para el crecimiento del equipo. "Ninguno de nosotros podía verlo, pero Gasperini sí. Sin siquiera darnos cuenta, nuestra mentalidad estaba cambiando. Después de cada victoria, nos decía, recordemos que la seguridad no es nuestro objetivo”, explicó Caldara en 'Cronache di spogliatoio'. "Colocaba frases motivacionales en el vestuario, como una de Michael Jordan sobre fallar repetidamente, razón por la cual finalmente tuvo éxito. Nuestra mentalidad estaba mutando frente a nuestros ojos. Todos teníamos una experiencia mínima en la Serie A, éramos jóvenes y sin hijos".

Mattia Caldara explica que el secreto de la transformación de Atalanta fue una mesa de ping-pong y la sabiduría de Michael Jordan. "Pusimos una mesa de ping-pong en medio del vestuario, los jugadores llegaban una hora y media antes de que comenzara el entrenamiento, así que teníamos estos épicos torneos de ping-pong. Así nos convertimos en familia, así despegó el Atalanta. Nos entendimos con solo una mirada. Eso es raro en un equipo".