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LEGANÉS

La anomalía reside en Butarque

El Leganés ha pasado de cosechar el 72% de sus puntos como local, a sumar apenas el 29%. Es el segundo peor local de la categoría y todo pese al retorno del público. Las críticas pesan.

La anomalía reside en Butarque
DANI SANCHEZDIARIO AS

El Leganés juega este domingo en Butarque ante el Oviedo (18:15). Semejante afirmación, dicha así, no resulta tendenciosa, pero implementada por la lógica de las matemáticas, suscita recelos al sur de la capital. Traducido a lenguaje simple: el tiene un serio problema en su estadio. Esta temporada los blanquiazules sólo han logrado seis puntos como locales y apenas tres se consiguieron previa victoria. Fue un triunfo pírrico ante el Amorebieta (1-0). Paupérrimo bagaje para un equipo aspirante a cotas mayores (quien lo niegue, que se atenga al criterio de Fede Vico) y tradicionalmente vigoroso cuando competía en su hogar. Pero en esta campaña de anomalías pepineras, Butarque se ha convertido en otra de ellas.

El resumen de los datos es simple. El Leganés ha sumado esta campaña sólo seis puntos de 21 posibles (7 partidos) como local, esto es, apenas el 29% de los puntos que podía atesorar jugando en casa frente al 72% de los puntos que, la pasada temporada, cosechó en su estadio, donde logró el 66% de los 73 con los que acabó tercero el campeonato. El Lega, en Butarque, fue un rodillo. Con mejor o peor fútbol, pero un rodillo, al fin y al cabo.

Este curso, sin embargo, el músculo que lucen los blanquiazules ante su gente se ha vuelto flácido e inestable. Sirva como ejemplo que sólo la Real B (seis puntos) y el Alcorcón (5 puntos) compiten peor ante su gente. Algo que, por el contrario, al Lega no le ocurre lejos de su estadio. Y es aquí donde reside gran parte de la anomalía estadística que acumula el Leganés en Butarque.

Sin apenas cambios de visitante

Porque fuera de casa, el Lega es muy parecido a la versión del curso pasado. Al menos en lo numérico. Los blanquiazules suman ya ocho puntos (el 33% de los 24 puntos posibles) gracias a dos triunfos y dos empates en ocho partidos. Estos guarismos se acercan al 38% de los puntos que atesoró la pasada temporada allende Butarque. Además, fuera de casa el Leganés es el 11º visitante de la categoría. El curso pasado ocupó el 9º puesto. Las distancias son escasas incluso en lo futbolístico, donde se ha visto al Leganés hacer los mejores partidos del curso, como el triunfo ante el Huesca (0-2) o la derrota ante el Almería (1-0).

El problema, por tanto, reside en Butarque. Curioso cuando debería ser al contrario, más si cabe tras haber recuperado la presencia de público en las gradas. Salvo el último partido del curso, en playoff ante el Rayo Vallecano, la pandemia dejó desiertas las gradas pepineras de principio a fin. Ahora, con porcentajes altos de ocupación (en términos absolutos habrían sido de récord otras temporadas en la división de plata) precisamente en el público puede residir parte de las causas que lastran el rendimiento blanquiazul.

La tensión social

La tensión social que ha vivido el Leganés a causa de los malos resultados ha dejado un reguero de imágenes que también habrían sido inauditas en años anteriores, como las pitadas al equipo ya desde la segunda jornada (empate frente al Burgos) o las duras críticas (pitadas también incluidas) al que era ex entrenador blanquiazul. Asier Garitano, leyenda en Leganés, sufrió como pocos esa situación de incomodidad con parte del público (no todo) dedicándole incómodas críticas que, en algunos casos, sobrepasaron los límites del respeto, especialmente en redes sociales.

Ahora, con el cambio de entrenador y la llegada de buenos resultados, en el club esperan que esa tensión se relaje y permita dar cierto margen a un equipo que, además, se siente más cómodo precisamente por la mejora en los números. Ahora ante el Oviedo, uno de los objetivos del Leganés no sólo es sumar, sino también agradar a una hinchada que, admitía ayer Nafti, lo merece por haber vivido demasiados altibajos.

“Un club que juega un play-off y que no sube sufre un palo. Este año se empieza con ambición, no consigues resultados y eso provoca altibajos emocionales importantes. Si podemos intentar ayudar a tratar de darles una alegría para la ciudad, el club y la afición... El día del Cartagena, con frío y con lluvia, nos apoyaron muchísimo. Vamos a hacer todo lo posible para que el domingo salgan orgullosos de nosotros”, comentó el preparador franco-tunecino.