Garitano, un adiós en solitario
Salvo Fede Vico, ningún jugador del Leganés ha lanzado mensaje alguno de despedida a su entrenador. El club desliza que le ofreció la opción de una rueda de prensa. La afición, dividida.
La salida de Asier Garitano del Leganés se ha producido en un llamativo silencio que contrasta con el estruendo que provocó su primer adiós, aquel que tuvo lugar en 2018 y de forma voluntaria tras cinco años de éxitos inimaginables en el inicio de su camino, cuando en 2013 cogió las riendas del equipo en Segunda B. Ahora en su segunda etapa, menos de doce meses repartidos en media temporada (20-21) y trece jornadas de otra (21-22) han provocado una reacción inversa. La de un cese sin foto y sin palmadas en la espalda ante la opinión pública. Ausencia de respaldo que se ha hecho especialmente visible en los jugadores.
Salvo Fede Vico y algunos miembros de la cantera blanquiazul que tuvieron espacio con Garitano (Diego García, Cisse y Javi Rubio), ningún integrante de la plantilla pepinera ha mostrado en sus redes sociales un mensaje de despedida para el que ha sido su entrenador. Cierto es que algunos de los más próximos, caso de Bustinza o Eraso (supervivientes de su anterior etapa en Butarque) no son usuarios activos de redes sociales, con lo que el lógico afecto que le pueden haber mostrado no ha tenido escaparate en el que lucirse.
Una grieta en el vestuario
La ausencia de estos respaldos públicos es reflejo del distanciamiento que, con el paso del tiempo, fue habiendo entre plantilla y técnico, más de los primeros hacia el segundo que viceversa. Aunque el entrenador siempre repitió en público tener el apoyo de sus jugadores, el grupo tenía dudas sobre el preparador hasta abrir una brecha que se ha convertido en uno de los motivos por los que el club decidió dar el paso del despido. Pocos eran los que confiaban en remendar la relación entre Garitano y sus futbolistas.
La gestión del caso Borja Garcés fue la puntilla de este distanciamiento. Si bien la totalidad del vestuario comparte que la actuación del delantero fue inadecuada, la forma cómo se ha gestionado genera muchas más dudas. Desde la necesidad de hacer público lo sucedido, hasta la ausencia de indulto después de que el futbolista (previo pacto con el club) pidiera perdón en público.
Un comunicado y nada más
El silencio que ha acompañado a Garitano en su adiós también se ha materializado en lo institucional. El club ha dicho adiós al mejor entrenador de su historia con un único comunicado en el que se anunciaba su despedida y se enumeraban sus méritos al sur de la capital. Nada más. Durante la presentación de Nafti, Txema Indias, director deportivo del Leganés, deslizó que el club ofreció al preparador de Bergara la opción de hacer una comparecencia de partida.
“Eso es tema de comunicación, pero repito, no hablamos de un entrenador cualquiera. Él sabe que tiene las puertas abiertas para lo que quiera. Ya sabéis que no le gustan los focos, pero me imagino que la gente de comunicación le ha puesto todos los medios”, comentó a propósito de una despedida que, en lo social, también ha sido anómala, con parte de la afición defendiendo al preparador de Bergara y otra parte criticando duramente al técnico.
Ha sido este último grupo, mucho más ruidoso en Butarque, el que ha liderado las pitadas que han enrarecido el ambiente al sur de la capital hasta generar un caldo de cultivo incómodo e insólito. Ése que ha provocado que el adiós de Garitano se haya producido en un llamativo silencio.