Agreden a dos mujeres antes del Salernitana-Nápoles
Los hinchas locales pegaron a una mujer de 27 y su madre de 53 por ser napolitanas: “Nos dieron puñetazos y me apagaron un cigarrillo en la muñeca.
Tras el lanzamiento de objetos hacia Pepe Reina y los cánticos racistas en el Olímpico de Roma en contra de Kessié e Ibrahimovic, sale a la luz otra noticia que mancha una vez más la imágen del fútbol italiano. El domingo, antes del Salernitana-Nápoles, los hinchas locales agredieron a dos mujeres en los alrededores del campo solo "por su acento napolitano".
La hinchada 'granata' siente con una enorme rivalidad el partido con los azzurri, eso a pesar de que apenas 50 kilómetros separen Nápoles y Salerno. Las autoridades, por eso, prohibieron la llegada de hinchas visitantes y negaron la venta de entradas a los residentes en la provincia napolitana.
Sin embargo, hubo decenas de tifosi parteonopei que acudieron a la cita, obviamente intentando esconderse entre los locales. Tres de ellos no lo consiguieron. Emiliana Fringenti, una mujer de 27 años, cometió el "error" de pedir una información para encontrar la puerta de su ticket. Su acento napolitano atrajo a unos veinte "hinchas" locales, que primero amenazaron a ella, a su madre y a su amigo Giovanni Rea, y después empezaron a pegarlos, como publicó el 'Corriere della Sera'.
La mujer declaró: "Nos dieron varias patadas, me dieron un puñetazo en la nariz mientras les rezaba no hacerlo, me apagaron un cigarrillo en la muñeca y casi queman mi abrigo, pegaron también a mi madre, que tiene 53 años: le arrancaban el pelo y le daban bofetadas. Los stewards nos salvaron la vida".
Un directivo de la policía acompañó a los tres, perseguidos por decenas de personas, al hospital: Emiliana sufrió un traumatismo craneal y facial. Giovanni Rea contó: “Hemos denunciado todo, estaba preocupado por mi compañera, a la que golpearon en la nariz, y por su madre. Fue terrible ver las bofetadas que les daban en la cabeza sin conseguir defenderlas, no consigo olvidarlo. Esperábamos que alguien nos ayudara, pero nadie lo hizo. Ni los policías". Un domingo para olvidar en los estadios italianos. Uno más.