Test de fiabilidad en Riazor
El Deportivo dormirá líder si logra la victoria ante un Zamora en descenso que busca impulso tras ganar su primer partido en casa.
Deportivo y Zamora vuelven a verse las caras en Riazor. La pasada temporada se enfrentaron dos veces con una victoria para cada uno, pero en ambas ocasiones dejó serias cicatrices en los blanquiazules. En el primer partido en el Ruta de la Plata el 1-0 de los locales se llevó por delante a Fernando Vázquez. En la segunda vuelta hubo revancha en Riazor (2-0), pero fue un duro triunfo. Era la última jornada de la liga regular y el resto de resultados de la jornada dejaba fuera de la pelea por el playoff a los coruñeses y catapultaba a los zamoranos. Este sábado vuelven a enfrentarse, pero con circunstancias muy diferentes a las de la pasada temporada.
El Deportivo quiere tres nuevos puntos para hacer bueno el empate en El Sardinero y poder dormir líder tras la derrota del Rayo Majadahonda ayer ante el Racing de Ferrol. Los de Movilla, confirmar que la victoria de la jornada pasada ante el Calahorra, primera de la temporada en casa, es el inicio de algo. El escenario, Riazor, y la diferencia en la tabla, señalan a los de Borja Jiménez como claros favoritos. Los coruñeses están invictos en su estadio y solo un gol en el tiempo de descuento de la SD Logroñés (1-1) les ha privado de un pleno de triunfos como locales. De hecho, los riojanos son los únicos que han logrado batir a Mackay en un Riazor que a la par quiere seguir batiendo récords de asistencia.
Una de las claves del partido pasará por el gol, algo que quiere y necesita mejorar el Depor para mantenerse arriba y escalar. Si en los cuatro primeros partidos había hecho diez, en los últimos cinco solo lleva cuatro y vienen de quedarse a cero en El Sardinero por primera vez en la temporada. Nada trágico, pero sí un pequeño aviso. La pareja de ataque la formarán Miku y Quiles, mientras que Noel, tras su paso por la Sub-19, esperará en el banquillo. Lo cierto es que los delanteros están cumpliendo, con 11 de los 14 goles del equipo, pero se necesita que la segunda línea aporte más. Claro que para problema, el del Zamora, que solo lleva cuatro tantos y es el ataque más flojo del Grupo I. Con este panorama y con Carlos Ramos de manija, la pregunta es si Movilla seguirá apostando por su habitual presión sobre la salida del rival o bien la visita a Riazor le anima a esperar, resistir y buscar las contras para encontrar el premio gordo.