Tres partidos claves para definir el futuro del Zaragoza
El equipo de JIM, sin Narváez ni Vada, se juega en ocho días frente al Mirándes, el Burgos y el Sporting saltar a la mitad de la tabla o caer al pozo de la clasificación.
Mirandés, Burgos y Sporting de Gijón. El Real Zaragoza va a afrontar en apenas ocho días tres partidos que van a determinar en gran medida su devenir en este campeonato y la propia suerte de Juan Ignacio Martínez, al que nadie cuestiona dentro del club pero que como todo entrenador no es inmune a los resultados. Estos tres encuentros pueden suponer un trampolín hacia la mitad de la tabla o un tobogán de muy peligrosas consecuencias, porque el equipo está en puntuación de descenso, y se van a afrontar sin Narváez ni Vada, o lo que es lo mismo, sin sus dos mejores goleadores, o casi los únicos.
Las malas noticias no dejan de sucederse en el Zaragoza, que sólo ha ganado un partido en estas doce primeras jornadas y al que las lesiones musculares le han castigado a la vez y en un momento crítico. Su necesidad de ganar es enorme y ya no puede permitirse más tropiezos en La Romareda, donde no le da una alegría a su afición desde el pasado 20 de mayo, cuando alcanzó la permanencia matemática al golear 3-0 al Castellón. Aquel día Francho e Iván Azón, dos de los juveniles que hicieron posible el milagro de JIM, abrieron un triunfo que cerró Tejero de penalti.
Pero el Zaragoza, por más que esta temporada apuntara a una importante mejoría, está en las mismas del curso pasado. Es un equipo que no le gana a nadie, sin gol y al que le espera un calendario muy complicado hasta el final de la primera vuelta, pues todavía no se ha enfrentado al Sporting, a Las Palmas, al Éibar, al Almería o el Tenerife. Está a tiempo de protagonizar una reacción y de vivir al menos una campaña sin sobresaltos, en tierra de nadie sin aspiraciones pero sin agobios, aunque no ofrece síntomas de que vaya a ser así. Su fútbol es cada vez más confuso y JIM ya no puede disimular el desgaste del cargo. Es el menos culpable, sin duda, pero fue un error de cálculo respaldar con énfasis el triunfalismo del director deportivo, cuando habló de aquello de estar en la pomada. Le trajeron ocho fichajes, pero sólo Vada, con cuatro goles, y Fran Gámez se han dejado notar.
Torrecilla, que ya está en el centro de la diana por deméritos propios, no ha dado la talla en dos mercados y ha dejado a JIM a los pies de los caballos, teniendo que justificar muchas veces lo injustificable. Su revolución de Montilivi tampoco dio resultado, como no lo dio el cambio de sistema frente a la Ponferradina, y al técnico se le agotan las soluciones. Se ha quedado sin Narváez ni Vada en el peor momento y va a tener que confiar su suerte en Álvaro Giménez y Nano Mesa, dos de las apuestas más caras de Torrecilla y que todavía no han visto puerta. Tampoco lo han hecho otros atacantes negados, como Bermejo o Borja Sáinz, mientras el panameño César Yanis sigue siendo una incógnita.
Y queda Iván Azón, sin estrenarse tampoco está temporada, pero que al menos se deja notar cada vez que juega. Lucha, pelea y agita, y por lo menos ha provocado dos penaltis. Responsabilizarle a él de la falta de gol sería como echarle la culpa a Clemente, que aún no ha debutado, de la falta de solvencia en el área propia.
La realidad es que el Zaragoza está peleando por no descender por tercera vez en las últimas cuatro campañas y que nadie en el club acierta a ponerle remedio. JIM ya hizo un milagro el curso pasado, y ahora tiene por delante tres partidos muy importantes para no tener él, o quien sea, que repetirlo.