El Real Zaragoza certifica su permanencia
El equipo aragonés se impone con gran autoridad al Castellón, que cae otra vez a posición de descenso y se va a jugar su suerte en las dos últimas jornadas.
Francho e Iván Azón, dos de los tres niños que han sostenido al Real Zaragoza en esta complicadísima temporada, y Tejero le pusieron merecida rúbrica a la salvación matemática del equipo aragonés frente a un Castellón que cae otra vez a posición de descenso y que se va a jugar su suerte en las dos últimas jornadas.
El Zaragoza no quiso dilatar más su permanencia y se impuso con enorme autoridad a un adversario de cartón piedra, incapaz de dar respuesta al primer gol y que se hundió con el segundo. Juan Ignacio Martínez, el hombre milagro del Real Zaragoza, ha cumplido su palabra. Cogió a un equipo hundido y cinco meses después lo tiene en mitad de tabla. De auténtico sombrerazo.
Tejero, Francho y Bermejo fueron las tres novedades en el once de JIM, como relevos de Vigaray, James y Zanimacchia, mientras Juan Carlos Garrido refrescó su alineación con Delgado, Gus Ledes y César Díaz, en detrimento de Iago Indias, Señé y el lesionado Jorge Fernández.
El Castellón, acuciado por su clasificación, salió al galope, pero el Zaragoza le cazó antes del cuarto de hora en su primera aproximación al área de Whalley. Fue un gol de bandera, servido por Narváez y firmado por Francho con un derechazo por toda la escuadra.
El 1-0 relanzó al equipo aragonés, que percutió una y otra vez por el callejón de Tejero en busca del segundo gol, mientras el Castellón anduvo ya a remolque, incapaz de reaccionar y de comprometer a Cristian Álvarez salvo en un par de acciones a balón parado.
El Zaragoza puso la sentencia en el inicio de la segunda parte, al cabecear Iván Azón en el segundo palo un córner sacado por Zapater. Es el tercer gol del juvenil zaragozano, que volvió a demostrar que su rendimiento no resiste comparación posible con el de Toro Fernández, Vuckic o Álex Alegría.
El Castellón jugó ya a la desesperada, intentando lo imposible con las entradas de Zlatanovic y Cubillas, pero un penalti de Gálvez sobre Azón, a instancias del VAR, le permitió a Tejero una nueva oportunidad de demostrar su gran pericia desde los once metros. Su lanzamiento a lo Panenka cerró el festival del Zaragoza, que en toda la temporada no había marcado tres goles en un partido.