La paradoja del Espanyol
Real Madrid, Villarreal, Atlético... Rinden mejor los pericos cuanto más poderoso es el rival. Pero aquel equipo 'todoterreno' de Segunda debe regresar este fin de semana ante el Cádiz.
Se acercó al partido perfecto. Para algunos integrantes del vestuario, de hecho, lo fue. La autoridad con la que el Espanyol derrotó al Real Madrid justo antes del parón de selecciones no solo devolvió la alegría al equipo y su gente, y generó un clima de paz que ha podido mantener el club estas dos semanas, sino que confirmó la extraña paradoja que envuelve al conjunto perico. Desde su retorno a Primera, rinde mejor cuanto más poderoso y alejado de los cánones de Segunda es su rival. Una tónica que deberá resolver de inmediato si quiere prolongar su estado de gracia.
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Fue el 2-1 ante el Real Madrid la culminación de una dinámica que había comenzado ya en agosto, también en el RCDE Stadium, frente a un Villarreal que venía de conquistar la Europa League y al que el Espanyol se impuso en muchos tramos (0-0), y solo la mala fortuna salvó de derrotar con un gol anulado en el minuto 94. Antes incluso, en la primera jornada, había igualado el conjunto de Vicente Moreno las fuerzas con un Osasuna (0-0) que no se cuenta a priori entre los grandes, pero que ha comenzado con un cohete y ocupa la quinta posición.
La visita a Cornellà del Atlético de Madrid (1-2), con una primera parte de los pericos tan inmaculada como su desempeño posterior contra los blancos, reafirmó un camino a seguir, el de un fútbol que se adapta a los contextos, que juega varios partidos en un mismo partido: combinativo, directo, agresivo, contragolpeador… Según convenga. Solo en el minuto 99 cayó la moneda del lado rojiblanco. Y frente a otro aspirante al título, el Sevilla, igualmente tuvo el Espanyol que aclimatarse rápidamente a una situación de la que no salió airoso en resultado (2-0) pero sí por momentos en el juego.
Paradójicamente, un fútbol mucho más gris es el que ofreció el equipo blanquiazul –salvo en algunas fases– en su primera victoria de la temporada, contra el Alavés (1-0), en su épico empate contra el Betis (2-2) y, por supuesto, en su derrota sin paliativos ante el Mallorca (1-0), el encuentro en que peores sensaciones ofreció.
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El perfil de rivales que pueden ceder la iniciativa al Espanyol –aunque los verdiblancos sí cuentan con delicados ‘peloteros’– es el que más le ha incomodado hasta al fecha, a pesar de que venía de convivir con esa situación cada semana en Segunda División.
Y esa es la paradoja que debe solventar cuanto antes, pues el lunes le visita un Cádiz –al que sí pudo superar (0-2) en pretemporada– que le traspasará descaradamente el balón, y acto seguido se medirá con Elche y Getafe. Un ecosistema en el que los pericos deben volver a mostrarse no solo como un equipo capaz de derrotar a los gigantes sino como el campeón todoterreno que fue la pasada campaña.