La felicidad de Guedes
Guedes, con la confianza y exigencia de Bordalás, está rindiendo como el referente y la estrella que tiene que ser en un Valencia que pagó 40 millones por él.
Gonçalo Guedes volvió a hacerlo. Su don en esta Liga no es flor de un día. En Pamplona sacó de nuevo el jugador desequilibrante que lleva dentro, el que vale los 40 millones que pagó el Valencia por él, curiosamente el traspaso más alto realizado nunca por el Paris Saint Germain. Guedes ha empezado la Liga de forma eléctrica y ahí están sus estadísticas: dos goles y una asistencia, tres goles para quien quiera otorgarle el 1-2 del Valencia en El Sadar (el árbitro se lo otorgó a Aridane en propia puerta).
Guedes marcó en Pamplona su 25º gol con el Valencia (140 partidos). El portugués cumplió así por partida doble la profecía que aventuró tras la victoria contra el Alavés en Mestalla. Guedes atendió ese día a los compañeros de Movistar a pie de campo. Era el último partido antes del parón de selecciones y restaban aún cuatro días de mercado. La pregunta fue clara y avispada: "¿Espera repetir gol en el próximo partido contra Osasuna?". La respuesta, una declaración de intenciones sobre su futuro y un preludio de lo que pasó en El Sadar: "Esperemos que sí".
Muchos por Valencia consideran a Guedes, a este Guedes, el mejor fichaje que podía hacer el club este verano. Su continuidad la celebró Bordalás, que siempre confió en tenerle a sus órdenes aún a sabiendas de que si llegaba una oferta de 30 millones su esperanza podría truncarse. "Creo mucho en el míster y en el equipo", la frase la dijo Guedes el domingo tarde tras su exhibición contra Osasuna. En ella se resume el por qué Guedes quiso seguir en un club en el que allá por mayo su padre le venía "de más".
Guedes ha encontrado con Bordalás la exigencia que necesitaba para rendir a su mejor nivel y la confianza que añoraba para divertirse rindiendo. El alicantino no dudó ni en apretarle desde el primer entrenamiento a sus órdenes ("Queremos goles Gonçalo, goles" o "encara Gonçalo, tienes que encarar" se escuchaba en boca de Bordalás desde fuera de las vallas el día que regresó el portugués a Paterna) ni tampoco en darle cariño de palabra y libertad de movimientos en el campo.
Guedes está jugando cómo y dónde hace tiempo que quería jugar: de segundo delantero, campando a sus anchas por la zona de ataque, buscando la espalda de la defensa y caer a una y otra banda según circunstancias del partido. Las estadísticas de Guedes, en las cuatro primeras jornadas, superan con creces la media de las últimas cuatro temporadas. Más allá de sus goles y asistencias, Guedes es el jugador del Valencia que más balones ha recuperado en zona de tres cuartos (5), el segundo que más duelos ha ganado (12) y el segundo de la Liga que más regates con éxito ha realizado (12).
En Pamplona fue el primero y el que más veces remató a la portería de Sergio Herrera. Probó fortuna tres veces: uno fue gol, otro lo paró el portero y el último lo repelió un defensa. Ello sin contar el que propició el gol en propia puerta de Aridane, que estadísticamente se contabiliza como centro. Guedes fue el jugador blanquinegro que más faltas recibió (6) y al que más veces buscaron sus compañeros (24). La influencia de Guedes y su libertad de movimiento se ve con los datos de que fue el jugador al que más pases dieron Gayà (2), Carlos Soler (2), Cheryshev (4) y Maxi Gómez (6), es decir, Guedes se ofreció de izquierda a derecha y por el centro. El domingo el Real Madrid visita Mestalla, uno de esos partidos que todo futbolista quiere jugar y en los que quiere brillar.