Camavinga dio portazo al PSG
Prefirió el Madrid aunque su sueldo será notablemente inferior y convenció al Rennes para que aceptara la oferta blanca, inferior a la del PSG.
El fichaje de Camavinga (18 años) posiciona al Real Madrid en una situación de ventaja para el futuro, más aún en el fútbol moderno de alta energía y de ida y vuelta que se viene practicando y que pretende Ancelotti. No en vano, el ex del Rennes ha batido todos los récords de precocidad en su país y en la selección y está considerado como el nuevo Pogba. Ya con el mercado cerrado comienzan a trascender informaciones de cómo se gestó su fichaje por el Madrid. Aseguran a AS fuentes cercanas al futbolista que este movimiento del club blanco no tuvo nada que ver con el “no” del PSG por Mbappé. La operación por Camavinga estaba casi cerrada un par de semanas antes del cierre del mercado a pesar de los esfuerzos que también estaba haciendo el PSG por contratarle.
Pero Camavinga, como sucede con Mbappé, ha primado su sueño de jugar con el Madrid sobre lo económico. Quería vestir de blanco. Tanto es así, que cambió de agencia de representación hace unos meses para perseguir ese sueño. Su anterior representante, Mousa Sissoko, el mismo que el del barcelonista Dembélé, no había conseguido cerrar su traspaso meses antes a pesar de estar en conversaciones con el propio Madrid (fue Juni Calafat quien inició los contactos) para hacerlo. Ahora, ha sido Joshua Barnett, hombre fuerte de Stellar Group (la misma agencia que lleva a Bale o Saúl), el que ha sido fundamental para que termine jugando en el Santiago Bernabéu.
Camavinga habría cobrado más en el PSG, que también pagaba más al Rennes. Pero la petición de jugador de ir al Madrid se ha respetado en esta ocasión. Afirman desde el entorno del jugador que llega a Madrid con mucha humildad, “dispuesto a ganarse el puesto poco a poco y asegurando todo el trabajo del mundo”. A pesar de sus 18 años Camavinga ya atesora un currículum estelar. Es el jugador más joven de los nacidos en 2002 (como Ansu Fati o Pedri) en debutar en las cinco grandes ligas. Lo hizo ante el Angers con 16 años, cinco meses y 21 días en abril de 2019. Desde entonces su trayectoria ha sido meteórica.
Poco después, el 11 de mayo de ese año, era titular por primera vez ante el Mónaco del español Cesc, que hace poco bromeó recordando este suceso: “Me salió un partido de esos de decir, he estado fenomenal. Y al terminar me vino un ojeador de un equipo importante y me dijo: “¿Has visto ese chaval de 17 años? ¡Va para estrella!”. Y yo le contesté: “Uff… Pues la verdad es que yo me he visto tan bien que creo que me los he comido a todos”.
La selección.
El 20 de diciembre de ese 2019 mágico para Camavinga se celebraba en un lujoso hotel de Rennes el acto oficial de nacionalización del jugador. El proceso, que había durado varios años, había visto definitivamente la luz. Y fue decisivo porque abrió un mundo nuevo a Camavinga. A partir de ese momento podía jugar con la selección francesa, lo que fue todo un acontecimiento. El seleccionador de la Sub-21, Siylvain Ripoll, no tardó mucho en convocarle. Jugó ante Georgia con 17 años recién cumplidos… Pero lo mejor estaba por llegar. Deschamps le convirtió pronto en el futbolista más joven en vestir la camiseta absoluta de Les Bleus con 17 años y 9 meses. Es parte del futuro de Francia.