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ATLÉTICO DE MADRID

Luis Suárez, el Metropolitano y el gol: una conexión inevitable

La afición del Atlético pudo celebrar en el estadio, después de un año, un gol del uruguayo. La hinchada se rinde a su pistolero, que no se irá con Uruguay por un edema en la rodilla.

Luis Suárez celebra el 1-1 en el Atlético-Villarreal
CHEMA DIAZDIARIO AS

El de Luis Suárez y la afición del Wanda Metropolitano era un idilio inevitable. Ambos se echaron de menos durante un largo y sufrido año, el primero del 9 en el Atleti, y ahora han conectado de maravilla. El uruguayo llegó para marcar goles en un estadio vacío y que, hasta entonces, le conocía vestido de azulgrana, un villano más. Pero con su fichaje, la hinchada pasó a fantasear con cómo serían sus goles en un Wanda a reventar. Por ejemplo, cómo se habrían celebrado sus tantos al Madrid o a Osasuna del pasado curso. Este domingo, al fin, el Metropolitano, aunque fuera al 40%, pudo rugir con un tanto de Suárez. Y luego, susto, la grada se llevó las manos a la cabeza cuando se marchó cojeando: tiene un edema moderado en la rodilla izquierda, por lo que no se va con Uruguay.

Contra el Elche, Suárez tuvo sus primeros minutos ante la afición colchonera. Pero ante el Villarreal lo hizo por primera vez desde el inicio. Cuando sonó la alineación por megafonía, el “con el 9, Luis Suárez” vino sucedido de una sonora ovación, prácticamente al nivel de las que se lleva Simeone. Por supuesto, también retumbó el ya clásico "uruguayo, uruguayo" con el que la afición jaleó antes a Godín, Giménez, Forlán, al Petete Correa...

Marcó en su primer y único remate

A Suárez se le vio muy activo, pero lejos aún de su mejor forma. Incluso tímido para buscar el gol. Tuvo ocasiones a pase de Lemar, de Correa, de Carrasco... pero en ninguna llegó a rematar. Y en la segunda parte, cuando ya se barruntaba su sustitución, hizo el 1-1. Llorente robó, Correa asistió y Suárez, en su primer y único disparo, marcó. Y el Metropolitano se vino abajo y tembló como si estuviera lleno pese a que sólo asistieron 26.840 aficionados. Y coreó una vez más al uruguayo. Con un año de retraso por culpa de la pandemia, Suárez sintió cómo es celebrar un gol ante su gente.

Ahora, al pistolero le toca recuperarse de estas molestias en la rodilla. El futbolista se queda en Madrid durante el parón y se ahorra el viaje y los tres partidos con su selección. El objetivo es que llegue a tiempo para visitar el 12 de septiembre al Espanyol. Es el ariete del equipo y, ahora sí, promete grandes noches en el Metropolitano.