La Red Bull ya tiene un nuevo proyecto de Haaland
Benjamin Šeško, esloveno de 18 años y de 1,92 metros, es el último prodigio que sorprende en el club austriaco y que ha relevado a Daka, traspasado el Leicester por 30 millones.
La maquinaria Red Bull no para y la máxima se sigue a rajatabla. Cuando un jugador destaca y atrae a los grandes mercados, no hay problema, el relevo está ya disponible. El Salzburgo traspasó hace unas semanas a Patson Daka, el heredero de Haaland en el equipo. Ha cobrado 30 millones del Leicester y no se inmuta puesto que ya tenía listo al nuevo proyecto, en la línea de trabajo que les llevó a descubrir a la maravilla noruega. En este caso, han cambiado completamente de coordenadas. Los scouters llegan a todas partes. Si el fenómeno ahora del Borussia llegaba de los países nórdicos y Daka, de Zambia, la Red Bull encontró a Benjamin Šeško en el NK Domzale, un modesto club del centro de Eslovenia. Lo reclutó directamente desde su fútbol base pagando 2,5 millones cuando tenía 16 años. Dos menos que cuando el Salzburgo pagó al Molde ocho millones por Haaland.
Bosnia y Eslovenia pelearon por él.
Eslovenia ya se frota las manos, después de ganar la batalla. Šeško, como Oblak, es de madre bosnia y padre esloveno. Así que cada federación tendió rápidamente las redes para asegurarse al jugador. Bosnia lo intentó, pero en junio pasado Šeško debutaba y jugaba dos partidos con la selección absoluta eslovena para cerrar esa puerta. Bosnia se quedaba con las ganas. Antes había rubricado una temporada de escándalo en el Liefering, el equipo satélite del Salzburgo, donde va fogueando a sus futuros valores. Lo hizo con Daka. En la segunda austriaca, Šeško marcó 18 goles en 1302 minutos. Una media de un gol cada 72 minutos. Hizo trece goles en los últimos siete partidos del campeonato, incluido un póker y un hat-trick. Escalofriante. Nadie duda de que es un niño prodigio y que la Red Bull volverá a llenarse los bolsillos con él si mantiene mínimamente esa progresión.
No le asusta la comparación con Haaland
Ahora ya, con la camiseta del Salzburgo encara con mucha decisión la temporada. Marcó dos goles en su primer partido oficial de la temporada y ahora tiene ganas de encontrarse con Oblak en el amistoso del miércoles. Palabras mayores. Pero lo que ya le persigue —y no le importa para nada— es la comparación con Haaland para cualquier cosa que hace. “Intentaré ser incluso mejor que él”, afirmaba el joven el pasado mes de mayo ante los periodistas eslovenos en su primera comparecencia con la selección. Sabe que todo delantero que pasa por la Red Bull tiene ya en Haaland su termómetro. "La temporada pasada fue realmente genial para mí. La primera parte no fue tan buena, pero en la segunda lo hice mucho mejor. Marqué 13 goles en los últimos ocho partidos, que es un número muy bonito. Fue genial", relataba entusiasmado antes de que le volvieran a sacar el tema del delantero noruego. "Estas comparaciones me motivan y me dan energía. No representan presión. Escucharé para ser incluso mejor que él. Mis compañeros en el club me dicen que Haaland y yo somos muy similares, especialmente en términos de velocidad. La mayoría me dice incluso que soy mejor que él", aseveraba un Šeško espectacularmente seguro de sí mismo. Por delante tiene trabajo. Haaland ha hablado en el campo y mucho, comparar a cualquiera con él siempre es bastante injusto.