Comienza el 'infierno' del Leganés
El equipo pepinero arranca las dobles sesiones dirigidas por Miguel Pérez, conocido por su alta exigencia física y nutricional. “La ciudad deportiva que tenemos es de alta calidad”.
Empieza el infierno. Nada nuevo bajo el sol. La pretemporada del Leganés inicia esta semana una de sus fases más duras, ésa que transforma los entrenamientos en un rosario de dobles sesiones que, en este arranque de curso, tendrá de nuevo a Miguel Pérez, preparador físico del cuerpo técnico de Asier Garitano, al frente del trabajo grupal. Eso, traducido al lenguaje pepinero, significa dureza, dureza y más dureza. Y hasta el Leganés vacila con el tema.
Por ahora, en esta primera semana completa de entrenamientos, los pepineros trabajarán tres días por la mañana y por la tarde. Las sesiones matutinas están proyectadas desde las 9:30 (aunque los jugadores deben estar antes para desayunar) y las de la tarde, desde las 18:30. Horas extremas para evitar el calor también extremo, un asunto que ha preocupado en el arranque de preparación. Las temperaturas han sido más altas de lo habitual en estas primeras sesiones dirigidas por el propio Pérez.
Un viejo conocido
La intensidad del especialista oscense (de Binéfar, por ser exactos) es ya vieja conocida al sur de la capital. Pérez arribó a Leganés cuando los pepineros eran aún equipo de Segunda B. Y en su caso, él comenzó a trabajar un peldaño por debajo. En la temporada 2012-2013 se hizo cargo de la preparación física del filial blanquiazul, que por entonces orbitaba por la regional preferente.
Con la llegada de Asier Garitano a Butarque en 2013, el club sugirió al entrenador de Bergara trabajar con alguien de la casa y Garitano aceptó. Miguel fue el escogido. Desde entonces, son inseparables: Pérez ha acompañado al de Bergara en sus proyectos en Real Sociedad y Alavés. Ahora, de vuelta a Leganés, la dupla sigue siendo indisoluble. También inmisericorde.
Exigencia física y nutricional
Pérez trabaja apoyándose en microciclos, esto es, en el desarrollo de todas las fases condicionales de una preparación física ajustadas a una sola semana, al contrario que la preparación por ciclos, que suele plantear estas distintas fases en periodos mayores. Plan de trabajo en el que exige como pocos ya no sólo durante el verano, sino también más allá de la pretemporada. Además, Pérez es famoso por su férreo control de la alimentación de los jugadores y su índice de masa corporal (IMC), para el que pide valores muy restrictivos.
“La exigencia es máxima para estar al límite de todas las situaciones para competir y marcarte los objetivos”, explica Asier Garitano la importancia que él y Pérez le dan a esta área en el que, por cierto, ya no contarán con el apoyo de ningún nutricionista. Desde este curso será el propio Pérez, apoyado con el cuerpo médico, el que se ocupe de controlar la alimentación de los futbolistas. Todo para sacar a los futbolistas hasta la última gota de su rendimiento.
Una ciudad deportiva “de alta calidad”
“Estamos viendo jugadores con 32-34 años en plenitud física. La prevención, la nutrición, el descanso, la calidad de entrenamientos… todo eso hace que se prolongue la vida deportista del profesional”, explicaba en un vídeo difundido la pasada campaña en los canales oficiales del club.
“La ciudad deportiva que tenemos es de alta calidad. La capacidad que tiene el club de que los jugadores coman aquí, las habitaciones anexas… el jugador está súper preparado para competir porque el club le ha dado todo a su alcance. Tenemos todos los medios para analizar los entrenamientos. He tenido la suerte de ver el desarrollo de este club. El cambio es tremendo”, añadía para alabar la mutación que ha sufrido el Leganés desde su llegada en 2012 (entonces sólo se podía entrenar en el desgastado césped de Butarque) y la realidad vigente casi una década después, en el actual 2021.