Odisea hacia Wembley
Una cuarentena de diez días, una PCR, un formulario con acceso policial y dos test hacen imposible la presencia de hinchas extranjeros. Habrá como máximo 60.000 aficionados.
Una hora de cola espera a cualquiera que aterrice en Heathrow estos días. Y eso es lo de menos. Las restricciones en Reino Unido para los países que no se encuentren en la lista verde del Gobierno hacen imposible viajar a Londres para las semifinales y la final de la Eurocopa. El colofón al torneo no contará con presencia masiva de fans rivales. La fiesta del fútbol europeo será… la fiesta del fútbol inglés.
De hecho, los tres adversarios de Inglaterra por el título (España, Italia y Dinamarca) se encuentran en la lista ámbar, por lo que es necesaria una cuarentena de diez días a la entrada al país. Sólo los ciudadanos de esos países que residan en Reino Unido tendrán el privilegio de asistir a Wembley. También, y aquí está la polémica, los 2.500 miembros que la UEFA cataloga como VIP y que tienen una carta de exención. Esta medida tuvo que ser aceptada por el primer ministro, Boris Johnson, a riesgo de que la UEFA le quitara la organización de la Final Four y se la diera a Budapest, que ofrecía lo opuesto: libertad absoluta y 100% de aforo.
Los periodistas, como trabajadores, también tienen la carta de exención de cuarentena. Este documento, firmado por la Federación Inglesa, les exime de quedarse en el hotel cuando de cubrir asuntos de la Eurocopa se trata. Un argumento muy amplio. Hay otras empresas de lo más variopinto que también han logrado este permiso, desde la cadena hotelera Intercontinental hasta los trabajadores del Eurotúnel.
Aún así, la carta de exención es sólo uno más de los muchos trámites burocráticos que hay que hacer para entrar en Reino Unido. Por supuesto, se pide una PCR en origen con 72 horas de antelación (esto también ha sido norma general en el resto de sedes) y rellenar un formulario. Incluso se acepta que alguien en nombre del Gobierno pueda ponerse en contacto y se amenaza con que la policía se presente en el lugar de estadía en el país para comprobar que se está cumpliendo. Los ciudadanos de la lista roja deben permanecer el tiempo de cuarentena en unos hoteles que han sido designados para dicha causa. Además, si uno no tiene carta de exención necesita viajar con dos test comprados en origen también y que deben realizarse los días 2 y 8 del tiempo de permanencia en Reino Unido. Esto ha generado una gran controversia, pues supone un negocio a favor de las clínicas inglesas (los precios van desde los 80 a los 350 euros), donde el Gobierno recomienda adquirirlas. Sin el recibo de estos dos test, tampoco se puede pasar la frontera.
Y es así, en un contexto que limita cualquier presencia de aficionados extranjeros en Wembley, como se desarrolla la última semana de Eurocopa. Al mismo tiempo, sirve para que Reino Unido se blinde como nunca antes hizo una sede de la Eurocopa. Habrá 60.000 aficionados en Wembley (75% del aforo), pero serán casi en su totalidad ingleses. Un factor que juega en favor del equipo local…